La reflexión que se está haciendo para modificar la ley de sala cuna no debe darse solamente en términos económicos. Debemos preocuparnos de la sociedad que queremos construir, ya que esos niños son el futuro de nuestro país.

Se ha abierto el debate de la baja tasa de participación femenina en el mercado laboral en Chile y de los diversos métodos de financiamiento de un nuevo sistema si se modifica el artículo 203 del Código del Trabajo. Sin embargo, se han dejado de lado algunos factores fundamentales.

Los hallazgos de la neurociencia revelan que el período de más rápido crecimiento del cerebro ocurre en los tres primeros años de vida, por lo que invertir en educación parvularia es estratégico para el desarrollo del país. El retorno de un dólar invertido a edades tempranas es más mucho alto que aquel invertido a mayores edades.

Una educación preescolar de calidad permite contar con mejores oportunidades para acceder, permanecer y aprender en los colegios, ya que los niños ingresan a ellos más preparados.

En nuestra experiencia de más de una década en el tema –con el Programa Párvulo Pass-hemos observado cómo cada vez más las familias consideran como su primera opción el dejar a sus hijos en manos de expertos. En los últimos seis años, el servicio de sala cuna de Sodexo Soluciones de Motivación se ha duplicado. Esto obedece al aumento que han tenido los costos de contratación de personal doméstico y al mayor conocimiento que existe respecto de la importancia de la estimulación temprana.

También, hemos detectado que un factor elemental para el bienestar de los padres y sus hijos es la libre elección de la sala cuna. Una nueva política debiera considerar este factor, ya que el 65% de las familias optan por dejar a sus hijos cerca de su casa y no necesariamente en la sala cuna del trabajo o en una cerca de la oficina que esté en convenio con la empresa.

Según ENCLA 2008, 36% de las empresas no otorga el beneficio de acuerdo a lo establecido por la regulación, a pesar de que cuentan con 20 o más trabajadoras. Por lo tanto, el Estado debe fiscalizar a las empresas para asegurarse que cumplan con el otorgamiento de este beneficio.

Para que el nuevo sistema funcione debe adecuarse a un contexto que garantice calidad en el servicio otorgado en términos de sanidad e infraestructura, variedad de alternativas donde dejar a los hijos y amplia cobertura de horarios, acorde con la realidad laboral de los trabajadores chilenos.