Programar sus llamadas, apagar el celular y disfrutar de las recompensas, son algunas de las recomendaciones.

La productividad es signo de un pensamiento inteligente. Entonces, quienes logran hacer más cosas durante el día demuestran tener un foco más inteligente de sus tareas.

En Inc. John Brandon propuso algunas ideas:

1. Finalizar una tarea de inmediato. La gente súper productiva termina una tarea enseguida, lo que orienta el pensamiento. Esto va para cualquier tarea, sea pequeña o no.

2. Disfrutar de la recompensa: Idear alguna retribución es conveniente, porque permite motivarse a concluir tareas adicionales. Sólo asegúrese de tener el tiempo para conseguir realmente la recompensa.

3. Matar temprano la mala actitud: Las personas más productivas en la oficina tienen una actitud de productividad. Si comienza el día pensando que está sobrecargado y estresado, efectivamente así será. Cambie su actitud y comenzará el día con la mentalidad de que logrará hacerlo todo.

4. Comer un desayuno saludable. Se podría pensar que el desayuno es opcional, pero tener hambre en su escritorio puede ser una distracción. Evite bocadillos poco saludables, que pueden matar la productividad.

5. Programar cada llamada telefónica con antelación. Para algunos, un día productivo significa realizar varias llamadas telefónicas. Y eso está bien, pero se deben programar.

6. Apagar el teléfono. Ese pequeño teléfono inteligente es una distracción para la gente realmente productiva. Sólo úselo cuando tenga que hacer una llamada o utilizar una aplicación. Puede desactivar el sonido mientras está trabajando o dejarlo en el auto, cuando tenga que ir a reunión de trabajo muy importante.

7. Nunca leer un sitio de noticias de más de una vez: El problema de invertir un montón de tiempo leyendo las noticias toda la mañana es que se crea un hábito de distracción. Está bien leer una noticia una vez en la mañana, para luego concentrarse solamente en el trabajo.

8. Evitar gente que lo pueda distraer. Los que son demasiado productivos tienden a evitar en la oficina a los procastinadores- quienes no terminan nada- y a los quejumbrosos.