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Analia Videla, directora general de Wine Institute: "entender el vino es un estilo de vida que uno elige para disfrutar"
Viernes, Noviembre 20, 2015 - 09:56

La también encargada del desarrollo en Latinoamérica de la entidad, detalla cómo ha cambiado el interés de las personas, qué es lo que más demandan a la hora de aprender y qué está pasando en Latinoamérica en este aspecto.

Cada vez más personas quieren adentrarse en el mundo del vino, un espacio que ya no es predominado por los hombres. Eso es lo que revela la mendocina Analia Videla, directora general de Wine Institute de Argentina, entidad que tiene presencia tanto en Chile como en Argentina.

Ante esto, la también encargada del desarrollo en Latinoamérica, que se ha especializado en la L´Ecole de Commerce ISEG de Lyon, en Francia, y en la UC Davis California, en Estados Unidos, detalla cómo ha cambiado el interés de las personas, qué es lo que más demandan a la hora de querer aprender y qué está pasando en Latinoamérica.

- ¿Cómo ha evolucionado el interés por conocer sobre vino en América Latina?

- Ha venido creciendo en los últimos cinco años, tanto para los que quieren estudiar profesionalmente como para la gente que lo quiere hacer a nivel aficionado. Se ha puesto de moda, pero, más que eso, creemos que es un estilo de vida que uno elige para disfrutar la vida y cada vez hay más gente interesada en aprender sobre esto, no solo en el vino, sino también en productos relacionados al mundo gourmet. Los aficionados lo buscan para sentirse parte del mundo del vino y del mundo gastronómico. De alguna manera hay una unión con lo snob y con la tendencia que da estatus social aprender sobre esto tema. Eso es lo que vemos nosotros de acuerdo a la gente que recibimos.

- ¿Cuánto ha aumentado en estos cinco años?

- Esto se da en Latinoamerica en general. En Argentina el cambio ha sido, desde que empezamos hasta acá, muy creciente. En Chile ha crecido mucho, ha sido más sostenido, menos drástico de lo que fue en Argentina hace unos ocho años atrás. El interés es mucho, pero sigue siendo un poco menor la tendencia. En otros países, como Brasil, el interés sigue siendo drástico; también ha crecido mucho, no sólo vinculado al vino, sino también a otras bebidas alcohólicas y otros productos. En Perú sigue siendo una tendencia todo lo que es destilados y en capacitación también hay una demanda importante. La tendencia es creciente en toda Latinoamérica.

- ¿Qué crees que puede haber gatillado esto?

- Creo que hay una tendencia social. Ha cambiado mucho el estilo de vida de la gente, donde uno trabaja muy fuertemente en la semana y el fin de semana se distiende y se da ciertos lujos que en la semana no se puede dar. Por ejemplo, tomar un buen vino, comer rico, salir a restaurantes. Si bien es una moda muy europea que viene creciendo en Latinoamérica no deja de ser una tendencia hacia lo gourmet, las mismas actividades pero de mayor calidad. En la semana gastan menos para tomarse un mejor vino el fin de semana, esto antes no ocurría porque la gente trabajaba con menor intensidad, entonces estos momentos quizás los podía disfrutar, parar a comer tranquilo, en estos tiempos no se puede, entonces uno los hace el fin de semana.

- ¿Cuales son los cursos que más se demandan?

- Los curso que más están demandando es 'Cata y Maridaje', el curso corto de Sommelier, además de la carrera, que es nuestra base. Depende después de cada país, por ejemplo, enoturismo se demanda fuerte, pero en el norte de Argentina vemos que es el de Sommelier, que en Santiago también es más importante. Depende mucho del mercado objetivo y de la zona donde esté ubicada, por lo general, si son grandes capitales, la someliería se hace fuerte, porque el servicio del vino es uno de los pilares base de la carrera y el conocimiento de bebidas y producto en general. En algunas regiones, el enoturismo y marketing han funcionado muy bien.

- ¿Cuál es el perfil de las personas que van a los cursos?

