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¿Afectan los MOOC al negocio tradicional de la enseñanza?
Sábado, Junio 14, 2014 - 09:37

En una entrevista concedida a The Knowledge@Wharton, el profesor Ezekiel J. Emanuel señaló que, "no parece que los MOOC estén dañando a las escuelas tradicionales de negocios. Tal vez estén complementando, enriqueciendo y proporcionando una buena oportunidad de participación a estudiantes de diversos contextos".

Una pregunta que quita el sueño a los educadores: ¿los cursos online masivos y abiertos (MOOC) canibalizan las matrículas en las escuelas tradicionales? Ya hay resultados disponibles y forman parte de un nuevo estudio del que es coautor el profesor de Wharton Ezekiel J. Emanuel. En vez de robar alumnos de la enseñanza tradicional, los MOOC llegan a nuevos públicos que las escuelas de negocios, como mínimo, les gustaría alcanzar.

En la entrevista concedida a Knowledge@Wharton, Emanuel observa que “no parece que los MOOC estén dañando a las escuelas tradicionales de negocios. Tal vez estén complementando, enriqueciendo y proporcionando una buena oportunidad de participación a estudiantes de diversos contextos.

A continuación, una versión editada de la entrevista.

-Resuma, por favor, los descubrimientos de su investigación que forman parte del estudio del cual es coautor, “Los MOOC no sustituirán a las escuelas de negocios, las diversificarán” [MOOC Won’t Replace Business Schools – They’ll Diversify Them].

Ezekiel J. Emanuel: Estamos interesados en cómo podrían afectar los MOOC (cursos online masivos y abiertos) al negocio de la educación. Todos se preocupan por el hecho de que [...] los MOOC puedan acabar con las escuelas de negocios, que la educación online gratis o barata pueda terminar con las escuelas de negocios tradicionales, físicas, como Wharton. Estábamos cuestionándonos si este sería el caso.

Lo que nos sorprendió fue el descubrimiento de que aún con cerca de un millón de personas matriculándose en los cursos básicos de Wharton, por ejemplo, contabilidad y operaciones, además de cursos adicionales, como gamificación y negocios del deporte, los MOOC parecen atraer gente que no cursa los programas habituales de MBA o MBA para ejecutivos. Ellos atraen gente de los países en desarrollo, hay una proporción elevada de ellos en los MOOC. Son personas que, por norma, no cursan MBA ni MBA para ejecutivos. Los MOOC atraen a los americanos de primera generación que en general tienen un nivel de instrucción elevado, pero no tienen empleos excelentes. Ellos constituyen un buen porcentaje de los MOOC. Eso nos sorprendió, pero aún así ellos no forman un grupo muy representativo en el programa de MBA y de MBA para ejecutivos.

Una vez más, nos sorprendimos al saber que hay muchas minorías subrepresentadas: afroamericanos, hispanos y otros haciendo cursos online a través de los MOOC, obviamente se trata de un grupo que estamos intentando atraer para aumentar su representación en los programas regulares de MBA y de MBA para ejecutivos.

Conquistar a esas personas que no cursan los MBA tradicionales y llevarlas a un curso de educación en negocios a través de los MOOC parece algo sorprendente. Todo indica que los MOOC están atendiendo a un tipo diferente de clientela no atendida por los cursos regulares de MBA y MBA para ejecutivos, personas que tal vez se encuentren tradicionalmente excluidas o poco representadas en nuestras aulas físicas. Tal vez sea un grupo de población especial que se debe tener en cuenta con el objetivo de reclutarlo para los programas de MBA y de MBA ejecutivo: son personas inteligentes, con buena educación, mucho interés y con las cuales, de lo contrario, jamás tendríamos contacto.

En ese sentido, no parece que los MOOC estén perjudicando el negocio de las escuelas tradicionales; tal vez ellos las estén complementando, enriqueciendo y proporcionando una gran oportunidad de interacción con otros grupos de alumnos.

-¿Cuáles son los principales resultados de su investigación?

Emanuel: Creemos que los cursos online masivos y abiertos que enseñan a miles, decenas de miles, centenares de miles de personas en plataformas diversas como Coursera y edX han sido un motivo real de preocupación. Las personas temen que esos cursos puedan sacudir el mercado de la enseñanza superior, tal vez perturbar la enseñanza tradicional. Estamos muy interesados en eso.

