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De la pizarra a la era digital
Mar, 26/08/2014 - 14:51

Gonzalo Aguirre Arriz

De la pizarra a la era digital
Gonzalo Aguirre Arriz

Gonzalo Aguirre Arriz es presidente de IPAE Acción Empresarial.

El mundo cambia, pero la educación no lo hace con la misma diligencia. Los nuevos requerimientos económicos, sociales, culturales y de otra índole no encuentran eco en las paredes de las escuelas ni en los recintos universitarios. Basta ver cómo los niños manejan con proeza dispositivos electrónicos, videojuegos  y en general discurren sin problema en el entorno digital, mientras que la escuela les ofrece, en la mayoría de los casos, un maestro con recursos limitados para enseñar, utilizando pizarras blancas atiborradas de conceptos poco significativos, divorciados de una realidad marcada por la tecnología y la información.

Pero la escuela no es la única que no se ha alineado con las grandes transformaciones surgidas en las últimas décadas. La universidad también ofrece un menú de contenidos y competencias lejos de lograr la formación de estudiantes capaces de responder rápidamente a los desafíos de la ciencia, la tecnología y la comunicación. Profesionales jóvenes que no logran acceder con facilidad a un puesto de trabajo porque la ‘caja de herramientas’ con que cuentan para insertarse en el mercado laboral está casi vacía, con instrumentos artesanales, piezas oxidadas, o mapas incompletos. Como señalaThe Economist, las universidades han cambiado poco desde que Aristóteles enseñó en el Liceo, hace 2.500 años.  Los estudiantes aún se reúnen para escuchar la sabiduría de los expertos. Este medio asegura también, en base a un estudio de la Universidad de Oxford, que, en las próximas décadas, 47% de las ocupaciones corren el riesgo de ser automatizadas y podrían surgir otras demandas que obligarán a las personas a reciclarse de forma permanente. La universidad ¿está formando a las nuevas generaciones para afrontar esos cambios?

Lo paradójico es que si bien la tecnología está casi ausente en la educación básica y superior, es a través de ella que se están generando algunos cambios que pueden dinamizar el escenario educativo. Los cursos Massive Open Online Course son propuestas formativas abiertas y a gran escala dirigidas a un público generalmente adulto, utilizando internet. Se caracterizan por ser gratuitos, tener una duración corta y abarcar temas diversos. Son cerca de 8.519.352 (en el momento de escribir este artículo) los participantes de alguno de los casi 700 cursos que contiene el menú de Coursera, red de 110 universidades, entre ellas Yale, Columbia y Stanford. Mientras que la educación en el recinto universitario se encarece, tiene una heterogénea calidad y no puede atender la creciente demanda, tenemos una propuesta formativa accesible, abierta, adaptada a las necesidades de aprendizaje y actualización que se inscribe en lo que la Unesco ha denominado educación permanente.  

Esta revolución no es exclusiva de la educación de adultos o superior. También es posible encontrar iniciativas interesantes que se aplican en las aulas a las que asisten los niños y jóvenes en su etapa escolar. Perú Educa (portal del Ministerio de Educación) se presenta como un sistema digital para el aprendizaje, que ofrece cursos virtuales, sesiones de aprendizaje, videos educativos, recursos variados, videoconferencias de utilidad para los directores, docentes, padres de familia y estudiantes, aunque aún no está lo suficientemente difundido.

Como vemos, existen iniciativas que nos definen la ruta de la revolución en la educación: escuelas que se interconectan entre sí, trabajos colaborativos entre los estudiantes de distintas regiones, establecimientos que abren sus puertas a la comunidad las 24 horas del día, universidades que intercambian programas virtuales y permiten construir itinerarios personalizados de formación. El desafío es preparar las bases para que este cambio se pueda producir también en nuestro país. Este es uno de los objetivos que busca CADE por la Educación, evento que anualmente organiza IPAE Acción Empresarial.

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