- Han cambiado bastante, en un principio, hace unos ocho años atrás, se interesaban mucho más los hombres y la edad superaba los 30 o los 28 años, ahora tenemos alumnos de 20 años en adelante, el interés de las mujeres creció mucho por el mundo del vino, muchas mujeres son la mayoría en los curso, lo que nos llama mucho la atención, y cada vez más chicos, de 20 a 70 años. Hemos tenido gente inclusive retirada que quiere aprender de vinos y nunca tuvo el tiempo para hacerlo y le gusta porque vive en una región vitivinícola o porque lo escucha todos los días en la televisión o en las radios. Se ha achicado la edad para aprender de vinos. Ahora muchos lo empiezan a ver como una profesión y no como un hobby. Nosotros tenemos un perfil muy internacional, eso hace que los profesionales que tenemos o la gente que ingrese a a estudiar carreras tenga salidas internacionales, entonces tenemos acuerdos en Latinoamérica con cruceros, en Europa uno muy interesante para hacer pasantías en Francia y con la Escuela Española de Sommelier, y todo eso suma a que realmente se lo tomen con la seriedad que implica estudiar una carrera relacionada al vino. Tenemos un sistema de encuesta donde la gente pone qué le interesaría conocer de vinos y antes la gente ponía lo básico y ahora va demandando una paleta mayor de conocimientos a medida que el mercado avanza.

- Este creciente interés ¿podría revertir ese bajo consumo que se da tanto en Chile como en Argentina, considerando que son países productores?

- El consumo sigue siendo menor y eso pasa en ambos países porque las ocasiones de consumo también han disminuido y tenemos algunas bebidas sustitutas que hacen que nos compliquen un poco la existencia al mundo vitivinícola, pero la realidad es que se toma menos y de mayor calidad y esa es una tendencia a nivel mundial. En algunos países del Viejo Mundo también se está dando esta tendencia y son países muy arraigados a beber vino. Justamente están los organismos que promocionan el vino en diferentes países, que buscan al consumidor. Nosotros como institución estamos muy comprometidos con el vino y tratamos de que cada vez haya más gente que consuma sana y saludablemente el vino. También hay leyes que favorecen el consumo responsable. Muchas veces hay algunas sociedades que no están muy educadas, como es Latinoamérica en general, y hay que aplicar sanciones más fuertes porque la gente no sabe tomar. Entonces, el sector vitivinícola critica mucho el tema de la ley seca y justamente los conductores no saben consumir saludablemente y hay que evitar accidentes y hay que hacerlo de alguna manera. La ley tiene que hacerse cargo de eso que nos perjudica pero eso hace que tengamos que educar. Nosotros estamos muy dedicados a la responsabilidad social.

- Una forma de acercar el vino sería chasconearlo un poco para acercarlo a los más jóvenes y quitarle así esa aura de sofisticación que quizás puede alejar a la gente no tan entendida en el mundo del vino

- Creo que hay mucha oferta en el mundo en general y muchas veces la gente no sabe qué elegir. A nivel marketing, puntualmente, creo que es importante que las bodegas innoven en productos para poder atraer al consumidor, no es fácil estar en una góndola compitiendo con cien etiquetas, hay que tratar de aplicar de alguna manera el conocimiento y tratar de educar para que la gente sepa elegir. En Chile la oferta es chica con respecto a mercados como Inglaterra y Estados Unidos, donde en las góndolas hay vinos de muchos países. Entonces, hay que simplificar el vocabulario, hay que acercarse al consumidor, transmitir un mensaje claro y no llenar de información y que la gente no sepa qué está comprando. También hay que trabajar variedades, simplicidad, buena acidez y de alcohol menores. Eso es en lo que somos buenos y es lo que tenemos que vender, por el momento. Luego educar y para llegar a segmentos más altos.

- ¿Cuáles son las principales innovaciones que se están llevando a cabo dentro de la industria del vino?

