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Cambly: "no hay un sistema para aprender idiomas que nos sea competencia"
Viernes, Mayo 6, 2016 - 15:42

La plataforma para aprender inglés, entre otros lenguajes, llegó hace menos de un año a Latinoamérica. Pero, ¿responde a lo que quieren los usuarios de la región? Karen Acosta, directora para la región, nos responde.

Aprender inglés desde tu celular o computador ya no es raro. Hoy en día existen un sinnúmero de alternativas para practicar diferentes lenguajes, cuando, cómo y desde el dispositivo que quieras. Una alternativa que ha sido vital, paralelamente, para profesionales de todas partes del mundo que se ven obligados a  aprender otros idiomas, muchas veces sin contar con tiempo libre para ir a clases o con el dinero para pagar profesores particulares. 

Cambly es una de las alternativas más nuevas en Latinoamérica de este tipo de programas. Si bien esta aplicación para aprender inglés u otros idiomas es un furor en Asia y Medio Oriente, lleva menos de un año imponiendo su sistema en nuestra región, que no se basa en niveles y pruebas, sino que en conversaciones con tutores de todo el mundo y sobre tus temas favoritos. 

Para conocer un poco más de este programa, en AETecno conversamos con Karen Acosta, directora para Latinoamérica de Cambly, sobre las diferencias de esta plataforma con todas las otras disponibles en el mercado y el atractivo que puede tener para el mercado latinoamericano.

¿Cómo les ha ido en los pocos meses que llevan trabajando oficialmente en Latinoamérica?

Nos ha ido muy bien, aunque hemos estado luchando contra un montón de factores externos. Esta es una aplicación que se paga en dólares y no todos los países tienen un flujo alto de esta moneda. En el caso de Chile, no hay tantos problemas, en cambio en Argentina es un reto. En tanto, en Brasil si bien estamos creciendo a un ritmo altísimo el tema de esta moneda es cada vez más difícil. Por eso hemos implementado algunas estrategias de pago, o sistemas locales, para que las personas puedan adquirir el producto y pagar el servicio sin problema.

En cuanto al resto de la región, en Colombia hay una alta devaluación, entonces eso de alguna manera nos está afectado, al igual que en México. Estamos sufriendo casi el mismo fenómeno en estos dos países. En cambio, en Perú vamos muy bien, al igual que en Chile. 

Cuando iniciamos en septiembre del año pasado, Cambly era una aplicación que nadie conocía. Algunos la usaban porque buscaban en internet el concepto "cursos de inglés", les sugerían la app y la probaban. Pero, nunca habíamos hecho activamente nada en la región, ni habíamos hablado con nuestros usuarios. En esa época iniciamos con sólo 2 mil usuarios -teniendo en cuenta que no habíamos hecho nada esta cifra igual era buena- la expansión a otros mercados.

Después del lanzamiento en América latina, países como Chile comenzaron a crecer. En orden de importancia nuestro mercado va primero Brasil, que no contamos en el listado y luego Colombia, México, Perú y Chile. Aunque ahora este último país está creciendo más rápido y está llegando a convertirse en nuestro tercer mercado de importancia.

Cuando iniciamos en septiembre del año pasado, Cambly era una aplicación que nadie conocía. 

¿Se adapta este sistema de aprendizaje de inglés (personalizado y de pago) con lo que quieren los usuarios latinos?

Es un punto importante. Cambly se creó en 2012 por dos ingenieros ex Google con la idea del intercambio en su mente, el nombre de la app viene de ahí, y de que los usuarios pudieran enseñarse un idioma entre sí. Este era un sistema para intercambiar idiomas que, hoy por hoy, era muy usada en países como Chile, Argentina o Colombia que tienen meetups donde la gente se reúne en un bar a hablar en inglés.

Cuando nacimos empezamos a ser usados por personas que querían preparar un examen de inglés, que estaban postulando a una universidad, y que querían practicar rápidamente el speaking para estar listos para su prueba. Inicialmente empezamos a crecer en ese nicho de estudiantes y personas que iban a someterse a pruebas. Pero luego los usuarios comenzaron a encontrarle muchos otros usos. Por ejemplo como Japón y China, los empleados se vieron enfrentados a la decisión de las compañías de adoptar el inglés como su idioma corporativo y tener que hablar en éste dentro de la oficina.

Ese es el espíritu de Cambly, el intercambio.

Ahora tenemos muchos ejecutivos jóvenes que entran a trabajar en empresas multinacionales y que estudiaron inglés en su escuela, luego en sus universidades, pero no lo hablaban fluidamente y tienen temor al momento de practicarlo. Así empezamos a tener muchos ejecutivos que presentaban problemas como "tengo que hacer un pitch a mi jefe en tanto tiempo en inglés y necesito que me digan si lo estoy haciendo bien". Ahí fue cuando Cambly comenzó a diversificar sus usuarios.

