Pasar al contenido principal

ES / EN

Gutiérrez Solana: "Por una sociedad iberoamericana del conocimiento"
Lunes, Diciembre 6, 2010 - 10:18

Habla el rector de la Universidad de Cantabria, y presidente del Comité Académico de la Agenda de Guadalajara, una instancia que agrupa a cerca de 40 universidades que pretenden hacer de América Latina y España un espacio universitario común.

¿Cuánto es el conocimiento que 480 millones de personas pueden producir por el hecho de hablar un mismo idioma?

Una difícil pregunta que apela directamente al potencial creativo del conjunto de hablantes de español que hoy hay sobre el mundo. 

Si bien el número de hispanoparlantes es colosal y comparable con quienes hablan chino o inglés, la fuerza del idioma español se ve desmedrada por no estar articulado a través de aquellas instituciones que por antonomasia lustran y acrecientan el conocimiento. En este caso: las universidades latinoamericanas y españolas.

Para remediar esta desarticulación, un conjunto de 1040 universidades agrupadas en Universia se reunieron en Guadalajara para componer una agenda y un plan que permita crear un espacio universitario en español, capaz de hacer frente a los desafíos de este siglo, haciendo frente común.

Una tarea nada fácil, que explica en esta entrevista Federico Gutiérrez Solana, rector de la Universidad de Cantabria, y presidente del Comité Académico del grupo de la Agenda de Guadalajara.

¿Cuáles son los objetivos de la Agenda de Guadalajara?

Hay tres grandes objetivos. El primero consiste en lograr una gran movilidad de estudiantes, de modo que en 2015 el 2,5% de una generación haya tenido una experiencia en una universidad de habla española de un país distinto al suyo, lo que en números se traduce a 75.000 personas al año.

El segundo es lograr la homologación de los procesos académicos, de modo que lleguemos al pleno reconocimiento de títulos y tengamos un sistema iberoamericano de acreditación.

Por último, ampliar los volúmenes y las redes de investigación y la formación de doctores.

Estas líneas de acción responden a un plan estratégico, con el cual estimamos podemos las universidades asumir frente a los gobiernos y las sociedades la propuesta de una sociedad iberoamericana del conocimiento, capaz de hacer frente, en las lógicas de bloque, a los desafíos venideros.

¿Por qué es necesario articular un sistema universitario en español?

 Porque la manera de enfrentar los desafíos globales es a través de bloques regionales y contar con un sistema que va más allá de lo universitario, que involucra nuestras sociedades y el conocimiento, nos va a permitir tener mayor autonomía y respuestas más certeras a nuestros problemas particulares. Con esto vamos a ser libres de decidir el modelo de sociedad que queremos construir y nuestro lugar en el mundo.

Además, tenemos mucho camino recorrido, pues compartimos un idioma, una historia y una cultura en común, lo que nos da ventajas, por ejemplo, en comparación con la Unión Europea.  

Los objetivos planteados son ambiciosos, en especial porque los sistemas universitarios latinoamericanos son muy disímiles entre sí ¿Cómo se piensa allanar las diferencias?

Primero hay que decir que contamos con la unión de un conjunto relevante de universidades, y la participación directa de 500.000 personas, involucrando a 13 millones de universitarios. Con eso hemos construido un entorno de confianza que nos va a permitir enfrentar muchísimos retos y dificultades.

Entre otros, el de las diferencias, para lo cual tenemos todo un lineamiento de cohesión social que permitirá tejer redes de apoyo, mediante la cual los más grandes apoyarán a los más pequeños, y podremos establecer marcos para una acreditación común.

Tampoco se trata de imponer desde arriba un sistema, pues está claro que un foco es respetar las diferencias y ofrecer un marco común que comprenda el punto en el que estamos, para ir avanzando de manera gradual.

Esto supone acuerdos públicos ¿Cómo lograr el entendimiento entre los sistemas políticos latinoamericanos, que a veces son tan contrapuestos? 

Es un desafío, pero creemos que la visión final es compartida y útil para todos, por lo que trabajaremos sobre las líneas de convergencia, de modo que los avances vayan convenciendo que hay que ir más allá.

¿Cuál es el rol de las escuelas de negocios?

Éstas proveen conocimientos fundamentales para la sociedad, acerca de su entorno empresarial y productivo, y sobre el modo de gestionar las organizaciones. Son instancias sustanciales para encontrar puntos de unión entre empresas y universidades, por lo que pueden llegar a ser muy importantes para traspasar a la sociedad el producto de una unión como la que proponemos.

Sin embargo, el esfuerzo principal debe estar centrado en las universidades mismas, como entes más complejos y capaces de crear mayor variedad y cantidad de conocimiento.

En el último tiempo en este canal ha habido un debate acerca de las mermadas capacidades de las universidades latinoamericanas y sus escuelas de negocios de crear conocimiento propio, por lo que se les han criticado por ser "estaciones de repetición" del conocimiento creado en Estados Unidos y el norte de Europa ¿Comparte la crítica? 

Está claro que el mayor valor se lo queda quien produce el conocimiento, y hay costos asociado a transferirlo, si no somos capaces de producirlo. Justamente la idea es que seamos capaces de generarlo a través de incentivos propios. Y en esto, la clave es aumentar la investigación y los doctorados. Sin esto, se dificulta la creación de una cultura propia de innovación y emprendimiento que nos permita hacernos las preguntas correctas y responder a ellas. 

Autores

Andrés Almeida