El común denominador de hoy en los negocios es la transformación, y a gran velocidad. Fusiones, compras y reestructuraciones son una constante de los mercados nacionales e internacionales.
A ello, hay que agregar los permanentes cambios en la administración de las habilidades personales, las nuevas formas de desempeño que aparecen a diario y el conocimiento que se exige de innovadores productos, al igual que la incorporación de prácticas laborales no tradicionales y la creciente necesidad de incluir en el desarrollo personal a la tecnología. Todo, para rápidamente cumplir con las expectativas empresariales y disminuir al máximo la brecha de la exigencia para hacer bien nuestro trabajo.
En ese contexto, la correcta y ordenada forma de conjugar los verbos es atraer, retener, motivar y desarrollar. Porque, con frecuencia, los gerentes de recursos humanos de las corporaciones sumergidas en este vertiginoso proceso de permanente cambio se preguntan cómo ser acertivos en la selección, retención, motivación y desarrollo de los mejores empleados, más cuando este escenario está hoy hiperconectado.
Esto es la administración del capital humano. En otras palabras, cuando las compañías tienen un número significativo de empleados, muchos cargos y posiciones, miles de procesos de administración, cientos de unidades organizacionales que coordinar, ser proactivo no es trabajo sencillo. ¿Cómo administrar el conocimiento de los empleados eficientemente para ubicar al mejor funcionario en el cargo justo y en el tiempo preciso? Ante una fusión, ¿de qué manera reorganizar el negocio para dejar a los y las mejores en él?
Lo primero es abordar la gestión de los recursos humanos de manera integral, es decir, implementando procesos y tecnologías para que toda la información que la organización requiere, de su capital humano, esté en un solo lugar (datos del factor humano disponible, lista de nóminas y gestión de tiempo y asistencia). Como segundo factor aparecen las personas, sus procesos y la tecnología que necesitan para ello. Aquí es clave analizar el desarrollo humano, considerando las competencias laborales, clima y motivaciones. Así, podremos saber cómo lo estamos haciendo y qué tendremos como resultado. Mejor aún, a qué aspiramos bajo ese esquema ya definido.
Es evidente que buscamos alcanzar un clima laboral auspicioso, con empleados muy motivados, capacitados, productivos y con una actitud colaborativa hacia el negocio. O sea, si hay que entregar un servicio al cliente, éste se hará con amabilidad y si se debe realizar un proceso complejo, se hará con detalle y competencia. Eso es administrar el capital humano. Eso es Human Capital Management.