- Australia son los pioneros en innovación y marketing de vino. A nivel tecnológico o de producto, en Chile se están trabajando más variedades, cepas que normalmente no trabajaban y eso ayuda a que el consumidor pueda probar cosas diferentes. En Europa nos encontramos con un Francia que está comenzando a trabajar varietales cuando se está permitiendo el uso de chip o de madera alternativa. Hay muchos cambios que tienen que ver con lo que el consumidor está buscando, porque hay vinos que por fin entendieron que tenemos que escuchar al mercado y no que nosotros saquemos productos que nos gusten a nosotros como productores y esa es la clave de la cuestión. Si Brasil busca cosas dulces con bajo alcohol para tomar en la playa hay que hacer eso. A veces estamos tratando de vender cosas que nos gustan a nosotros y no van a funcionar donde hay culturas en que el vino no se consumía. Hay que adaptar el producto al mercado, sino, es no entender el mercado.

- ¿Cómo se ha desarrollado el instituto en estos años?

- En todo lo que es educación venimos teniendo crecimiento todos los años, venimos trabajando muy bien, cada vez vamos teniendo más influencia en Latinoamérica. Al tener las certificaciones con una escuela inglesa de vinos nos ayuda más a internacionalizarnos. La verdad es que tenemos que lidiar algunas veces con algunos inconvenientes en Argentina, que es más inestable desde el punto de vista político y económico, pero nos ha ido bien en otras sedes también, entonces eso equipara, pero la verdad es que desde que hemos iniciado hemos hecho aperturas de Wine Institute en distintos lugares, hemos seguido creciendo y seguimos trabajando por llenar las expectativas de la gente que pone una inversión y tiene que ver los resultados del producto que contrata  y nosotros tenemos que estar a la altura de esas expectativas y cumplir con ellas, y eso es lo que nosotros buscamos. Puntualmente, me he formado en las mejores escuelas del mundo vitivinícola en Europa y Estados Unidos entonces conozco cuáles son los estándares de calidad y desafíos en estos países y nosotros hacemos todo para estar a esa altura, más los factores que nos influyen en los distintos países. Es un bonito desafío la educación, que cumple también una función social, que es justamente que la gente pueda trabajar de esto y buscar oportunidades para que las pueda aprovechar. La verdad es que yo feliz de hacer esto, me encanta, trabajé siempre en el sector vitivinícola, comencé con Wine Institute y no sabía hasta dónde podía llegar y el límite está en el techo que uno se ponga. El equipo que tenemos es serio y la gente que trabaja con nosotros es muy comprometida y eso nos facilita mucho la tarea de educar y que puedan transmitirle a la gente esta pasión por el vino.

- ¿Cuáles son los planes de expansión que tiene el instituto?

- La apuesta fuerte está de acá a unos cinco años más hacer una apertura en otra provincia de Argentina, San Luis,  que ha tenido un gran crecimiento gastronómico. También seguir haciendo otras aperturas a nivel internacional, para estar presente en otros países de Latinoamérica y tener en ese plazo presencia en unos dos o tres países más. Tenemos muchas ganas de ingresar a Colombia, México y Perú, luego tendremos que ver cuánto tiempo pasa hasta que podamos abrirlos. Respecto a lo educativo, estamos trabajando con certificaciones internacionales, trabajando también en capacitaciones de habanos, de destilados, cosas que mucha veces los estudiantes no han visto pero que cuando van avanzando en conocimientos lo van pidiendo. También en el desarrollo de programas innovadores como en materia del producto. Tenemos muchas ganas de armar un plan de contribución entre países, al tener sede en países podemos tener mucha innovación con los profesionales, lo que nos ayuda mucho para abrir la cabeza, eso contribuye mucho a que los alumnos entiendan que uno no se regionaliza, tiene que aprender de vino, pero también de cultura de otros países, formas de cultivos y vides de otros lugares y eso es muy enriquecedor. Lo bueno que tenemos es este intercambio de sedes, que también es a nivel de alumnos, quienes pueden cursar en otras sedes para capacitarse en vino, durante dos o tres meses, eso nos ayuda mucho culturalmente, no se aprende mejor que estando en los lugares donde pasan las cosas.
 

Autores

Loreto Oda Marín