Una vez que las elecciones presidenciales han quedado atrás, Chile se prepara para los próximos cuatro años de gobierno que serán encabezados por Sebastián Piñera. Junto a su equipo cercano, tendrá la misión de conducir al país hacia nuevos umbrales de crecimiento y desarrollo, en concordancia con lo prometido durante su campaña. En este sentido, un aspecto relevante a la hora de conformar ese grupo de confianza, es la cantidad de mujeres que serán parte del próximo gabinete.

La paridad de género no es antojadiza. Es un anhelo evidente para quienes buscamos una mayor igualdad no sólo en el acceso a los cargos directivos de empresas privadas u organismos públicos, sino que de forma transversal. Se trata, con todas sus letras, de una deuda que Chile debe ser capaz de saldar de una vez por todas. En el primer gobierno de la presidenta Michelle Bachelet se materializó el primer intento real de contar con un gabinete paritario. De ahí en adelante, se ha tratado de mantener una tendencia que, con los bemoles propios de la política, tiene mucho por ser mejorada.

Esta ausencia femenina en puestos directivos no es sólo una constante en el ámbito público. De acuerdo al Informe de Mujeres en Alta Dirección de Empresas (Imad), elaborado por Mujeres Empresarias y la Dirección de Estudios Sociales de la Universidad Católica (DesUC), de 2017, solamente un 13% de los cargos es ocupado por mujeres. Al analizar sectores o rubros en los que la presencia masculina es más evidente, como la minería y la construcción, este porcentaje disminuye, mientras que apenas un 3% de las empresas llamadas “influyentes” en Chile cuentan con mujeres en sus gerencias generales y un escaso 9% tienen una gerente de finanzas.

De la misma manera, según datos entregados por la iniciativa Paridad de Género, un esfuerzo público y privado que cuenta con el apoyo del Foro Económico Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, sólo un 5,8% de las empresas que forman parte del IPSA son dirigidas por mujeres. Estamos, entonces, frente a indicadores que merecen ser corregidos.

A nivel de gobierno, 9 ministras forman parte del gabinete de la presidenta Michelle Bachelet, lo que representa un 39%. Durante las últimas semanas, se han levantado voces desde distintos sectores que apuntan a que durante los próximos cuatro años este número, al menos, se mantenga. Esto nos parece sensato y necesario para Chile, por lo que esperamos que esa promesa de igualdad también se haga visible desde el Poder Ejecutivo.

Un gabinete más igualitario entre mujeres y hombres se transforma en una señal potente para todo el país, lo que permitiría que aquellas empresas y organizaciones en las cuales las barreras de entrada para la paridad de género aún son altas, destierren por completo la discriminación y permitan contar con cargos directivos más diversos y acorde a lo que requieren las instituciones del siglo 21.