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Mosul, la masacre silenciosa
Lun, 07/08/2017 - 09:40

Farid Kahhat

Las buenas noticias que trae el fallido atentado a Times Square
Farid Kahhat

Peruano, doctor en Relaciones Internacionales, Teoría Política y Política Comparada en la Universidad de Texas, Austin. Fue comentarista en temas internacionales de CNN en español, y actualmente es profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP (Perú) y analista internacional.

Tal vez recuerde a Bana Al Abed, la niña que narró para el mundo sus vivencias durante el cerco de Alepo, en Siria. Mencionamos en reiteradas ocasiones las investigaciones independientes sobre los estragos que ocasionaron los bombardeos de las aviaciones siria y rusa en esa ciudad. Pero los medios que nos relataron la agonía de Alepo a través de una niña cuyo uso de las redes sociales emulara al diario de Ana Frank, no parecieron encontrar un personaje similar a través del cual relatarnos la tragedia de Mosul, en Iraq.

Convengamos en que, en ambos casos, el enemigo atrincherado en esas ciudades era deleznable (el principal grupo armado en Alepo era la rama siria de Al Qaeda, mientras que en Mosul era el Daesh). En ninguno de los dos casos, sin embargo, ello justifica el martirio al que fueron sometidos centenares de miles de civiles atrapados en esas ciudades.

Según la organización de monitoreo británica Airwars (cuya metodología consta en su página de internet), entre el 19 de febrero (fecha de inicio de la ofensiva sobre el oeste de Mosul) y el 19 de junio de este año, las fuerzas del gobierno iraquí y de la coalición liderada por los Estados Unidos habrían ocasionado 5.805 muertes entre la población civil. Airwars estima que durante el conjunto de los combates para expulsar al Daesh de Mosul los bombardeos de la coalición liderada por los Estados Unidos habrían ocasionado entre 900 y 1.200 muertes entre civiles no combatientes (acota que la cifra tal vez sea bastante mayor, pero que no pudo establecer responsabilidades en un gran número de bajas civiles atribuidas por diversos medios a dicha coalición).

Con base en 151 entrevistas a víctimas, así como inspecciones in situ, Amnistía Internacional elaboró un informe titulado “A Cualquier Precio: la catástrofe civil del oeste de Mosul, Iraq”. En él se atribuye a Daesh uno de los mayores casos de empleo de civiles como escudos humanos del que se tenga registro. Precisamente con el fin de evitar sufrimiento adicional a una población victimizada por Daesh, Amnistía recuerda que el derecho internacional humanitario exigía adecuar tácticas militares al reto planteado por esa conducta. Cosa que, según el informe, no hicieron en forma debida ni las fuerzas del Estado iraquí, ni la coalición internacional liderada por los Estados Unidos. El informe revela, por ejemplo, que pese a que parte de la población fue literalmente secuestrada por Daesh en un espacio muy reducido del oeste de Mosul, las tropas iraquíes emplearon armas explosivas sumamente imprecisas (como el lanzador de cohetes Grad), lo que elevó el riesgo de ocasionar víctimas civiles.

En un artículo en el diario The Independent, el periodista Patrick Cockburn cita al ex ministro iraquí, Hoshyar Zebari, quien alega que la inteligencia del gobierno autónomo kurdo en Iraq estima en 40.000 el total de muertes civiles producidas durante los cerca de nueve meses de combate en Mosul. Según él, otras fuentes subestimarían su número debido a que gran parte de los cadáveres siguen sepultados bajo los escombros. Aunque, a diferencia de las otras fuentes citadas, en este caso no existe acceso a la información y la metodología con base en los cuales se realizó el cálculo, el grado de destrucción estimado por Naciones Unidas en el oeste de Mosul le brinda alguna verosimilitud.

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