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Crisis digital: ¿Es realmente posible que se caiga la nube?
Sábado, Marzo 21, 2015 - 08:00

¿Qué es el cloud computing? ¿Cómo influye en nuestras vidas? ¿Qué pasaría si desapareciera?

Por Facundo Macchi. Despiertas una mañana y quieres revisar las notificaciones en tu teléfono. Pero, al prender la pantalla, te das cuenta de que no hay nada; ni siquiera un correo electrónico de esas páginas de venta online que se especializan en llenar tu casilla más rápido que nadie. Te preguntas si no te habrás quedado sin Wi-Fi o sin crédito de datos móviles. Pero no. Todo parece indicar que nada de eso ha sucedido. Entonces intentas abrir Whatsapp, Facebook, Twitter e Instagram, pero no carga ninguna aplicación. Ya no es gracioso. Te molestas. Te sientes aislado. Crees que tu vida social está siendo completamente boicoteada por algún tipo de falla que, seguro, le atribuís a tu smartphone. Resignado, enciendes el televisor, y recién entonces es cuando te enteras por un titular que ocupa toda la pantalla: “Pánico mundial: colapsó la nube”.

Un casillero virtual

¿Es posible que la nube se desplome? ¿Pasaría todo eso si realmente se cayera? ¿Se desataría el caos en el mundo?

Para entender este supuesto evento apocalíptico hay que retroceder algunos escalones. Primero hay que entender qué es ese elemento extraño y abstracto denominado como “la nube”. En realidad, se trata de un conjunto de computadoras y servidores interconectados que, en su conjunto, ofrecen a los usuarios un servicio que se ha vuelto clave en el desarrollo de diversas plataformas online. Existe desde hace décadas, pero tomó fuerza hace pocos años gracias a la creciente conectividad de todos y de todo.

La nube se destaca por facilitar las actividades de la vida cotidiana de los usuarios sin que adviertan que está allí. Con una accesibilidad sin precedentes, the cloud computing (su nombre verdadero) puede ilustrarse como un gran casillero virtual al que las personas recurren en cualquier momento para agregar y sacar información desde cualquier lugar, siempre y cuando tengan acceso a internet. Su principal ventaja es clara: todo está conectado.

Escenarios posibles

La nube está metida en todo. La mayoría de los servicios o aplicaciones que se utilizan de forma cotidiana tienen sus servidores en la nube y los expertos afirman que seguirá aumentado el número de adeptos.

Se estima que, en cuatro años. el volumen de información alojada en esta plataforma sea cinco veces mayor que en la actualidad, según las proyecciones de Cisco, una reconocida empresa dedicada al estudio del universo internauta.

Proveedores de servicios como Amazon, Google o Apple son dueños de partes importantes de la nube. Pero al tratarse de un servicio digital flexible de rápida elasticidad y demanda ajustable, no hay límites para su aplicación y funcionalidad.

Yo puedo tener mis fotos o documentos más importantes grabados en mi celular o mi computadora, pero cualquiera de estos objetos pueden ser robados, perdidos, o puedo dejarlos caer en una taza de café sin querer en la mañana. Pero a la nube nada de esto la afecta”, dijo Ezequiel Glinsky, director de negocios de productividad y colaboración de Microsoft

“La nube tiene esa intangibilidad que protege nuestros archivos más que cualquier otra plataforma o dispositivo”, dijo a Cromo Ezequiel Glinsky, director de negocios de productividad y colaboración de Microsoft para Argentina y Uruguay. Y enfatizó: “Yo puedo tener mis fotos o documentos más importantes grabados en mi celular o mi computadora, pero cualquiera de estos objetos pueden ser robados, perdidos, o puedo dejarlos caer en una taza de café sin querer en la mañana. Pero a la nube nada de esto la afecta”.

¿Pero puede caer?

Para Pablo Ramos, jefe de investigación en ESET Latinoamérica, la caída completa de la nube a nivel mundial “es un hecho casi imposible, una distopía”. Y explicó lo que implicaría ese escenario: “Sería comparable a que se cayeran todos los servicios y redes sociales de internet. Incluso Google entero desaparecería”. La primera reacción de la raza humana ante este improbable evento, para Ramos, sería el pánico absoluto. “Sería como volver 10 años para atrás cuando los mensajes de texto y las llamadas telefónicas eran una realidad de la vida cotidiana. Pero luego nos adaptaríamos”, comentó a Cromo.

A juicio de Glinsky, el evento sería mucho menos drástico, dado que no existe una nube, sino muchas nubes. “No puedo imaginar cómo algo tan controlado como esto podría desaparecer”, apuntó. Pero fue categórico en afirmar que, si la humanidad se quedara sin internet, no sería un apocalipsis, pero sí sería un escándalo. “El hecho de que no podamos acceder a la conexión no significa que se pierdan los archivos que están alojados en la plataforma; solo no podríamos tener acceso a ellos”, apuntó.

Informes de caída de sistemas de HP revelan interrupciones de servicio de un total de dos horas en un año, lo que se convierte en algo imperceptible. De hecho, el usuario se da cuenta de esos fallos cuando afectan a sitios populares.

Recaudos de seguridad

No existen muchas alternativas para algo tan accesible como la nube. En el mundo offline, o fuera de red, aún existen los tradicionales dispositivos de respaldo tales como pendrives o tarjetas de memoria. Pero no hay nada tan universal como la nube.

La seguridad es un punto que genera muchas dudas a los usuarios. El año pasado se produjo el robo de fotos íntimas que mujeres famosas tenían almacenadas en el servicio en la nube de Apple, iCloud, lo que desató las críticas hacia la seguridad de la compañía, y que reforzó en consecuencia.

Pero los especialistas afirman que la nube es segura y lo es cada vez más.

“Es una realidad que las grandes empresas poseedoras de la nube, como Microsoft y Google, se preocupan y velan por mejorar la seguridad y la privacidad de sus beneficiarios” opinó Ramos.

Los expertos en seguridad informática entienden que este campo dentro de la tecnología no es “tierra de nadie”, sino que posee ciertas regulaciones y estándares comunes que varias empresas intentan alcanzar para ganarse la confianza de los clientes. Una de ellas es la normativa ISO 27018, que ampara la protección de los datos personales. Microsoft fue la primera firma en el mundo en adoptarla.

Es una realidad que las grandes empresas poseedoras de la nube, como Microsoft y Google, se preocupan y velan por mejorar la seguridad y la privacidad de sus beneficiarios”, opinó Ramos

Al someterse a la estandarización, Microsoft se compromete a que los usuarios tengan total control de su información –la nube de Microsoft solo se encarga de procesar la información– y a que no se utilizará para publicidad. En este sentido, Google ha sido criticado por su práctica de leer la información almacenada en sus servicios para utilizarla con esos fines.

Reglas de juego

La nube vino para quedarse y hoy tiene un nivel de maduración que le permite, tanto a los pequeños usuarios como a las grandes empresas, subirse a ella y mantenerse a la vanguardia, ofreciendo al mercado una gama de servicios evolucionados y diferenciados.

Aunque la nube no va a caerse sobre las cabezas de los usuarios ni la humanidad va a amanecer en la situación cataclísmica descrita al principio, debe entenderse que se trata de un servicio con muchas bondades pero que juega bajo sus propias reglas. Cada usuario tiene la responsabilidad de preocuparse por entenderlas para pugnar en su juego.

Autores

Cromo - El Observador