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Nicolás puede ser, en cualquier caso, un niño feliz en Chile
Vie, 06/03/2015 - 10:59

Claudio Pereda Madrid

La batalla de la avenida que abre heridas en Chile
Claudio Pereda Madrid

Claudio Pereda Madrid es sub editor del sitio LifeStyle. Con estudios de magíster en Ciencias Políticas (Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, Anepe, Chile) y Estudios Latinoamericanos (U. de Chile), se ha desempeñado en las secciones Economía (Las Últimas Noticias), Cultura (La Nación) y Reportajes (La Tercera), además de la radio Cooperativa y revistas Rock&Pop y Zona de Contacto, entre otros medios chilenos. Es fundador de la revista Cultura y Tendencias. Posee también experiencia como profesor universitario en Comunicación Estratégica y Periodismo de Investigación. Sus cuentas en redes sociales: @peredamadrid y @RevistaCyT

La idea fue genial y llegó al hueso en forma inmediata. En medio de variados cambios legales y sociales que vive Chile, el mundo de la homosexualidad no sólo comienza a salir del clóset, sino que la diversidad parece verse lentamente como una luz blanca al final del túnel.

Bajo el título "Nicolás tiene dos papás", el Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh, una de las principales organizaciones gay del país) presentó una historieta en la que un niño cuenta con inocencia y simpleza que su padre vive con otro hombre y entre los tres forman una familia.

La idea es que el cómic sirva de base en jardines infantiles y salas de clases para hablar sobre la realidad homosexual. El Movilh buscaba que el material, financiado por la Unión Europea y la embajada del Reino de los Países Bajos, se distribuyera en instancias infantiles del Estado. De hecho, ejemplares de la historieta fueron recibidos por el Sename, entidad pública que promueve los derechos de los menores, para repartirse en sus dependencias.

En teoría, una idea genial y que llega al hueso. Sin embargo, a sectores religiosos no les pareció igual. Actualmente el tema se debate en los tribunales de justicia, donde se analiza la legalidad de que el material pueda ser distribuido, analizado o visto en instancias públicas.

Más allá de las consideraciones provenientes desde el campo de la fe, el tema tiene variadas ramificaciones que no han sido del todo profundizadas en la discusión pública. ¿Puede plantearse que Nicolás, efectivamente, tiene dos papás? En rigor, desde el punto de vista de la naturaleza misma de la vida, eso no es posible. Se entiende que la idea del Movilh es más bien proponer una discusión a partir de un juego de palabras, un punto metafórico y no literal. Aún así, resulta complejo partir señalando lo que plantea la historieta.

Un niño o una niña siempre tendrán un padre y una madre. La vida no tiene otro origen. El punto de inflexión de lo que cuenta Nicolás es que en Chile existen muchas familias en las que o el padre o la madre no están. Y siempre salen a flote.

También en muchos otros casos los padres son los abuelos. Y en todas esas situaciones no se puede sostener que los hijos o las hijas se desarrollen con alguna característica negativa en particular.

Probablemente hacia donde se encamina -sin decirlo- el Movilh es hacia la posibilidad cierta de que las parejas homosexuales puedan acceder a la adopción. En Chile, esa discusión se encuentra en niveles muy primarios aún.

Lo que realmente debiera importar desde el primer minuto es si Nicolás es un niño feliz. Y sobre eso, como se ha intentado señalar, Chile da cuenta en toda la amplitud de modelos familiares posibles. Mujeres solas, hombres solos, abuelos solos, sacan adelante a niños y niñas sin que exista una resolución judicial que determine los pasos a seguir. En ese sentido, la realidad chilena habla por sí sola. La discusión parece un poco peregrina.

La diversidad es un valor de las sociedades. Los países que logran administrarla siempre se ubican en umbrales mayores de desarrollo. El asunto es que en Chile siempre ha gustado decir que se trata de un país homogéneo y monolítico.

La historia de Nicolás, si bien puede ser discutida, no puede ser escondida. Y en ese sentido, la realidad ha hablado desde hace mucho tiempo. Si bien biológicamente un niño siempre será fruto de un hombre y de una mujer, su crecimiento y desarrollo puede darse en muchos contextos filiales y familiares. Puestos a pensar, los datos parecen decir que Nicolás puede ser -en todos los casos- un niño feliz.

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