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Una Constitución con nombre de mujer
Lun, 02/11/2020 - 08:43

Aylin Joo

Género y política exterior de Chile
Aylin Joo

Aylin Joo es embajadora de Chile en Embajadora en Polonia, Ucrania, Lituania y Georgia. Diplomática de carrera, ha estado destinada en Bruselas ante la Misión de Chile ante la Unión Europea, Embajada en Francia y Delegación de Chile ante la Unesco. Ha participado y colaborado sobre el tema de Equidad de Género con ponencias en el Parlamento europeo, Comisión europea y Universidad de Salamanca. Posee un MSc International Politics, Universidad de Londres, Magister en Relaciones Internacionales, Univeridad de Chile, y DES en Estudios Europeos, Universidad Católica de Lovaina.

El plebiscito recién celebrado en nuestro país contó con una masiva concurrencia a las urnas tanto en Chile como en el exterior y la ciudadanía decidió, por una abrumadora mayoría (78,27%), cambiar la Constitución de 1980 y dotarse de un nuevo texto cuya redacción estará a cargo de una Convención Constitucional (78,99%). Pero, además de este positivo resultado, el referéndum convierte a Chile en el primer país en la historia de la humanidad que, desde la génesis de una nueva Carta Magna, considera la paridad de género como un punto de partida para establecer un nuevo orden social. Con estos antecedentes, el país deberá elaborar una nueva institucionalidad democrática que efectivamente tenga el valioso aporte de perspectiva de género, y más aún, podrá capitalizar esta decisión soberana como un ejemplo a seguir para la comunidad internacional.

Los resultados del plebiscito confirman la decisión de la ciudadanía por construir una sociedad más justa, inclusiva, igualitaria y solidaria. Al incluir la paridad de género se hace justicia a más de la mitad de la ciudadanía ya que en nuestro país las mujeres conforman el 51% de la población. Se trata, asimismo, de un reconocimiento expreso a la existencia, presencia y aporte social, muchas veces invisibilizado, de las chilenas. Una constitución con perfume de mujer implica que cualquier legislación que se dicte en el futuro, dejará de lado la discriminación histórica y la tutela que ha afectado a más de la mitad de la población.

La inclusión de las mujeres y su involucramiento pleno en la vida del país es la opción que democráticamente han elegido los chilenos para eliminar prejuicios y acortar los sesgos y las brechas que afectan a la población femenina. La equidad de género es también una mejor opción para que Chile alcance el desarrollo económico y la paz social que la ciudadanía tanto ansía implementar.

¿Qué implica para Chile tener una nueva Constitución con paridad de género? En primer término, reconoce la necesidad de escribir esta nueva Carta Magna con participación tanto de hombres como de mujeres. Pero, asimismo, significa que esta será pensada, discutida y escrita con una perspectiva de género, lo que promoverá el empoderamiento de las mujeres en el proceso de elaboración de políticas públicas orientadas no sólo a una mayor participación política, económica y social, sino también como sujetos de los beneficios de esas políticas. Ello permitirá subsanar la discriminación histórica que ha afectado a las chilenas en prácticamente todos los ámbitos. Un ejemplo de lo anterior, entre muchos, es el ámbito laboral y por ende el de las pensiones, sobre todo si tenemos en cuenta que las mujeres tienen una expectativa de vida en Chile de 82,38 años, habiendo cotizado en promedio menos de la mitad de los años que los hombres.

Esta nueva Constitución con paridad de género deberá ser en la forma un texto breve con posibilidades de ser enmendado. Deberá enfatizar los principios y valores permanentes que caracterizan a la democracia, con especial énfasis en los Derechos Humanos y las libertades públicas, estableciendo una institucionalidad moderna que permita darles plena expresión y, al mismo tiempo, recoja el acervo histórico de nuestro país. La perspectiva femenina ayudará a que la discusión sea más práctica y humana y se aparte del excesivo legalismo que caracteriza nuestra tradición jurídica.

De esta manera, Chile se convertirá en el primer país del mundo en tener una Constitución paritaria lo que deberá reflejarse en nuestra política exterior, otorgándole una necesaria perspectiva de género. Ello será un factor importante en nuestra presencia internacional, lo que permitirá que las diplomáticas chilenas participen y contribuyan al amplio espectro de tratados internacionales, que posibilitan el empoderamiento de mujeres y niñas para construir un mundo más justo, inclusivo y desarrollado.

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