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11 consejos para reconocer un buen coach
Viernes, Junio 17, 2016 - 09:53

El coach acompaña al coachee a través de la reflexión conjunta, la pregunta, y la motivación hacia la acción.

El coaching es utilizado por empresas de todos los sectores y tamaño, y su crecimiento ha sido exponencial. En el Área de Desarrollo de Personas, es indudablemente el proceso de mejora personal que más ha crecido en los últimos años. Es sin duda una de las profesiones del futuro, y con más presente.

Las herramientas del coaching son la creación de contexto, la capacidad para identificar nuevas miradas, descifrar nuevas oportunidades y diseñar nuevos caminos. Y todo ello conducirá a la consecución de resultados extraordinarios y activar el potencial que tienen las personas y del cual no son conscientes.

Pero, ¿qué características debe tener un buen coach? Cesar Cáceres, docente del Diplomado Dirección de Personas ‏de la Universidad de Piura, señala que debe poseer once competencias esenciales:

1. Ética: Determinar guías éticas de actuación y estándares profesionales. Entender el código ético y la habilidad de aplicarlo apropiadamente en todas las situaciones de coaching.

2. Establecer el Acuerdo de Coaching: El coach debe tener la habilidad para comprender, entender y tratar lo que se requiere en cada interacción específica de coaching y establecer el acuerdo con cada cliente sobre el proceso y su relación.

3. Vínculo: Debe ser una persona capaz de establecer confianza e intimidad con el coachee. Ser capaz de crear un ambiente seguro y que contribuya a producir respeto mutuo, confianza, integridad personal, honestidad y sinceridad.

4. Presencia de coaching: Habilidad para tener plena conciencia y crear relaciones espontáneas de coaching con el cliente, empleando un estilo abierto, flexible, de confianza y saber escoger la forma de trabajo idónea a cada uno. Es importante que el coach sepa controlarse a sí mismo cuando trata con emociones fuertes, de manera que no se vea sumergido ni dominado por las emociones del cliente.

5. Saber escuchar: Es fundamental enfocarse completamente en lo que el cliente dice y lo que no dice, entender el significado de lo que se dice en el contexto de los deseos del coachee.

6. Preguntas poderosas: Es fundamental que el coach tenga la capacidad de realizar preguntas que revelen la información precisa para el mayor beneficio del cliente y la relación de coaching. Hacer preguntas abiertas que evoquen descubrimiento, intuición, compromiso o acción, y que aporten mayor claridad, posibilidades o nuevos aprendizajes.

7. Comunicación directa: El coach debe comunicarse de manera efectiva, clara y directa durante las sesiones de coaching, y utilización de un lenguaje adecuado de modo que tenga el mayor impacto positivo posible sobre el cliente.

8. Crear conciencia: Habilidad de integrar y evaluar con precisión la información, y de hacer interpretaciones que ayuden al cliente a ganar conocimiento y alcanzar los resultados pretendidos. Para ello, es necesario identificar sus preocupaciones ocultas, las maneras típicas de percibirse ante el mundo, diferenciar entre los hechos y su interpretación. También es necesario ayudar a los clientes a descubrir para ellos mismos los nuevos pensamientos, percepciones, emociones, entre otras, que consolidan su habilidad para alcanzar lo que es importante, e identificar sus fortalezas sobre áreas importantes de aprendizaje y crecimiento.

9. Diseñar acciones: El coach debe crear con el cliente oportunidades para desarrollar aprendizaje, durante el coaching y en situaciones de la vida o el trabajo, y para tomar nuevas acciones que conduzcan de modo más efectivo hacia los resultados esperados.

10. Planificación y establecimiento de la meta: Crear un plan con los resultados que son alcanzables, mesurables, específicos y con fechas determinadas, identificando y accediendo a diferentes recursos para aprender, como por ejemplo libros.

11. Gestión del progreso y responsabilidad: Capacidad de poner la atención en lo que realmente es importante para el cliente, y dejar la responsabilidad al cliente para actuar. Es necesario mantener un feedback constante sobre lo que ha hecho, lo que no ha hecho, ha aprendido o se ha dado cuenta desde la sesión anterior. 

Foto: Pexels

Autores

AméricaEconomía.com