Pasar al contenido principal

ES / EN

Algoritmos productivos para diversificar Chile
Jue, 23/05/2019 - 10:18

Pablo Albarracín

Big Data: ¿la nueva llave para el desarrollo?
Pablo Albarracín

Pablo Albarracín es periodista de la Universidad de Playa Ancha, Valparaíso (Chile) y actualmente sub editor de AETecno.com, el sitio web de tecnología de Americaeconomía. Trabajó previamente como periodista en Corfo, la agencia chilena estatal de desarrollo; Conicyt, agencia estatal de ciencia y tecnología y en centros de investigación científica universitarios. Ganó el Premio Accenture al Periodismo de Innovación y Tecnología 2013 y es reportero habitual en congresos de tecnología en ciudades como Shanghai, Las Vegas, Sao Paulo, Santiago, Cancún, Río de Janeiro, entre otras.

Una imagen real, no una ilustración. Una imagen real allá, 55 millones de años luz de la Tierra. Un agujero negro para nosotros, una imagen que nos hizo sopesar, súbitamente, que dentro de ese enorme desierto solo somos un grano de arena.

Algo tenemos los chilenos que celebrar de tamaña gesta. Lo ocurrido el pasado 10 de abril, con el exitoso experimento astroinformático global, Event Horizon Telescope (EHT), fue posible gracias al trabajo colaborativo de más de 200 científicos y a la maravillosa red de ocho radiotelescopios alrededor del mundo, que unieron sus sistemas y antenas para entregarnos la imagen del fenómeno ubicado en la galaxia M87. Chile colaboró con tres de los ocho radiotelescopios utilizados para el EHT (ALMA, APEX y ASTE), todos ubicados en el desierto de Atacama.

No pretendo profundizar acá sobre agujeros negros. Es solo la excusa para reflexionar sobre algo trascendente y que puede ser el punto de inflexión de una nación que podría superar la delgada línea roja del estancamiento productivo. ¿Cómo? Tal como dice José Miguel Benavente, líder de Competitividad, Tecnología e Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en entrevista con AméricaEconomía: "en la revolución digital uno de los concienciadores es el Estado".

Porque, como nunca en su historia, el país está dentro de las grandes ligas de la astronomía mundial, gracias a la infraestructura instalada en su territorio que, para los próximos diez años, alcanzará 70% a 90% de la capacidad radioastronómica del mundo.

Ya están en marcha enormes proyectos como el European Extremely Large Telescope (E-ELT), el Tokyo Atacama Observatory (TAO), el Large Synoptic Survey Telescope (LSST) y el Giant Magellan Telescope (GMT). A estas mega obras, puede sumarse el Thirty Meter Telescope (TMT). Y los ya famosos y operativos Observatorio Paranal y el radiotelescopio ALMA. Estos titanes generan enorme data. Hablamos de petabytes (un PB son mil discos duros portátiles). Pero esto no es nada. La generación de data astroinformática en Chile se mide y se medirá cada vez más en exabytes (1.000 PB equivalen a 1 EB).

“La transformación digital es transversal a distintas industrias. Este gobierno no tiene un foco sectorial, sino que busca promover tecnologías transversales. En este sentido, apostamos porque sean los mismos agentes económicos los que nos sorprendan con nuevas aplicaciones basadas en datos”, explica Julio Pertuzé, jefe de la División de Economía del Futuro de Ministerio de Economía.

En esta línea aflora el Data Observatory (DO), organización sin fines de lucro que nace para coordinar a distintos actores público-privados con el objetivo de generar un polo de desarrollo de la ciencia de datos, partiendo por la astronomía, pero abierta a otros datasets de impacto global. Desde el Ministerio indican que el DO también proporcionará capacitación de alto nivel en ciencia de datos a investigadores chilenos de distintas disciplinas y que contribuirá a detectar nuevas oportunidades de desarrollo de mercados a futuro.

Esto requiere de una mega y compleja red de almacenamiento y procesamiento de esta data, donde científicos, académicos, multinacionales y el gobierno apuestan a que este enorme Data Lake sea la mina de oro para que otras industrias y empresas la utilicen inteligentemente para acelerar la innovación y generar mayor riqueza.

“Qué mejor ejemplo que The Not Company, empresa fundada por un profesor de Ingeniería de la Universidad Católica que descubrió que los mismos algoritmos que utilizaba para analizar estrellas, servían para aplicar Inteligencia Artificial (AI) a la industria de alimentos”, explica Pertuzé.

El secreto del DO, que entrará en operación en julio-agosto de 2019, es hacer productivos los algoritmos para que solucionen los dolores de otros sectores productivos del país. Hablamos de datos que pueden servir para estrategias sobre clima, prevención de desastres naturales, energías renovables, agricultura, educación, planificación urbana y un largo etcétera.

El DO puede ser un primer paso disruptivo para el país. No es novedad que la competitividad de la economía digital demanda soluciones creativas y de vanguardia. Más aún si Amazon Web Services (AWS) ya se sumó oficialmente al DO, para entregar toda su capacidad de almacenamiento y procesamiento en la nube y ser un actor relevante en este ambicioso proyecto. El mismo interés de la Universidad Adolfo Ibáñez para sumar al proyecto. "El Data Observatory tiene una arquitectura multi-cloud y esperamos que a futuro otras empresas tecnológicas se unan", nos tienta Pertuzé.

Interesante es cómo la academia se puede ver fortalecida con el DO, al agilizar sus investigaciones e insertarlas en la industria. “La academia tiene la capacidad de aportar profundidad en conocimiento y, si a eso se le agrega creatividad y problemas industriales, es mucho más fácil llegar a soluciones de última línea”, resalta Aisén Etcheverry, directora del DO.

Aunque aún no todo el mercado parece creer que Chile no es solo cobre, las oportunidades son obvias: AWS se instala de la mano del DO, arriba corre el cable submarino de fibra óptica Google “Curie”, directo de California a Valparaíso, y Huawei anuncia que invertirá más de US$100 millones en los próximos cinco años para un nuevo servicio cloud en Chile.

¿Será el DO la prolongación de la innovación disruptiva que Chile requiere?

Países