Aparate, durante los 8 últimos meses comenzamos a encontrar otra nueva tendencia. En países como Colombia, México y Chile hay cada vez más ejecutivos o parejas jóvenes con mayor poder adquisitivo. Ellos tienen un nivel de vida superior al que probablemente tuvieron sus padres, y están optando por matricular a sus hijos en colegios bilingües. Son ejecutivos que tienen trabajos estables, con compañías para las cuales el inglés es importante. Sin embargo, los niños aprenden mucho más rápido este idioma que ellos. Ahí hay un tema importante. Los menores llegan a sus casas con tareas en inglés o más idiomas, y los padres no pueden ayudarlos. 

¿Es un sistema pensado para ser seguro para los niños? ¿Qué niveles de filtros tienen, por ejemplo, para elegir los tutores?

Todas las sesiones de Cambly son grabadas. Nosotros tenemos un sistema de revisión de material para realizar el pago a tutores, revisar el nivel de la clase, de los profesores, de la conexión, como también constatar el comportamiento de los tutores. Es totalmente seguro. 

Otro punto a favor del sistema de Cambly debe ser el temor de hablar en inglés. ¿Este es un miedo que se da especialmente en Latinoamérica?

Una de las cosas que hemos notado con este servicio es que una de las mejores formas para aprender inglés, o cualquier otra cosa, es que te sientas en confianza. Este punto está totalmente en la seguridad que uno tiene para hablar. Si uno está en un espacio abierto, por ejemplo tu trabajo, y escuchas que están hablando en inglés, puede darte vergüenza intervenir porque temes equivocarte, porque piensas que quienes están ahí tienen un mejor nivel que el tuyo.

Una vez que pierdes ese temor, y estás con un tutor, que quizás no es el mejor del mundo en conocimiento pero sí es lo más amable posible, que te hace sentir mejor y en confianza, que te avisa que te equivocaste en decir algo por el chat sin interrumpirte, todo es más fácil. Si una persona no se siente tranquila y confiada no aprende. Además puedes revisar tus videos y tus errores, como en una biblioteca, para no repetirlos nuevamente después.

En este minuto no hay un producto al que le estemos compitiendo. Somos un complemento a mucha oferta que hay en el mercado. 

 Si una persona no se siente tranquila y confiada no aprende.

¿Cuál sienten que es su valor agregado, el que los diferencia de otros sistemas similares?

Este servicio funciona al gusto del usuario, en su tiempo libre, desde diferentes dispositivos y en base a sus temas de interés. Tú pones el tema, solamente tienes que hablar y el tutor te va corrigiendo, y te entrega tareas y ejercicios para que vayas mejorando tu comprensión del idioma. Pero la idea es que sea como tú quieras, a tu ritmo. Además, seguramente como estás hablando de un tema que te interesa lo vas a aprender más rápido y vas a tener más confianza para hablar.

¿Han evaluado tener una opción de servicio gratuito?

Tenemos un sistema del que quiere aprender debe pagar, y el que quiere enseñar debe tener un pago. Obviamente sí inventamos muchas cosas para que la gente tenga minutos gratis y el dinero no sea un problema. Por ejemplo, si eres estudiante de Cambly tienes un código especial. Y si le das ese código a un amigo, cuando use el servicio por primera vez te van a regalar 15 minutos. Y si tu amigo llega a pagar por la suscripción, tienes 40 a 60 minutos más. Imagínate si tienes un millón de amigos (risas).

También tenemos planes de embajadores que son muchas veces profesores de inglés de instituciones. Así, al terminar sus clases les puede dar un código a sus alumnos para que practiquen, y si sus estudiantes se inscriben ellos pueden ganar un bono por ello. También puede ser el caso de un youtuber, que entregue su código y reciba un pago por la cantidad de gente que se inscriba, solamente por compartir.

Estamos detrás de un youtuber chileno, muy popular en toda la región pero no hemos podido llegar a un acuerdo porque está muy ocupado. Pero ya hemos tenido otros casos como el de Ofelia Pastrana, que es mexicana, y ahora cerramos con otra chica de este país. Acá los tratos dependen mucho del tiempo libre que tengan estas celebridades, lo que hace difícil que lleguemos a acuerdo, pero por otro lado ellos llegan a un público objetivo que no es el mismo al que Cambly apunta, porque son principalmente adolescentes. Funciona mejor el sistema de influencers, y de ese tipo de figuras no hay muchos en la región.

¿Qué planes tienen para Latinoamérica en 2016?

Nuestra meta es bastante agresiva. Queremos llegar a todas las ciudades de la region para el Q3. Como no somos una empresa tan grande podemos hablar directamente con los estudiantes y eso es lo que hacemos generalmente, sea por Skype y WhatsApp. Tenemos un contacto directo con ellos, con sus quejas y felicitaciones. Entonces lo que queremos hacer este año es escucharlos a ellos en directo y ver en qué podemos ayudarlos para que logren lo que quieren. Además, si la gente nos recomienda, es probable que podamos crecer mucho más rápido.

Nuestra idea es visitar Chile, Argentina y México para ver a nuestros usuarios, hablar con ellos y saber qué esperan de nosotros. Paralelamente, esperamos ya estar hablando en un año más de unos 100 mil estudiantes de Cambly en la región.

Autores

Daniela Zárate