Los tres o cuatro principales resultados de nuestro estudio fueron, en primer lugar, que esos cursos masivos o MOOC parecen dirigirse a grupos importantes que, de lo contrario, no harían un MBA tradicional o un MBA para ejecutivos. Son grupos, por ejemplo, de estudiantes de países en desarrollo, principalmente de países que no pertenecen a los BRIC. Los alumnos, americanos de primera generación, inmigrantes recientes con buen nivel de instrucción adquirida en sus países de origen, pero mal empleados en EEUU, están posiblemente usando los MOOC para adquirir habilidades y entrenamiento adicionales y para mostrar que son competitivos y pueden pelear por un empleo en EEUU. Hay otro grupo que nos sorprendió: las minorías subrepresentadas están excesivamente bien representadas en los programas MOOC en comparación con los programas de MBA y de MBA para ejecutivos. Cerca de un 20% de los matriculados en EEUU pertenecen a minorías subrepresentadas. Y ese es un grupo al que muchas escuelas de negocios están intentando llegar con el objetivo de que se matriculen en los programas de MBA tradicionales y MBA para ejecutivos.

Un segundo descubrimiento sorprendente fue que las mujeres no tuvieron buenos resultados en los MOOC, especialmente las de países en desarrollo. Los MOOC tienden aún a ser dominados por hombres con buen nivel de instrucción. En el caso de las mujeres, las barreras pueden ser mayores. Tal vez ellas no tengan la preparación educativa para sacar partido de los MOOC enfocados en los negocios. Puede ser también que no tengan acceso a Internet y a ítems necesarios, como ordenadores.

Un tercer resultado importante: mucha gente lamenta el hecho de que el número de matriculados es elevado, pero cuando se observa el número de personas que completan el curso y obtienen el diploma, cae hasta un 3% o, en el caso de las escuelas de negocios, un 5%. Aunque sea un porcentaje pequeño, es importante acordarse de que cuando se inicia con cifras muy elevadas, centenares de miles, ese pequeño porcentaje representa muchos miles de personas, mucho más gente de la que encontramos en un programa regular de MBA.

Es importante notar que muchos estudiantes dicen: “Mire, obtener el diploma no es una prioridad para mí. Obtengo muchas informaciones o mucho conocimiento, o lo que yo quería sin la necesidad de obtener un certificado”. Por lo tanto, tenemos que reflexionar bien de qué manera los MOOC están atendiendo, de hecho, las necesidades educativas de los alumnos, en vez de imaginar que el resultado final deba ser la obtención de un diploma.

Eso puede tener también implicaciones importantes para el modelo de precio. Cobrar al final por un certificado tal vez no sea la mejor estrategia. Tal vez otra plataforma de cobro —como una tasa mensual de suscripción o algún otro programa de pago— sería una forma mucho más inteligente de generar ingresos.

-¿Cuáles serían algunas implicaciones prácticas de sus descubrimientos para los educadores?

Emanuel: Uno de los elementos importantes de nuestro estudio acerca de los alumnos que hacen los MOOC es que ellos son, probablemente, un blanco poblacional muy bueno para reclutar candidatos a los MBA tradicionales.

Ellos pertenecen a los grupos que las escuelas de negocios quieren conquistar, alumnos de países en desarrollo, minorías subrepresentadas que, tradicionalmente, están poco representadas en las escuelas de negocios. Por lo tanto, esos cursos masivos online pueden constituir un blanco de reclutamiento que podría ser enormemente mayor. Yo diría que ciertamente la segunda conclusión importante para las escuelas de negocios consiste en llevarlas a ver los MOOC y las oportunidades de cursos online como oportunidades de hecho, no como competencia, distanciándose de ellos con el temor de que, de alguna manera, puedan minar lo que hacen en un aula tradicional o en un programa de MBA para ejecutivos. Por lo menos, inicialmente, ellos no parecen competidores. Todo indica que pueden abrirse a sinergias.

Creo que deberíamos preocuparnos por lo siguiente: explorar de forma más profunda con los estudiantes que hayan hecho un curso cuál es su opinión acerca del mismo, de qué modo esos cursos pueden ampliar un MBA para ejecutivos o tal vez llevarlos a cursar uno, conduciéndolos también a los programas tradicionales de MBA.

Creo que el recelo y la aversión de los gestores académicos por los MOOC pecan de exagerados. Tenemos que pensar en ellos mucho más como una oportunidad positiva de expansión de todos los enormes recursos que tenemos como educadores.

-¿Sus conclusiones se aplican a otros grupos además de los que fueron objetivo de la investigación?

Emanuel: La investigación se detuvo en las escuelas de negocios y en la educación enfocada en los negocios porque teníamos esa oportunidad única debido al hecho de que Wharton estaba ofreciendo cursos básicos preparatorios en cosas como contabilidad, marketing y operaciones, así como algunos cursos adicionales más amplios como gamificación. Pero las conclusiones probablemente se extiendan a la educación de enseñanza superior de manera general.

Muchos gestores de enseñanza superior ya llegaron a la conclusión de que, por un lado, necesitan experimentar con la educación masiva online. Por otro lado, sin embargo, temen que eso pueda, de algún modo, afectar sus finanzas y el número de matrículas. Creemos que hay oportunidades para usar los cursos online con el objetivo de ampliar lo que está sucediendo en el programa educativo tradicional. En realidad, hay diferentes públicos con los que podrían ser utilizados.

