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¿Puede lo pequeño generar grandes cambios dentro de la organización?
Lun, 09/09/2013 - 20:40

Esther Clark

¿Qué tienen en común la pesca y los negocios?
Esther Clark

Esther Clark es consultora internacional con experiencia en temas de estrategia y corporate governance. Su empresa, Hipona Consulting, trabaja con clientes en América Latina, EE.UU., Canada y la UE.

Pasé una gran parte de mi niñez en buques de vela y aprecio mucho la belleza y el poder de la naturaleza; el mar -con suavidad y violencia- cambia las estructuras hechas por los seres humanos y nos hace notar en vivo y en directo la importancia de pequeñas y silenciosas acciones. 

En los negocios, lo pequeño o "insignificante" también tiene el potencial para transformar estructuras físicas o simbólicas. Por ejemplo, el pequeño competidor de nicho puede implicar una amenaza grande en términos de participación de mercado debido a su agilidad, innovación innata y su encanto como jugador de nicho. Muchas veces las empresas grandes adquieren a sus pequeños competidores como una manera de innovar y renovar sus empresas "tradicionales".

Pero ¿puede lo pequeño generar grandes cambios dentro de una organización?

Charles Duhigg, periodista del New York Times y autor de The Power of Habit: Why We Do What We Do in Life and Business, habla de los hábitos claves ("keystone habits" en inglés) y explica que entendiendo qué es el hábito y cómo se forma, se pueden hacer grandes cambios en nuestras vidas y en nuestras organizaciones a través de manejar pequeños ajustes o enfoques con objetivos dentro de nuestro control. 

Como ejemplo, Duhigg habla de la empresa estadounidense Alcoa y cuenta cómo Paul O’Neill, durante su periodo como CEO, se enfocaba en cambiar los hábitos relacionados con la seguridad industrial. Lo que O’Neill logró no sólo era un espectacular récord de pocos accidentes, sino también más compromiso dentro y fuera de la empresa, más "engagement", menos errores costosos y los mejores resultados financieros vistos desde la constitución de esa empresa. 

Muchas veces nuestras acciones como seres humanos son más emocionales que racionales y tienen que ver con los hábitos que hemos aprendido o adquirido. Si nos enfocamos en algo sencillo, simple y pequeño, hay la posibilidad de perturbar, desplazar, desarrollar sinergias o innovaciones alrededor de objetivos más grandes y fundamentales para la organización, familia, comunidad o persona. 

De igual manera, los actores "introvertidos" también tienen el potencial de causar grandes impactos y convertirse en titanes de la industria, de la ciencia y de la política, como son: Larry Page (Google), Warren Buffett (Berkshire Hathaway Inc.), Steven Spielberg (cine), Steve Wozniak (Apple), Albert Einstein y Mahatma Ghandi, conocidos como personas “introvertidas”. Susan Cain, autor de QUIET, tiene mucho que decir sobre este tema.

Las pequeñas acciones promovidas por gente con visión alrededor de un hábito clave sirven no sólo para liderar el cambio dentro de una organización, sino también para estar más sensibles y preparados para cambios que vienen del exterior -efectos de mercados internacionales o de los entornos (social, político, natural etc.).

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