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Colombia en tiempos de incertidumbre: el que no arriesga, no gana
Vie, 06/05/2016 - 08:37

Marcela Chacón Sierra

Colombia en tiempos de incertidumbre: el que no arriesga, no gana
Marcela Chacón Sierra

Marcela Chacón Sierra es analista para América Latina del área de Research and Business Intelligence de Transactional Track Record. Es comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana (Colombia) y tiene estudios de Máster en Periodismo Económico de la Universidad Rey Juan Carlos (España).

Colombia ha tenido que pasar en el último año una serie de turbulencias en materia económica debido a la caída internacional de los precios de los commodities, sumada a la progresiva inflación y la devaluación de la moneda. Sin embargo, el país aún da muestras de vitalidad con un crecimiento de su economía de 3,1% durante 2015, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Y no es menos importante que siga siendo atractiva para los inversionistas que conocen las luces y sombras de uno de los países más fortalecidos de América Latina.

Si se da un primer vistazo, se podría decir que algunas cifras de inversión extranjera a lo largo del año no muestran los mejores argumentos para señalar que Colombia es una de las economías más enérgicas de la región. Y es que, según datos elaborados por el Banco de la República con respecto a la balanza cambiaria, hasta el 8 de abril se han recibido US$2.343M. Es decir, 38% menos de lo recibido en el mismo periodo de 2015.

Sin embargo, no hay de qué alarmarse: Colombia tiene todas las de ganar por su atractivo en el mercado. Para los inversionistas que se arriesgan en el largo plazo y que soportan los entornos volátiles, estas transacciones del Banco de la República, con los activos de reserva internacional, han representado numerosas oportunidades a la luz del dinamismo colombiano. 

En 2015, con un total de 181 operaciones registradas y valoradas con un importe total de US$7.534,92M, Colombia se posicionó como el cuarto país más activo en el mercado de fusiones y adquisiciones en Latinoamérica, según un informe del mercado transaccional colombiano del segundo semestre de 2015, elaborado por TTR, en colaboración con Merrill DataSite.

En términos sectoriales, los inversionistas dejaron de lado el estigma de la crisis de los precios de materias primas en Colombia, como la que afecta al petróleo, se arriesgaron y optaron por preferir el mercado financiero y de seguros, el cual destacó en el año con un total de 32 transacciones, seguido del sector de distribución y retail, con 16 operaciones.

En el ámbito cross-border, fue marcado el apetito inversor de las compañías de Estados Unidos y del Reino Unido en el mercado colombiano, donde llevaron a cabo durante 2015 un total de 16 y diez operaciones en el país, respectivamente, con importes de US$198,15M y US$125,8M.

Teniendo en cuenta que algunas de estas transacciones fueron realizadas en periodos muy volátiles de la economía colombiana, los inversionistas internacionales aprovecharon la devaluación del peso, de manera que les resultara más económica la compra de empresas valoradas en pesos. Esta coyuntura, de la que se piensa que sólo genera desconfianza local, logró importantes cierres de operaciones que no se habían concluido por acuerdos de precio.

Por su parte, los fondos de capital privado también fueron partícipes de este abanico de posibilidades de inversión en Colombia y han sido prácticamente privilegiados en esta coyuntura económica, debido a que su perfil de alto riesgo los hace mucho más agresivos a la hora de realizar negocios en entornos volátiles. 

En materia de mercados de capitales, el país demuestra un argumento adicional de su atracción inversora: la revista de finanzas de Estados Unidos, Barron’s, ha catalogado recientemente a Colombia como "Surprising Star" para 2016 en materia de inversión, pese al escepticismo de locales y extranjeros con respecto a la desaceleración de la economía en 2015.

Según el informe realizado por Barron’s, el mercado de capitales tuvo un crecimiento de 12% en 2015 y se espera que la tendencia siga en ascenso. Y la razón para que se dé este fenómeno es que los inversionistas han visto tales dificultades como una oportunidad para invertir, además que confían en que los precios de las materias primas se estabilicen en el corto plazo.

Por su parte, los datos del Doing Business 2015 del Banco Mundial reflejan que Colombia es el décimo país a nivel mundial y el primero en América Latina en proteger a los inversionistas.

En cuanto a factores externos, la desaceleración de países emergentes como China, Rusia y (especialmente) Brasil, los cuales años atrás eran los llamados a atraer grandes capitales y que ahora presentan decrecimientos y problemas macroeconómicos, puede estimular que los inversionistas miren hacia otras regiones vecinas donde el panorama presente una tendencia diferente. 

Colombia, como miembro de la Alianza del Pacífico, representa una ventaja competitiva para atraer la inversión en este caso, ya que por su área de integración profunda con tres países fortalecidos económicamente como México, Chile y Perú, destaca por su capacidad de integración regional y de acción dentro de un bloque en expansión de negocios en mercados sólidos. 

Y si se siguen viendo las sombras, se siguen encontrando luces que cambian el matiz de la percepción inversora en el país. Las oportunidades en esta futura tendencia estarán especialmente enfocadas en empresas de infraestructura, que poseen una dinámica que difiere de la del resto de la economía. Según analistas, las vías de cuarta generación pueden arrancar en este 2016, y esto hará que las compañías de este sector se vean favorecidas en materia de fusiones, alianzas y adquisiciones. 

Por estas, y muchas otras razones, no hay motivo para que en los mercados cunda el nerviosismo. Teniendo en cuenta las numerosas oportunidades que hay en Colombia y su panorama transaccional en la región, hay un parte de tranquilidad importante. Sólo falta que las autoridades y el gobierno se encarguen de concretar una reforma tributaria estructural y de largo plazo, lo cual, sumado a un acuerdo de paz y a un fin del conflicto en el país, hará que el entorno inversor vea más de luces que sombras. Y, como en los negocios y en la vida, el que no arriesga, no gana. 

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