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Documento histórico: reviva la entrevista que AméricaEconomía le hizo a Steve Jobs en 1989
Jueves, Octubre 6, 2011 - 08:44

Aún con las distancias, se aprecia en esta entrevista cómo el ejecutivo prefiguraba con lucidez en lo que se convertiría la industria de la computación personal.

*Entrevista realizada en 1989 por INC luego de elegir a Steve Jobs el Empresario de la Década, cuando aún no regresaba a Apple y dirigía una empresa de computadores llamada NeXT.

 
Sin duda hay otros empresarios, unos pocos, con un éxito comparable al de Steve Jobs en los últimos 10 años, y quienes -a diferencia de Jobs- se las han arreglado para evitar ser despedidos por sus empresas en algún momento. Pero, en definitiva, los logros de esos empresarios son pálidos comparados con los de Jobs. Después de todo, sin Jobs no habría existido el Apple II. Merece el reconocimiento de haber investigado -y configurado- una revolución del micro-computador que ya ha transformado la forma en que hacemos los negocios y tal vez incluso transforme nuestra forma de vivir.
 
En este proceso, Jobs llegó a personificar a toda una generación de jóvenes creadores de empresas que actuaron como pioneros en las fronteras de la tecnología: hombres y mujeres que, de la noche a la mañana, hicieron de Silicon Valley un hito en los negocios y lo convirtieron en un nombre familiar. No sólo crearon empresas, sino que, además, experimentaron con nuevas formas de pensar sobre los negocios. Los medios de comunicación los aclamaron por su espíritu innovador y los elogiaron como los que devolverían a Estados Unidos el estímulo para competir.
 
Jobs fue su más destacado representante; apareció en la portada de la revista Time antes de cumplir 27 años. Se mostró como un hombre impetuoso, áspero y rudo. Pero también tenía sueños, grandes sueños, y la peculiar habilidad de crear productos que parecían darnos indicios de un futuro brillante y fascinante. Lo que una vez hizo con el Apple II lo repitió con el Macintosh, para terminar siendo despedido de su empresa por el hombre que él mismo contrató para dirigirla, el ex ejecutivo de bebidas gaseosas John Sculley. Muy pronto Jobs creó una nueva empresa computacional, NeXT Inc., y luego desapareció de la vida pública. Sin embargo, el otoño pasado, se materializó en San Francisco en una fantástica presentación de su última creación: un súper computador personal para el mercado de la educación superior. Una vez más su imagen apareció en las portadas de diarios y revistas. Steve Jobs había regresado.
 

“A la gente le entusiasma mucho más hacer las cosas lo mejor posible que simplemente hacerlas bien”.

 
Todo este tiempo nosotros seguimos su trayectoria y compartimos sus experiencias, que tranquilamente fueron estableciendo su éxito. Pero no fue sino hasta que lo designamos nuestro Empresario de la Década cuando comprendimos lo poco que en realidad sabíamos de él. Eso es la paradoja en Jobs. Con todo lo pública que ha sido su vida, con el correr de los años él ha seguido siendo un misterio. Nosotros no sabíamos mucho qué esperar cuando nos reunimos con él en su oficina de Palo Alto, California.
 
Juvenil es probablemente la palabra que mejor describe nuestra primera impresión. Vestía jeans y un pulóver de cuello alto, subió a saltos la escalera. Fue amistoso, incluso cordial, pero en su actitud hubo cierto apocamiento que se fue haciendo más pronunciado a medida que avanzaba la tarde. Profundamente tímido, demostró una aversión casi física ante cualquier pregunta que pudiera interpretarse como remotamente personal.
 
Por otra parte, fue absolutamente franco con respecto a los negocios. Las experiencias de los últimos años no han disminuido su pasión. Decididamente le gusta mucho lo que hace y habla de ello con voz fervorosa y mirada brillante. En ese aspecto, se ve más joven que nunca. Pero, al mismo tiempo, uno advierte en él una madurez reciente. Ante preguntas directas, se muestra como una persona extremadamente cautelosa, luchando por encontrar las palabras adecuadas, es capaz ahora de expresar con claridad cosas que antes sólo sabía por instinto. 
 

“En muchos años más miraremos hacia atrás lo que ocurrió con los computadores, y creo que lo veremos como uno de nuestros aportes más perdurables a la civilización. Y nos sentiremos orgullosos”.

 
Por reputación, Jobs es un jefe perfeccionista y extremadamente exigente. Son muchas las historias sobre personas que se “cansaron” de él. Podemos creerlas todas. Ciertamente NeXT no es ninguna gracia para quienes no comparten su fervor. Sin embargo, al despedirnos, comprendimos que nuestra más firme reacción ante Steve Jobs fue la que considerábamos menos probable: El nos agradó.
 
  • -¿De dónde surgen los grandes productos?
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-Creo realmente que los grandes productos surgen de la combinación de dos puntos de vista: el de la tecnología y el del cliente. Se necesitan ambos. No se puede simplemente preguntarles a los clientes qué es lo que quieren y luego tratar de entregárselo: cuando lo tiene fabricado, quieren algo nuevo. Tardamos tres años en crear el computador NeXT. Si les hubiéramos dado a los clientes lo que ellos habían dicho que querían, habríamos creado un computador que los habría dejado felices un año después de haber hablado con ellos, no algo que ellos quieren ahora.
 
  • -¿Con eso quiere decir que la tecnología cambia demasiado rápido?
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-Sí, y los clientes no pueden anticipar qué puede hacer la tecnología. No van a pedir cosas que creen imposibles. Pero la tecnología puede estar más adelantada. Si uno llega a mencionar algo, ellos dicen: “Seguro, le creo. ¿Se refiere a que también podría tenerlo?” Parece lógico preguntarles a los clientes qué quieren y luego proporcionárselo. Pero de esa manera rara vez acaban teniendo lo que realmente quieren.
 
  • -Centrarse demasiado en la tecnología tiene que ser igualmente peligroso.
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-Sin duda. Uno se puede meter en muchos problemas si llega al laboratorio de tecnología y le pregunta a los ingenieros: “Y bien, ¿qué pueden hacer hoy por mí?” Eso rara vez conduce a la creación de un producto que los clientes quieran, o uno cuya fabricación haga sentir orgullo. Hay que combinar estos dos puntos de vista, y hay que hacerlo de manera interactiva durante un período que no es una semana. Lleva mucho tiempo sacarles a los clientes qué es lo que realmente quieren, y también lleva mucho tiempo “sacarle” a la tecnología lo que realmente puede entregarnos.
 
  • -¿A qué se refiere con esto?
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-Es difícil de explicar. A veces la tecnología simplemente no quiere mostrarle a uno qué puede hacer. Hay que insistir y pedir a los ingenieros una y otra vez que expliquen por qué no se puede hacer esto o lo otro, hasta que uno verdaderamente lo entienda. Muchas veces lo que uno pide significa un costo adicional demasiado alto en el producto final. Entonces un ingeniero podría decir “a la pasada”: “Qué lástima que usted quiera A, que cuesta US$1.000, en lugar de B, que es muy parecido a A. Porque puedo hacer B por 50 centavos”. Y B es tan bueno como A. Este proceso lleva tiempo: encontrar otros adelantos, y no salir con un computador que nadie puede pagar.
 
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Autores

George Gendrom & Bo Burlingham