Una vez elegido el programa y la escuela de negocios, los candidatos comienzan el proceso de postulación, el cual se aconseja realizar con tiempo, considerando aspectos como visado, dinero necesario y preparación.
Los candidatos latinoamericanos siguen prestando atención a las escuelas de negocios españolas, las que se encuentran bien posicionadas a nivel mundial y se emplazan en céntricas y atractivas ciudades, como Madrid y Barcelona, asegurando conectividad y networking.
De ahí que varios jóvenes profesionales y ejecutivos de América Latina opten por postular a estas escuelas, con el objetivo de abrirse paso en el mundo laboral a nivel global u obtener una mejor remuneración o escalar en sus empresas.
“Vemos que candidatos en el mercado laboral con estudios fuera de su propio país siguen siendo muy atractivos para empresas. Traen conocimientos y nuevas ideas de otros mundos de vuelta después a su país, beneficiando y mejorando las operaciones de las empresas a las que pertenecen”, dice Lotte Zoontjens, general manager y headhunter de Orange Talent Group.
Sin embargo, quienes quieren estudiar en España deben planificarse con tiempo, pues se deben presentar ciertas documentaciones. Paula Miramón Gaute, socia fundadora de OCF.International, agencia educativa especializada en el acceso a universidades públicas y privadas de España, explica que “el requisito principal es tener una carrera relacionada con el máster al que se postula, sin necesidad de homologar la titulación universitaria, cartas de recomendación y el currículum”.
Generalmente, se recomienda hacer este trámite con al menos un año de anticipación, porque para estudiar presencialmente se debe gestionar una visa de estudios -que tiene vigencia por un año y que permite trabajar legalmente hasta 30 horas a la semana- además de acreditar fondos para mantenerse durante ese tiempo, el que puede ascender a los 7 mil euros (US$ 7.718).
Muchos de los candidatos que asesoran en OCF.International, se plantean quedarse al terminar sus estudios, por lo que “vienen por un año y luego se les puede solicitar el visado de búsqueda de empleo, con la que pueden estar un año más buscando empleo”, indica Miramón, quien añade que un 80% de los estudiantes consiguen trabajo, porque “con los contactos con empresas que se hacen cursando las maestrías, se quedan trabajando en España o en algún lugar de Europa”.
Metas de largo plazo
Las escuelas cuentan con procesos de admisión similares, solicitan documentación que valide conocimientos previos y estudios, además de información extra, como una carta de motivación y referencias. Luego, el Comité de Admisión realiza un filtro para escoger a los candidatos que pasarán a una entrevista con el director del programa o un representante del comité.
En el caso de las cartas de intención o motivación, las escuelas buscan que los postulantes expliquen su interés o de qué manera les beneficiará el programa al que están aplicando. No hay que olvidar que las b-schools tienen metodologías de enseñanza en el que utilizan el método del caso, donde la discusión y el debate requiere de candidatos que apliquen sus conocimientos y que quieran participar activamente.
De esta manera, dice Juanen Flores, responsable de programas del IESE en Latinoamérica, “se puede tener una visión completa del candidato, porque no es solo si puede entrar, sino que si encaja o no con el programa y escuela”.
Flores aconseja que “los candidatos pongan en valor todo lo que buscan o esperan del programa. En ese sentido, es conveniente que respondan por qué este programa en concreto le ayudará a cumplir sus objetivos”.
Para Lotte Zoontjens, “hay que tener claro cuáles son las metas de largo plazo y alinear los objetivos con el ‘por qué’ se quiere estudiar un MBA particularmente en esa escuela. Las b-schools buscan siempre candidatos para sus programas con aspiraciones de generar un impacto en el desarrollo de sus países o economías, por lo cual es importante mencionar en la carta de motivación de qué manera se quiere contribuir para mejorar el mundo”.
Bibiana Camba, directora de Desarrollo Internacional de EADA, recomienda que en las cartas de intención se demuestre que el candidato ha investigado a la escuela y la conoce, “porque hay varias y cada una es diferente en algún aspecto, en valores y atributos, por ejemplo”.
Como para las escuelas es fundamental escuchar al candidato y conocerlo, poder poner un rostro a quién está detrás de una carta de motivación, el proceso de admisión incluye las entrevistas de admisión. Es una instancia donde se espera que la persona explique con sus propias palabras por qué quiere estudiar ahí y el valor que posee.
Es importante prepararse, analizando el perfil y experiencia laboral, teniendo claro el conocimiento. Pero también hay que ser muy honesto y responder qué es lo que le falta aprender. “Recomiendo ser ambicioso, porque al final a las escuelas les gustaría formar parte de la preparación de personas exitosas y todo empieza con la ambición correcta”, agrega Zoontjens.
Acreditando idioma
Otro de los factores que se evalúa es el dominio de idiomas, sobre todo cuando se trata de programas que se dictan en inglés. En estos casos, hay escuelas que solicitan hacer un test, pero también certificar mediante su dominio, en el que se suele solicitar un nivel C1.
Miramón dice que “nosotros recomendamos que el estudiante venga con un nivel acreditado mínimo de B2, lo que permite iniciar el programa sin ningún problema”.
También se aconseja que en el currículo se especifique el nivel de inglés mediante un certificado, que puede ser de Duolingo, Cambridge English o TOEFL, por ejemplo. Adicionalmente, el candidato tendrá que rendir pruebas que acrediten el idioma.
“Los exámenes de admisión como GRE y GMAT son extremadamente importantes para poder ganar acceso a un programa de MBA o en una escuela de negocios. Incluso, los resultados son no negociables. En general, estos exámenes requieren varios meses de preparación. Sugiero invertir fuerte en un curso de preparación para el examen de admisión, y calcular un periodo de tres a cinco meses de estudio intensivo para prepararse”, explica Zoontjens.