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La amenaza Trump
Mar, 17/01/2017 - 08:02

Miodrag Soric

Reanudación de relaciones diplomáticas Cuba-EE.UU.: buen comienzo, pero tardío
Miodrag Soric

Miodrag Soric es Editor Jefe en Deutsche Welle Radio.

"La OTAN está obsoleta”. Esta frase no es del presidente ruso Vladimir Putin o del dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, sino del futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Y contradice a sus ministros designados para Relaciones Exteriores y Defensa, quienes afirmaron todo lo contrario en una audiencia en el Senado la semana pasada.  ¿Y ahora?

Si Trump quiere que los aliados de la OTAN gasten más en defensa, debe ser absolutamente claro. Considerar a la alianza como algo innecesario sólo desconcierta a los socios. Quizás no a los alemanes o franceses, que son lo suficientemente fuertes para defenderse, pero sí a los países bálticos o a los polacos, que se preguntan, con razón, si la alianza con Estados Unidos todavía vale la pena, especialmente si Trump parece estar buscando en particular la amistad de su homólogo Vladimir Putin.

¿Cómo responderá la canciller Merkel a las señales contradictorias de Washington? Ella puede referirse con suficiencia al aporte de Alemania a las relaciones trasatlánticas. Seguro: Alemania puede y gastará más en defensa. Pero Berlín envió soldados a Hindukusch, para apoyar a Estados Unidos luego del ataque terrorista del 11 de septiembre. En Afganistán, se defiende la seguridad de los estadounidenses, no la de los alemanes. Osama bin Laden y su banda terrorista atacaron Nueva York, no Berlín.

Percepción selectiva de Washington

Otro ejemplo: mientras que EE.UU. y Alemania apoyan la soberanía de Ucrania, sólo el contribuyente alemán paga por ella. Recientemente, el presidente de Ucrania pidió ayuda financiera en Washington y el Congreso lo envió de vuelta a casa con las manos vacías. Y también el presidente Trump va en la misma línea. ¿Otro ejemplo? Alemania paga miles de millones por los refugiados de Siria e Irak. Sin embargo, Alemania no tenía nada que ver con la guerra en Irak. Es más, advirtió explícitamente en contra. No obstante, Estados Unidos rompió la cerca. Desestabilizaron a toda una región. Y hoy no quieren hacerse cargo de su responsabilidad en esta aventura.

Los presidentes estadounidenses van y vienen. Pero, sea quien sea, quien tiene la última palabra en la Casa Blanca parece percibir la realidad política de forma selectiva. 
La Unión Europea (UE) no fue fundada para derrotar comercialmente a EE.UU., como Trump proclama. Ni tampoco para favorecer solo a intereses alemanes. Todos los estados miembros de la UE y, al final, hasta los EE.UU. se benefician de ella. ¿O es que Trump realmente cree que Estados Unidos puede permanecer como superpotencia global sin la UE a su lado? Un debilitamiento de la UE favorecería para nada los intereses estadounidenses. El "brexit" sólo deja perdedores. Al final, los británicos se autolesionan con él. La libra se ha depreciado enormemente y los inversionistas −incluidos los estadounidenses− se están retirando de Gran Bretaña. 

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