A mediados de noviembre la euro zona se declaró oficialmente en recesión, al registrar en el tercer trimestre del año una caída de la actividad de 0,1%, respecto a los tres meses anteriores, cuando ya había retrocedido 0,2%. Si bien los expertos están cautelosos, lo cierto es que en Grecia aún no encuentran la fórmula que permita cerrar su agujero fiscal y, todo parece indicar que para el 2013 ya se podrían apreciar los efectos más concretos.

En este contexto, a mediados del mes de diciembre fue ratificado por el Parlamento Europeo el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Perú, acuerdo que entrará en vigencia en febrero de 2013. Si bien es una buena noticia para la economía del país vecino, cabe preguntarse: ¿afectará la crisis de Europa al intercambio comercial entre Perú y la Unión Europea?

Toda crisis tiene un impacto negativo en la demanda de un país, en ese sentido las exportaciones del Perú hacia la Unión Europea se verán reducidas. Sin embargo, por el lado de las importaciones (principalmente de bienes manufacturados y bienes de capital) no son tan malas noticias, ya que los precios se reducen de forma importante por un efecto de los proveedores del conglomerado europeo de querer recuperar la caída de los mercados internos con los externos, y en segundo lugar, por el efecto de una moneda debilitada.

Sin duda que por el escenario actual, Europa se beneficiará de este acuerdo. Cabe recordar que para el 2013 el Banco Mundial proyecta para Perú un crecimiento de 5,2%, y en el mundo de las inversiones los inversionistas comienzan a mirar plazas más atractivas en términos de riesgo y rentabilidad, dos de nuestros principales potenciales. Gracias a su estabilidad y crecimiento ininterrumpido, el país se presenta como una opción atractiva para los capitales que salen del viejo continente.

Ahora, si bien las exportaciones no serán de gran peso para la economía de la Unión Europea (por ejemplo, las exportaciones del Perú no son ni el 0,1% de las importaciones totales de Alemania), por la coyuntura de crisis que enfrenta, la Unión Europea debe hacer todas las acciones necesarias para reactivar de a poco su desgastada economía, y asimismo, dar señales de confianza al mundo. En ese sentido se inserta llegar al Perú con una propuesta más competitivas que ayude a incrementar sus exportaciones, y por ende,  a reactivar su economía. Lo que claramente será un beneficio para el Perú.

Una posible entrada a la OCDE

En su última gira por Europa, el presidente Ollanta Humala solicitó ser miembro pleno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), una de las más importantes organizaciones de cooperación comercial y que reúne a los países más ricos del mundo. 

Frente al buen escenario económico que vive el país, versus la crisis que azota al viejo continente, cabe preguntarse ¿está el Perú en buen momento de negociar una posible entrada a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)?

Como experto en negociación, en Falcon sabemos que dos partes pueden negociar condiciones adicionales en un acuerdo, si se tiene una moneda de cambio, y en este sentido está claro que el Perú tiene una excelente moneda de cambio: las señales de estabilidad y certidumbre que lo ha convertido en uno de los países que acapara más inversiones extranjeras de la región. 

Veintidós de los 34 miembros de la OCDE son de la Unión Europea; por un lado, sería incongruente rechazar un pedido del Perú, ya que brindaría indirectamente una señal de poca apertura, señal que la Unión Europea no puede dar en la coyuntura actual.

Asimismo, para la Unión Europea, la incorporación del Perú a la OCDE sería beneficioso en el sentido que brindaría mayor seguridad y visibilidad del cumplimiento de los lineamientos de apertura establecidos en el TLC y generaría señales de estabilidad, de apertura y de asociación con otros países. 

Por otra parte, la firma del recién inaugurado TCL con la Unión  Europea alinea al Perú hacia el principal objetivo de la OCDE: “favorecer la expansión del comercio mundial”. Sin duda, un planteamiento que el país vecino debiera usar a su favor.

En contexto, el complejo escenario económico que vive hoy la comunidad europea, se presenta como una excelente oportunidad para pedir formalmente la invitación para la incorporación del Perú a la OCDE.