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Argentina: vecino hostil, al borde de un default y ahora en recesión
Miércoles, Junio 25, 2014 - 11:26

Para Uruguay, el riesgo de un socio comercial más debilitado restringe perspectivas económicas.

No es novedad que Argentina, lejos de sumar, a Uruguay le resta. Pero en las últimas semanas el riesgo asociado al vecino país, siempre latente en los pronósticos de los analistas locales, se hizo más intenso. Argentina no solo enfrenta un escenario recesivo luego de conocidos los datos de crecimiento del primer trimestre del año, con dos reportes consecutivos de caída de su actividad, sino que además debe lidiar con un tema delicado como es el fallo estadounidense sobre la deuda impaga, que puede empujarlo a una nueva cesación de pagos.

Si Argentina falla en las negociaciones con los fondos de inversión y la justicia estadounidense, enfretará una mayor restricción presupuestaria que no hará más que potenciar la caída de la actividad. El escenario de una prolongada recesión de la economía argentina, acompañada por más medidas que tiendan a blindar la economía del país, afectarán a los sectores uruguayos que aún dependen de ese mercado.

Uruguay ha pagado en los últimos años de manera adelantada y en cuotas los efectos de una crisis en Argentina. Con un tercer año consecutivo a la baja de las exportaciones a ese destino, la participación en el total de las ventas de bienes al exterior se encuentra en su menor nivel al menos desde el año 2001. En los primeros cinco meses de este año, las ventas a Argentina acumulan una caída de 16,3% respecto a igual período del año pasado, y representan apenas 4,2% del total vendido al exterior, con lo que ocupa la cuarta posición en el ranking de destinos, por debajo de Brasil, China y Venezuela.

Incluso en el sector turístico, donde los argentinos siguen siendo los consumidores por excelencia de la oferta uruguaya, su participación ha mermado en los últimos años, producto de un fuerte encarecimiento de la plaza local para el bolsillo de los argentinos. Las medidas de restricción cambiaria y los impuestos al consumo fuera de fronteras llevaron a una caída del gasto de ese origen en la economía uruguaya de 8,6% durante el último año, por encima del retroceso de 2,6% del año anterior.

Pero no solo eso. El desdoblamiento cambiario llevó a que el mercado turístico argentino se volviera muy atractivo para los uruguayos, que sustituyeron sus tradicionales destinos locales de vacaciones por una escapada al otro lado del Río de la Plata. De ese modo, el gasto de los uruguayos en Argentina creció 49,5% durante 2013, moderando el crecimiento del consumo doméstico.

Un país en recesión. Con dos trimestres consecutivos de caída de su actividad, la economía argentina se encuentra actualmente en recesión. Durante el primer cuarto del año la actividad económica se contrajo 0,8% respecto al trimestre anterior, con un revés de 0,2% en comparación con igual período de 2013.

Sectores clave, como la industria automotriz, explican el retroceso de la economía del vecino país. Como contracara, el consumo de las familias se debilitó con una caída mayor que la actividad en su conjunto, de 1,2%. Así, se contrae el mercado argentino para los productos uruguayos que aún pueden saltar la barrera de las trabas comerciales.

Como referencia, el antecedente inmediato de esta caída de la actividad es el primer semestre de 2012. La respuesta del gobierno de Cristina Fernández fue inmediata: un incremento a los controles cambiarios. Esa medida llevó a encarecer la plaza uruguaya para los argentinos y a darle mayores incentivos a los uruguayos para el turismo de shopping, lo cual representa un mal antecedente para la economía local.

Al borde del default. Pero Argentina no solo es un país en recesión, sino también un país al borde del default y la crisis de deuda. Esta semana será decisiva para que las autoridades encuentren una salida ordenada al jaque de los “holdouts”, los fondos de inversión que lograron el fallo favorable del Tribunal de Nueva York.

Dependiendo de la manera en la cual se resuelva el asunto –que puede ir desde un acuerdo negociado con los fondos de inversión, hasta un impago inmediato, a estas horas menos probable–, serán las consecuencias. Lo que es seguro es que el incidente con los llamados “fondos buitres” –apodo despectivo que impuso el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner– pega en la capacidad del país para acceder al crédito en los mercados mundiales, dejando atrás el esfuerzo tardío de la administración kirchnerista por recuperar la confianza de los inversores, en un escenario en el cual el déficit fiscal y las necesidades de inversiones en materia de infraestructura obligan al país a fondearse con lo que tenga a mano.

Una mayor restricción para el acceso al crédito obligaría al país a recurrir a nuevas medidas para captar divisas, ya sea a través de un recrudecimiento de su política comercial proteccionista o con barreras directas sobre el mercado de cambios. Es de esperarse que una nueva depreciación de la moneda –más fuerte en el mercado paralelo que en el oficial– esté dentro del menú de opciones para amortiguar la caída de la actividad.

Si se considera además la tensión diplomática generada por el diferendo asociado al aumento de la producción de UPM, habrá poco margen para que Uruguay pueda negociar excepciones o medidas compensatorias tanto a nivel bilateral como en el marco del Mercosur.

Si bien no es claro qué tan duro será el golpe sobre la economía doméstica, sí es seguro que Argentina seguirá siendo una fuente de preocupación e incertidumbre para la actividad local.

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