Hoy la prioridad base del Ministerio de Energía de Chile es impulsar el desarrollo y la implementación de una política energética integral en el país, apoyada fundamentalmente en análisis técnicos y profundos, pero a la vez comprensibles por la ciudadanía. Velando siempre por el cuidado del medioambiente, respeto a la legislación y una visión de desarrollo a largo plazo.

Siguiendo esa lógica es fundamental para nosotros resguardar la seguridad del suministro, con el propósito de cubrir los requerimientos de la creciente economía y del actual desarrollo social de Chile. Esta medida se realizará a través de la coordinación de políticas y planes sectoriales en estas materias, además en la regulación y en el fomento al progreso de un mercado competitivo y eficiente.

Dentro de este marco, es vital para el gobierno impulsar el desarrollo de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), pues de aquí al año 2020 la meta trazada por el presidente Sebastian Piñera es que el 20% de la generación en la matriz energética provenga de este tipo de fuentes. Para lograrlo es necesario detectar y disminuir las barreras que limitan su desarrollo, para de esta forma contribuir con la certidumbre, sustentabilidad ambiental y eficiencia económica.

También tenemos un tremendo desafío enfocado en aumentar la eficiencia energética. Este tema tiene que ser parte de la cultura de todos, no solamente de los chilenos, sino del mundo entero, porque no podemos seguir creciendo como nación sin tener conciencia de la fragilidad los recursos naturales, las fuentes energéticas y sus características.

Para ello, es importante consolidar el uso eficiente de la energía, con el objeto de reducir su consumo sin afectar el crecimiento, la productividad del país y el bienestar de la población.

Han pasado cinco años de la creación del Programa País Eficiencia Energética (PPEE), y Chile ha dado un salto institucional en esta materia, con la creación de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (ACHEE), en el segundo semestre de 2010.

Este organismo actuará como el ejecutor de las políticas establecidas por la División de Eficiencia Energética y para facilitar dicha labor y aprovechar las sinergias existentes con el sector privado, se constituirá como una fundación, con un directorio que incorpora a los Ministerios de Hacienda, Energía y la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC).

Por otro lado, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) proporcionará asistencia técnica en el desarrollo del etiquetado y de los estándares mínimos de eficiencia energética en artefactos y productos (MEPS), además cumplirá el rol de fiscalizar su desempeño.

Dentro de esta lógica se desarrollará una estrategia nacional de eficiencia energética denominada ChileE3, la cual se concentra en cuatro amplios objetivos: la disminución de la dependencia, el aumento de la competitividad, baja de los impactos ambientales y el aumento de la equidad. En términos más simples, las propuestas de acción hacia el 2020 serán guiadas por principios tales como: costos, eficiencia y trazabilidad. Es decir, que cada proyecto represente el mejor valor posible para quien invierte, sean estos organismos públicos o privados.

Su materialización traerá múltiples beneficios económicos entre los que destacan: la reducción de los gastos en energía de los consumidores, contribuyendo así a aumentar el ingreso disponible de los mismos; la rebaja de los costos operacionales de las empresas, ayudando a aumentar su competitividad; bajarán los niveles de importación de combustibles fósiles y se reducirán los gastos del Estado en esta materia.

Por otro lado, los beneficios sociales serán el aumento de la seguridad energética y el confort de la población, además se reducirán los gases contaminantes y los impactos ambientales asociados a la generación eléctrica.

En conclusión, todos los esfuerzos tienen que estar enfocados en generar las condiciones que permitan compatibilizar el desarrollo del sector energético de Chile con las políticas, regulaciones ambientales y territoriales, tanto en el nivel nacional como internacional.

Nuestra tarea es contribuir a generar las condiciones que permitan a los habitantes del país el acceso equitativo a la energía, de manera eficiente y sustentable, mejorando su calidad de vida e igualdad de oportunidades.