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Sustentabilidad empresarial: el nuevo valor de los negocios
Jue, 30/09/2021 - 15:12

Nicolás Goldstein

Cultura del cambio en tiempos de COVID-19
Nicolás Goldstein

Presidente ejecutivo de Accenture Chile

Los líderes empresariales están sometidos a una intensa presión para ofrecer valor financiero junto con un impacto sostenible y equitativo. Y la pandemia sólo ha intensificado ese desafío, ya que la crisis ha atrasado el progreso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.  También ha aumentado el escrutinio -de los consumidores, empleados e inversores por igual- sobre el papel de las empresas a la hora de abordar los problemas más acuciantes del mundo.

Los stakeholders están demandando hoy de las empresas que vayan mucho más allá de vender productos y servicios. De esa forma, 65% de los trabajadores a nivel mundial piensa que las organizaciones deben preocuparse del bienestar de sus empleados; 66% de los consumidores afirma que realizará compras más sustentables y éticas en los próximos seis meses, mientras que las inversiones en empresas avanzadas en los objetivos de la ONU crecieron un 28% en 2020. En ese contexto, convertirse en una empresa sostenible y responsable creció en importancia un 8% entre las empresas a nivel mundial, pasando de un 65% en 2019 a un 73% en 2020.

Pero ser una empresa responsable no es importante sólo porque es lo correcto, también es bueno para el negocio. Un nuevo estudio de Accenture muestra que los equipos de liderazgo que incorporan la sostenibilidad en el ADN de sus organizaciones son más capaces de aportar valor financiero. De hecho, los que lideran en prácticas de gestión de sostenibilidad superan a sus pares en un, 21% tanto en rentabilidad como en resultados positivos para el medio ambiente y la sociedad.

La sustentabilidad empresarial basa en tres aspectos principales: conexiones humanas, inteligencia colectiva y accountability en todos los niveles. Las conexiones humanas se refieren a las políticas de inclusión y diversidad, que impulsen la equidad tanto dentro como fuera de la organización; la escucha y diálogo constantes con los colaboradores; que el propósito esté presente en todo lo que hace la empresa e impulsar una cultura de aprendizaje.

La inteligencia colectiva implica impulsar la resiliencia entre todos los stakeholders y la ética empresarial de forma constante; desarrollar las nuevas tecnologías para mejorar la forma en que las personas viven y trabajan; y analizar continuamente potenciales impactos y riesgos a través de data analytics. Finalmente, el accountabilty se trata de contar con métricas claras y realizar una medición continua de resultados.

Accenture y el World Economic Forum estudiaron a 4.000 empresas a nivel mundial para evaluar su nivel de sustentabilidad. De acuerdo con los resultados, el promedio de avance de las compañías es de 52, de un total de 100. Las organizaciones tienen mejores resultados en los drivers relacionados con conexión humana (57) y en inteligencia colectiva sólo un 47. Este resultado muestra que la mayoría de las compañías aún no comprenden que los límites entre las industrias se están desdibujando y que el trabajo con el ecosistema es cada día más clave.

Para avanzar, las empresas deben rediseñar sus modelos operativos, estrategias de talento, sistemas tecnológicos y cadenas de suministro. Esto supone una importante transformación organizativa. Una condición previa para el éxito es la capacidad de desarrollar relaciones bidireccionales más profundas con los stakeholders y de obtener información que permita a las organizaciones integrar las perspectivas ellos en la toma de decisiones. Los ejecutivos a nivel mundial reconocen la importancia de la sustentabilidad y 67% afirma haber desarrollado un plan de acción para adoptar y ampliar las prácticas empresariales sostenibles en toda la organización.

Los trastornos sociales y económicos de los últimos meses han acelerado los cambios en las relaciones entre las organizaciones y el mundo en el que operan. Los líderes empresariales deben aprovechar este impulso, estableciendo medidas claras y medibles para ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y reimaginar el funcionamiento de sus organizaciones. De esa forma, las empresas lograrán alcanzar un valor sostenible.