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Agustín Molina: moda, creatividad y diseño desde Ecuador a Europa
Martes, Julio 1, 2014 - 15:38

Molina dedica las horas en su taller de alta costura imaginando, dibujando, recortando plantillas y telas, cosiendo, planchando, todo con sus propias manos, con un preciosismo que revela la combinación ideal entre artista y artesano.

Desde su niñez en Guayaquil, Agustín Molina sentía esa pasión por modelar el mundo que caracteriza a los artistas. Perfeccionista y delicado, no temía embarrarse de lodo si con ello lograba modelar un zapato o un perrito dormido.

Hoy, muestra su talento en Europa a través de su taller ubicado en Alemania.

Lo que hace a un verdadero artista no son las ideas, es la destreza con la cual las materializa. Y la meticulosidad con que Molina confecciona cada prenda de vestir la fue desarrollando desde la infancia. Zurdo con tijeras de diestro en mano, se apropiaba de los ejemplares de diarios que encontraba en casa y recortaba las viñetas de Garfield y en Navidad los Papás Noel. Se horrorizaba cuando no acertaba a seguir con las tijeras el mínimo trazo de los contornos.

Ahora, al otro lado del océano, en la ciudad de Leipzig, Agustín pasa las horas en su taller de alta costura imaginando, dibujando, recortando plantillas y telas, cosiendo, planchando, todo con sus propias manos, con un preciosismo que revela la combinación ideal entre artista y artesano.

Al terminar el bachillerato en Guayaquil quiso estudiar periodismo, para “denunciar la corrupción...”. Estuvo un tiempo en Bogotá y luego descubrió que su verdadero camino era el diseño de modas.

Recordaba su temprana pasión por el dibujo y los vestidos de muñecas que confeccionaba clandestinamente. Evocaba a su hermana cosiéndole maravillosos trajes con telas vistosas que él mismo escogía en las tiendas del centro de Guayaquil. Entonces despertó de su sueño y lo siguió con tenacidad, hasta el otro lado del océano.

En el 2011, luego de terminar sus estudios de Diseño de Moda, Creación de Estilo y Confección en el famoso Istituto di Moda Burgo, en Milán, Agustín se decidió por el ambiente moderno y abierto de Alemania y aquí instaló sus talleres: Agustín Molina-Haute Couture. Desde entonces la marca ha ido abriéndose campo en el mundo internacional de la moda por su delicioso equilibro entre la elegancia sobria y clásica y el estilo inconfundible del diseñador.

Agustín considera que todo cuerpo tiene potencial para la belleza, solo hace falta el vestido adecuado, y “ni siquiera eso. Un hombre con una camisa bien planchada y una mujer con una bella sonrisa son irresistibles”.

Como todo artista, tiene un ideal: nada de esqueletos vistiendo telas que se descuelgan sin resistencia, sino mujeres con curvas armonizadas por la delicadeza de la seda. Mientras que muchos diseñadores prefieren el tipo andrógino o subrayan la sexualidad del cuerpo de ombligo para abajo, para él la belleza está en el torso.

“Los pechos representan no sólo la procreación sino la creación, el amor entre madre e hijo, el vínculo emocional entre los seres humanos, y nada hay tan hermoso como esa conjunción entre belleza y amor”.

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