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Empresas y derechos humanos
Jue, 15/10/2020 - 15:43

Roberto Salas Guzmán

Un nuevo enfoque gerencial
Roberto Salas Guzmán

Roberto Salas Guzmán es ecuatoriano, economista de la Universidad Católica de Guayaquil. Posee un MBA de ESADE (España) y de la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile). Así como estudios de gerencia en Kellog Business School de la Northwestern University y en Wharton Business School de la University of Pennsylvania. Es ex CEO de Masisa SA, fundador de Sustainable Management Iniciative, director de empresas, columnista y expositor.

A propósito de los Principios Rectores sobre las empresas y los Derechos Humanos emitidos por la ONU desde 2011, la pandemia ha sido un catalizador para impulsar la necesidad de masificar su promoción, adopción, y comprometer la responsabilidad de las empresas, y sobre todo llamar la atención a los gobiernos que con voluntad política y coherencia deben liderar con el ejemplo la obligación moral y ética de proteger, respetar y remediar los derechos humanos.

Responsabilidad de las empresas

Las empresas deben conocer las normas y regulaciones locales e internacionales para difundirlos, gestionarlos con transparencia y debida diligencia, siendo protagonistas en respetar y remediar.  Además de asumir compromisos públicos, como adherirse a los Principios del Pacto Global, o contribuir a los ODS que promueven la paz, la justicia, las instituciones sólidas y la colaboración para enfrentar los desafíos, se debe actuar proactivamente en la elaboración de políticas, procesos, programas de capacitación y considerarlos en sus procesos de toma de decisiones principalmente en las juntas directivas y los equipos de gestión.

Cómo priorizar

La prioridad es garantizar el derecho de todo ser humano a la vida, su integridad y la dignidad. Por esta razón es fundamental la gestión de la salud y seguridad en los puestos de trabajo, garantizando ambientes laborales sanos y seguros, de tal manera de trabajar fuerte y retornar a casa cansados... pero contentos. Lo mismo en la garantía de evitar el trabajo forzoso o el emplear niños que deben estudiar y jugar para formarse integralmente, así como evitar la discriminación de cualquier tipo o impedir la libre asociación, y permitir el acceso a un salario digno y al derecho al descanso necesario.

Un contexto complejo

Sin embargo, el contexto tiene elementos y temas conflictivos, con mayor o menor énfasis según los países, como la violencia de género sobre las mujeres, la seguridad para la movilización libre, el derecho a la libertad de expresión, o situaciones más complejas como el derecho de adopción de parejas homosexuales y el impacto sobre los derechos del niño o niña que no puede elegir, cuando se privilegia el derecho de la mujer a decidir sobre el aborto, o cuando gobiernos y organizaciones desprestigian los derechos humanos dándoles más protección a los delincuentes que a las víctimas.

Volviendo a las empresas

El desafío de construir confianza depende de la percepción de los grupos de interés sobre el respeto y la valoración que otorga la empresa a los derechos de las personas involucradas. Por esto el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible elaboró una Guía para CEO, que está disponible en su website, en donde no solo especifica la urgencia de poner acciones en la agenda gerencial, sino que también incorpora las razones por las cuales las empresas son beneficiadas con reducción de riesgos en la licencia para operar, asegura la cadena de valor, incrementa la productividad, atrae consumidores, mejora la reputación, retiene el talento humano, anticipa regulaciones y reduce costos financieros. En definitiva el impacto sobre la credibilidad y confianza de la marca frente a sus grupos de interés es un tesoro invalorable que se consigue, entre otras cosas, a través de acciones consistentes con respetar y remediar, si es el caso, los derechos humanos.

Conclusión

El público espera más de las empresas y sus dirigentes. Cumplir los Principios Rectores es hacer lo correcto, y también es lo más inteligente, por eso el anuncio de algunos gobiernos a desarrollar una agenda compartida entre gobierno, empresas y sociedad es una gran oportunidad que debe acogerse y aprovechar.