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Cuando las elecciones y el márketing colisionan
Vie, 17/11/2017 - 11:36

Marcelo Sukni

Los secretos del retail en Chile
Marcelo Sukni

Gerente general de SAS Chile

Es casi imposible evitar la cobertura electoral, sin importar cuánto lo intentes, porque domina no solo los medios de comunicación sino los espacios físicos en plazas.

Las promesas de campaña son, en gran medida, parte del proceso de las mismas, y los políticos prueban todos los métodos a su disposición para tratar de influir en los "votantes indecisos" que están abiertos a la persuasión. Pero, ¿hasta dónde están dispuestos a llegar para lograr este objetivo?

Como se ve claramente, en una democracia establecida como los EE.UU. o incluso en una nueva y dinámica como Sudáfrica, las elecciones se están convirtiendo, cada vez más, en una campaña de mercadotecnia en la que los votantes reciben "ofertas" de promesas hechas por los candidatos.

A menudo los políticos y sus equipos de campaña se ven obligados a hacer suposiciones sobre las preferencias de los votantes en función de la información demográfica y psicográfica (aquella que divide según estilo de vida, personalidad y gustos). Sin embargo, los especialistas en marketing se dieron cuenta hace años que restringir su comprensión de los clientes a dicha información básica no es suficiente, especialmente teniendo en cuenta la gran cantidad de datos de clientes que ahora están disponibles.

Los profesionales del márketing ahora se están moviendo hacia el denominado "segmento de uno", donde los análisis predictivos se utilizan para determinar las preferencias de marca personal, producto y servicio de cada cliente en particular, y utilizan esta información para personalizar los mensajes únicos para estos clientes.

De hecho, las campañas electorales modernas están haciendo un mayor uso de la minería de datos avanzada así como de técnicas analíticas, aprovechando los datos de los votantes disponibles pública o comercialmente.

Al igual que en el márketing, los activistas electorales desean centrar sus esfuerzos donde sea más probable que tengan éxito. Y si bien eso excluye a los segmentos donde probablemente no ganen, sí reflejan las mejores prácticas de mercadotecnia del consumidor, se supone que el proceso democrático es representativo de las opiniones y la voluntad de la mayoría.

En general, se ha descubierto que el márketing basado en datos puede agregar dos y hasta tres puntos porcentuales a la cuenta total de un candidato. En una elección cerrada, esto podría marcar la diferencia, ya que los que se quedan atrás tendrán dificultades para ponerse al día.

Ahora bien, muchos se preguntarán ¿cómo los políticos y sus equipos saben qué problemas son importantes para cada votante? La respuesta es sencilla: se basan en las lecciones aprendidas de los vendedores.

Los equipos de campaña, al igual que los especialistas en márketing, están buscando más datos para ayudarlos a predecir el comportamiento de los consumidores, o votantes, para así obtener algún tipo de ventaja competitiva.

De esta forma, aprovechan rápidamente los datos relacionados con el comportamiento de sus clientes en su sitio web, plataforma de redes sociales y el uso de sus productos o servicios. Y estas fuentes de datos se están acelerando gracias a la proliferación de datos recopilados de dispositivos conectados a través de Internet of Things (IoT).

Es fundamental entender que los beneficios del big data y la analítica van más allá del márketing digital, y que son soluciones que nos abren nuevas posibilidades, permitiendo incluso predecir eventos, tendencias e incluso resultados electorales.

La transformación digital del Estado es inminente en este mundo globalizado. La implementación de soluciones de analítica predictiva les permitirá a los candidatos y a los gobiernos mejorar sus propuestas, prevenir fraudes, tomar mejores decisiones, implementar medidas en seguridad nacional y justicia criminal ajustadas a las necesidades del país, junto con reducir costos y recursos.

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