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La industria vitivinícola chilena se expande hacia el sur del país
Jue, 26/04/2012 - 19:10

Maximiliano Morales Sepúlveda

Las redes sociales y el vino
Maximiliano Morales Sepúlveda

Maximiliano Morales Sepúlveda es ingeniero agrónomo de la Universidad de Concepción (Chile), gerente general de Andes Wines Communications y consultor en marketing de vinos, productos agropecuarios, turismo e inversiones. Se ha especializado en el desarrollo de estrategias de comunicación para empresas chilenas y extranjeras.

Mucho se ha hablado hacia dónde debería crecer la industria vitivinícola chilena para satisfacer la creciente necesidad de vinos frescos, menos alcohólicos y con una personalidad que los haga destacar de los vinos comerciales y que ayude a aumentar el precio promedio de los vinos a partir de nuevas plantaciones y efectivas estrategias de marketing de vinos.

Es así como la Región de Coquimbo (zona centro-norte del país) con sus viñedos en la costa y valle de Elqui y Limari; Leyda, San Antonio y Paredones por la zona central costera, y Bio Bio e Itata (centro-sur) han sido en los últimos diez años los nuevos referentes que se verán complementados por la emergente iniciativa de un grupo de especialistas que se coordinaron para potenciar a las Regiones de la Araucania y Los Lagos como zonas productoras de vinos premium, con cepas como Chardonnay, Sauvignon Blanc, Pinot Noir, Riesling y Gewurztraminner.

Sin lugar a dudas el gran pionero que apostó por el sur, en la zona de Mulchén, fue Felipe de Solminihac, dueño de Viña Aquitania, a través de su proyecto llamado Sol de Sol, transformándose en responsable de uno de los mejores chardonnay de Chile, y en el referente de la zona sobre cómo se deben hacer las cosas.

Es así como la experiencia hasta el momento se ha focalizado en producciones limitadas de diversas viñas como Viñas de Malleco, en la Región de la Araucanía, que ha tenido un crecimiento acotado. Esto principalmente por la falta de una estrategia especializada de marketing de vinos para el tipo producido y la ubicación en que se encuentran, fortalezas que para muchos se han transformado en debilidades, porque el mercado a veces no está dispuesto a pagar por un vino de este tipo un valor agregado, aunque éste venga de una zona emergente, ya que la clave está en una comunicación adecuada de los atributos y fortalezas del vino.

Un caso emblemático que ha logrado destacar es Alto las Gredas, en el Valle de Cautín, que ha recibido importantes puntuaciones entre especialistas nacionales, quienes lo han elevado a un vino de terroir único, proyecto que es liderado por Maria Victora Petermann.

Destaca también el aporte de Viña Casa Silva, que a orillas del Lago Ranco está produciendo pinot noir, chardonnay y sauvignon blanc, vinos que pronto verán la luz en el mercado para ingresar al competitivo mundo vitivinícola.

Para reforzar aún más a la Región de la Araucanía como una emergente zona vitivinícola, se iniciaron los trabajos de movimiento de tierra para la plantación de un viñedo en las cercanías de Pucón, específicamente en las Termas de Menetúe, de propiedad del empresario Eugenio Benavente, hecho que viene a destacar que las regiones al sur del Bio Bio e Itata poseen condiciones agroclimáticas similares a las que encontramos en las zonas vitivinícolas de Marlborough, Otago, Canterbury, Martinborough, Nelson, entre otras de Nueva Zelandia.

La Región de Los Lagos tampoco está ajena a este movimiento, mediante el inicio de los estudios de suelos y temperaturas que están dando las bases técnicas para iniciar la plantación de un viñedo en Isla Fresia, en el Lago Puyehue, en las cercanías de Osorno, proyecto liderado por el matrimonio de Sonia Bakal y Martin Hauser, dueños de la fábrica Bauser, de cecinas a base de carne de ciervo y jabalí, que existe al interior de la isla.

Finalmente, está claro que la carrera por producir vinos de alta calidad comenzó en el sur de Chile, siendo esta la gran oportunidad para que las instituciones público-privadas puedan apoyar mediante co-financiamientos reales a los empresarios que están invirtiendo a través de iniciativas de innovación vitivinícola y turística que generarán nuevos empleos, además de abrir nuevos nichos de mercados aún inexplotados como la producción de espumantes a base de chardonnay y pinot noir.

Cabe destacar que este movimiento de especialistas está siendo liderado por la División de consultorías vitivinícolas y enológicas de Andes Wines, a cargo del Ingeniero Agrónomo-Enólogo, José Miguel Sotomayor Ode, y apoyados por la Facultad de Agronomía del Campus Chillán, de la Universidad de Concepción.

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