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Liderazgo y una taza de té
Jue, 23/05/2013 - 21:03

Esther Clark

¿Qué tienen en común la pesca y los negocios?
Esther Clark

Esther Clark es consultora internacional con experiencia en temas de estrategia y corporate governance. Su empresa, Hipona Consulting, trabaja con clientes en América Latina, EE.UU., Canada y la UE.

Hay un sinnúmero de artículos sobre la importancia de tomar una pausa durante nuestras vidas –ya sea una siesta, una pausa creativa, una pausa sabática o unas vacaciones con seres queridos–, y tiene mucho sentido frente a las exigencias de manejar un negocio, liderar una organización o administrar un proyecto.

Pero ¿por qué no estirar un poco esta noción de pausa y hablar del equilibrio, no sólo del equilibrio entre familia y trabajo, sino también entre confianza y humildad, entre extroversión e introversión, entre ideas y acción? Claro que el equilibrio es un ideal, pero con ideales altos y pasos firmes uno puede llegar lejos.

Hay muchas teorías sobre equilibrio laboral (“work life balance”) expuestas por expertos como Nigel Marsh, autor australiano que explica el problema fundamental así: “hay miles de personas viviendo vidas de desesperación a gritos, donde trabajan horas y horas en trabajos que no les gustan, para comprar cosas que no necesitan, para impresionar a personas que no les caen bien”.

Concretamente, uno puede hablar del equilibrio en términos de compensación o “trade offs”; por ejemplo, “voy a trabajar fuerte para entregar el proyecto a tiempo y voy a salir la próxima semana a las 15:00 horas para estar en el partido de fútbol de mi hijo”.

El liderazgo viene con sus responsabilidades, pero es el equilibrio y la coherencia entre valores y acciones los que destacan a los líderes y a las empresas “líderes”. Es la capacidad de tomar las decisiones correctas bajo varias circunstancias y, si se equivoca, tener la suficiente integridad para ponerse de nuevo en el camino correcto. Aquí les doy un ejemplo de liderazgo y té, de la Batalla de los Acantilados Rojos, durante la caída de la dinastía Han.

En una escena del Acantilado Rojo -película china dirigida por John Woo– el Primer Ministro Cao Cao descuidó un detalle importante de la batalla al distraerse con la descripción que hacía Xiao Qiao, la bella esposa de su rival, respecto a la mejor manera de preparar una taza de té. ¿Serán la taza de té, y la falta de entender todo lo que el té y el liderazgo implican, lo que le costó la guerra al primer ministro Cao Cao?

El té tiene mucho significado en varias culturas porque simboliza el equilibrio entre dulce y amargo; entre temperatura, cantidad, tiempo de fusión y materia prima; entre quien prepara el té (y lo sirve) y quien disfruta del té (a quien lo sirven).

En los negocios, el equilibrio se entiende como una mezcla óptima de factores internos y externos y es la base para lograr éxito y relevancia en el mercado objetivo. Con tecnologías disruptivas, se busca siempre el punto de equilibrio para saber dónde y cómo actuar más allá de este punto. Por lo tanto, el liderazgo no se trata de descanso o pausa profesional como factores aislados. El liderazgo implica luchar por un equilibrio entre los elementos de la vida –lo personal y lo profesional, lo natural y lo fabricado, lo racional y lo creativo– y vivirlos coherentemente. El liderazgo es como una taza de té que requiere de paciencia y equilibrio para luego salir y ganar la batalla.

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