La app cuenta con más de 1.000 millones de usuarios en todo el mundo y funcionó sin ningún problema pese a soportar más de 60.000 millones de mensajes diarios. ¿Cómo mejoró una de sus falencias de años anteriores?

Cromo - El Observador. Quizá no lo recuerde, pero el 31 de diciembre de 2015, WhatsApp se cayó por varias horas. ¿Cómo pudo soportar un año después un tráfico de mensajes superior sin problemas?

Hasta hace poco tiempo, WhatsApp tenía un inconveniente: su distribución de contenidos y servidores. Cuando fue lanzada en 2010, la app de mensajería tenía que economizar sus recursos por lo que, durante muchos años, las direcciones IP que albergaban y enviaban los mensajes eran reducidas y se ubicaban únicamente en un centro de datos al norte del estado de Virginia, en Estados Unidos.

Al principio, la escasez de servidores no era molestia. Durante varios años los mensajes de WhatsApp fueron solo de texto, lo que no implicaba tanta gestión de datos como las fotos y videos. Además, los días de tráfico aumentado como Navidad y Fin de Año eran escasos y WhatsApp ofrecía la mejor alternativa gratuita a enviar SMS.

En 2014, la app ya ofrecía la posibilidad de enviar imágenes, videos y notas de audio. Fue ese el año en que Facebook compró WhatsApp. Sin embargo, la integración tecnológica no fue tan rápida y esta sufrió dos caídas importantes, siendo una de ellas durante la Nochevieja de 2015.

Pero las cosas cambiaron para mejor. Expertos aseguran que WhatsApp dispone ahora de la misma estrategia tecnológica que Facebook, que consiste en tener servidores, centros de datos e IP distribuidas por todo el mundo, por lo que cada vez que se manda un mensaje, una foto o un video, el contenido es servido desde distintas plataformas.

Con más de 60.000 millones de mensajes enviados al día, hoy WhatsApp se ha convertido en una herramienta imprescindible para las comunicaciones.