La industria minera representa entre el 4% y el 7% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. En este contexto, el sector está llamado a desempeñar un papel clave en los esfuerzos globales de descarbonización.

Lejos de ser una barrera, muchas empresas mineras en Sudamérica están viendo esta realidad como una oportunidad para innovar, mejorar su desempeño ambiental y fortalecer su compromiso con la sostenibilidad.

En nuestro informe más reciente encuestamos a 75 ejecutivos del sector en la región para conocer sus principales preocupaciones, estrategias y perspectivas frente a la transición energética. Los resultados muestran un panorama alentador.

UNA ACTITUD POSITIVA FRENTE A UNA MINERÍA MÁS SOSTENIBLE

El optimismo en torno a la sostenibilidad es generalizado. Un 69% de los encuestados expresó entusiasmo por el potencial de la industria para desarrollar métodos de trabajo más responsables con el medio ambiente.

Además, muestran una clara confianza en sus metas: el 70% cree que alcanzará sus objetivos de sostenibilidad para 2030 (en comparación con el 67% a nivel mundial), y un 79% se siente seguro de cumplir los compromisos de largo plazo hacia 2050. Estos niveles de confianza incluso superan ligeramente las tendencias globales.

TECNOLOGÍA COMO MOTOR DE LA DESCARBONIZACIÓN

La tecnología está desempeñando un papel central en las estrategias de descarbonización en Sudamérica, con un enfoque destacado en la electrificación de vehículos.

El 91% de los participantes considera que la electrificación es esencial, o al menos un componente clave, en sus planes para reducir emisiones. Asimismo, el 72% la identifica como la herramienta con mayor potencial para mejorar tanto la eficiencia operativa como la sostenibilidad.

Pero el enfoque va más allá de electrificar flotas.

Un 72% también destaca la ventilación como una de las principales soluciones para reducir el consumo energético y mejorar las condiciones operativas. Esta estrategia integral demuestra una visión amplia para elevar el rendimiento ambiental de las operaciones mineras.

Algunas empresas ya están dando pasos firmes. Antofagasta Minerals, por ejemplo, colabora con ABB para acelerar sus iniciativas de descarbonización mediante la automatización y electrificación de sus operaciones, incluyendo la implementación del primer sistema eMine™ Trolley en Sudamérica.

Por su parte, Codelco, empresa estatal chilena, está digitalizando, automatizando y electrificando sus operaciones como parte de su compromiso con la sostenibilidad.

LAS PERSONAS COMO EJE DEL CAMBIO

La tecnología es una herramienta fundamental, pero son las personas quienes impulsan y sostienen el cambio. En línea con esta visión, el 72% de los encuestados subraya la importancia de invertir en la capacitación y actualización de sus equipos.

Este reconocimiento destaca el valor del talento humano como motor del progreso, reafirmando que la transición energética también requiere una transformación de capacidades dentro de las organizaciones.

LA COLABORACIÓN COMO CAMINO

Impulsar transformaciones profundas en la industria no es tarea individual. Se requiere la convergencia de conocimientos técnicos, experiencia especializada y enfoques innovadores.

En este sentido, la colaboración está ganando protagonismo. El 69% de los líderes consultados considera que los integradores y proveedores tecnológicos jugarán un rol clave para conectar los distintos sistemas y procesos en la operación minera.

Este enfoque colaborativo permite adoptar soluciones más integradas, con una mirada sistémica que favorece una transición más fluida y efectiva hacia una minería con menor impacto ambiental.

UN MOMENTO DE TRANSFORMACIÓN PARA LA MINERÍA

La minería en Sudamérica está atravesando una etapa de evolución significativa, marcada por la innovación, la responsabilidad y una visión de futuro.

La transformación ya ha comenzado. Es el momento de consolidar estos avances y seguir construyendo una industria minera más sostenible, eficiente y comprometida con el desarrollo de la región.