El gran desafío, que nuestro estudio no solucionó, es la cuestión de cómo tener un modelo de negocio que tenga sentido para los MOOC, porque todo indica que completar el programa, completar una serie de cursos y pagar por eso no es, probablemente, la mejor estrategia.

-¿Existe alguna historia en la prensa que considere importante para su investigación?

Emanuel: Salió un artículo en el Wall Street Journal la semana pasada que hablaba de cómo las escuelas de negocios tendrían que adaptarse a los cursos masivos online, o temerlos, pero no presentaba datos. Una de las cosas que intentamos hacer fue: en lugar de especular exageradamente sobre los cursos masivos online y los efectos que podrían tener sobre la enseñanza superior, así como quien está haciendo esos cursos, decidimos reunir datos. La Universidad de Pensilvania es probablemente líder en la oferta de cursos masivos online tanto para las áreas de negocios como para otras áreas: mitología o poesía o un curso sobre seguro de salud. Fuimos también pioneros en identificar quién hacía los cursos y por qué los hacían. Estuvimos entre los primeros en documentar el número elevado de personas que se matriculaban: cerca de un 1/3 hacían el curso en el nivel principiante. Pero solamente cerca de un 5% a un 10% de los que habían comenzado el curso lo concluían de hecho.

Suelo decir que se trata de la regla de un tercio. Cerca de un tercio de las personas que se inscriben asisten a la primera clase. Cerca de un tercio de los que asistieron de hecho a la primera clase completan el curso. Es algo de exageración, pero es una regla práctica muy buena. Tenemos que estudiar cada caso.

Es fácil matricularse cuando el curso es gratis. Después de comenzado el curso, tenemos que comprender lo que las personas esperan de él y por qué muchas de esas personas parecen obtener del curso lo que desean sin completarlo. ¿Qué están obteniendo las personas en los cursos que no las exige que asistan a todas las clases o hagan todos los ejercicios? ¿Será mera actualización de conocimientos? ¿Será una preparación para el próximo programa o para el próximo empleo?

Creo que tenemos que hacer muchas más investigaciones. En la Universidad de Pensilvania, en vez de especular, estamos analizando los datos y publicando el máximo posible de informaciones para cultivar el debate sobre los programas educativos online.

-¿Qué distingue su investigación de otros análisis sobre el asunto?

Emanuel: Creo que la Universidad de Pensilvania lidera el análisis de individuos que hicieron cursos masivos online buscando entender quiénes son, por qué están haciendo cursos, cuáles completaron y cuáles no, de qué grupos sociodemográficos proceden, de qué países.

La obtención de datos cuantitativos y el análisis de centenares de miles y ahora millones de personas que hicieron esos cursos online es una de las cosas en que la Universidad de Pensilvania es líder. Otra cosa que estamos intentando evaluar es qué se llevan exactamente las personas de esos cursos y cómo usan las informaciones obtenidas. Una tercera cosa que estamos analizando consiste en saber de qué maneras esos cursos masivos online fomentan de hecho la educación o tal vez la debiliten. Estamos intentando analizar empíricamente los beneficios en términos de educación efectiva, conocimiento retenido, conocimiento utilizado [...] Eso, obviamente, lleva más tiempo, sin embargo estamos comprometidos, [...] nuestro grupo y muchos otros aquí, con una investigación de buena calidad que proporcionará informaciones en el futuro sobre los cursos masivos online.

-¿Qué harán a continuación?

Emanuel: Estamos intentando entender más concretamente lo que las personas están obteniendo del curso, con qué expectativas llegan a ellos y, cuando los interrumpen, que fue lo que obtuvieron que les permitió parar. O están dejándolo porque el curso toma mucho tiempo o porque no disponen de los recursos necesarios o hay alguna otra barrera que impide a las personas hacerlo, aunque quisieran completarlo. Por lo tanto, esa idea de cómo exactamente adecuar un curso masivo online para hacerlo lo más ventajoso posible para los grupos que lo están siguiendo es una cuestión muy importante, y algo sobre lo que sabemos poco. Por lo tanto, esa será nuestra preocupación principal.

Mi oficina y mi grupo de investigación están especialmente interesados en la perspectiva global. Yo dirijo Penn Global, y lo que nos motiva, en parte, es saber quién son las personas en los países extranjeros, sobre todo en los países en desarrollo, que están haciendo los cursos masivos online. ¿Cómo podemos expandir nuestras ofertas para ampliar efectivamente la educación de esas personas? Ese es nuestro objetivo. Continuaremos investigando esa cuestión en especial.

The Knowledge@Wharton.

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The Knowledge@Wharton.