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La administración en Brasil en la visión de Stephen Kanitz
Lunes, Marzo 7, 2011 - 18:49

Conozca el pensamiento crítico de uno de los académicos más influyentes de ese país, a quien muchos consideran "de izquierdas"

Venerado por un gran número de brasileños, Kanitz es alguien atípico para lo que estamos acostumbrados a entender como un administrador en Brasil.

Master en Administración de Empresas de la Universidad de Harvard, reunió la experiencia con lo que él llama "izquierda práctica" de los Estados Unidos, pensamiento que ahora busca difundir en el hemisferio sur del continente: la Administración "socialmente responsable", donde el trabajador tiene más el espacio y el propietario capitalista cede el poder al administrador profesional.

En un diálogo franco e informal con el equipo de la revista Administradores, Kanitz dijo todo lo que quería. Clasificó como conservadora la enseñanza de administración en Brasil, reveló su descontento con el gabinete elegido por Dilma y no escatimó palabras en contra de los economistas, que, según él, fueron responsables del fin de su columna en la revista Veja.

Usted dijo una vez en un artículo que los EE.UU. es un país desarrollado, porque, a diferencia de Brasil, son administrados por gerentes profesionales. Hoy tenemos varias facultades de administración,  pero varias carecen de calidad. ¿Nuestra transición a la era del gerente está siguiendo el camino correcto?

EE.UU. comenzó esta fase en 1850, así que ¡estamos a tan sólo 150 años de retraso! (risas). Allí y en todos los demás países, apareció en la época una gran antipatía entre los intelectuales y las escuelas de negocios. En las escuelas norteamericanas, los intelectuales eran generalmente vistos como de izquierda y los administradores eran vistos como de derecha. También porque las primeras escuelas buscaban, en efecto, formar a los directivos de las empresas familiares privadas, que conocemos tan bien en Brasil.

En 1910, sin embargo, surgió en los EE.UU. algo que no aconteció en ningún otro lugar del mundo. La izquierda más pragmática -como Harvard, donde yo estudié- se dio cuenta de que el administrador sería una fuerza política muy fuerte, y las empresas familiares se sustituirían por las de capital abierto y democrático, donde el administrador sería la pieza clave en el lugar del propietario capitalista.

Así Harvard cambió ese negativismo pensando "vamos a traer a los administradores hacia nuestro lado y no al de los capitalistas. Crearemos, entonces, el curso de responsabilidad social". En Brasil, la animosidad de los directores contra los intelectuales es visible incluso hasta hoy. Usted ve, la Universidad de São Paulo expulsó el MBA de allá. Y eso incluso asusta, porque el 10% del ICMS (impuesto a la mercadería y servicio de transporte) en el estado de São Paulo va a las universidades públicas estatales. Es decir, tenemos profesores que, pese a recibir el 10% del impuesto que es recaudado por las empresas, están en contra de la enseñanza de la administración.

A principios de este año, hicimos una encuesta en nuestro sitio web, donde preguntamos si "administrar es una actividad exclusiva para los profesionales formados en administración", y la mayoría respondió "no, porque cualquier persona puede desarrollar las habilidades y competencias necesarias para administrar, independientemente del área de formación" ¿Cree que esto refleja el descontento de la clase con la calidad de la enseñanza?

Nosotros no tenemos administradores (enseñando). Yo estudié en la USP con ingenieros de producción que tenían, claramente, una visión de ingenieros. Es complicado. No tenemos, todavía, al Peter Drucker de Brasil. Entonces, todavía no tenemos una columna. Drucker, hace 60 años tenía una columna semanal en las grandes revistas. Aquí, yo tenía una columna mensual en Veja, pero se acabó. Hay uno que escribe en la Carta Capital, o también tienes a Max Gehringer, pero él habla acerca de los recursos humanos, cómo conseguir un empleo  y esas cosas, no se trata de gestión estratégica.

Entonces ¿Cómo podemos llegar a un ideal?

Vamos a necesitar depurar algunas facultades. La palabra en sí, MBA, ya fue tomada. Hay escuelas de economía haciendo cursos de MBA. Hay facultades ofreciendo MBA en derecho. Entonces es aún más complicado, porque la gente piensa que cualquiera puede ser un administrador. Eso lo tuvo que procesar el Consejo Federal de Administración. No se puede robar el nombre de Maestría en Administración de Empresas para el uso en otros cursos.

¿Cómo se debe pensar la administración en Brasil, tanto del sector público como de las empresas? ¿De qué modo podemos manejar eficientemente este futuro prometedor del que se habla tanto en nuestro país?

Nosotros aún no hemos creado en Brasil escuelas de negocios socialmente responsables. Esto comenzó en 1910 en Harvard Business School y en 1970, cuando estudiaba allí, me quedé muy sorprendido, porque había percibido un sabor de lo que no se veía en Brasil.

Nuestras escuelas de negocios son muy de derecha. Por otra parte, sorprendentemente, no tenemos facultades de administración en las universidades públicas de Brasil. Por lo general, es un departamento dentro de una escuela de Economía, Administración y Contabilidad. En fin, estamos muy atrasados. De hecho, he dejado de pensar que pronto llegará la era del administrador.

En 2010 luché para que Henrique Meirelles fuese candidato (a presidente). Y él quería eso, lo sé, hasta lo ayudé bastante, pero no fue. Incluso el último artículo que escribí en Veja fue “El administrador de izquierda" con el fin de hacer entender a nuestra extrema izquierda que el administrador no sólo es de derecha, sino también de izquierda. No es la extrema izquierda, porque hemos sido capaces de poner en práctica nuestras ideas sin ser revolucionarios.

¿Usted se considera, entonces, un administrador de izquierda?

Sí. No sabía de eso, pero Harvard me enseñó a ser preocupado con el empleado, proveedor o cliente. Durante 15 años he creado el primer sitio de voluntariado en Brasil, el primer sitio de la Filantropía y el Premio Bien Eficiente, para dar visibilidad a las entidades que tuviesen buenas prácticas. Y a continuación, los periodistas preguntaban por qué lo hacía. Ellos decían: “usted es hombre”. Y luego yo preguntaba qué tenía que ver eso y ellos decían que lo social era cosa de mujeres, porque en Brasil es costumbre que las primeras damas hicieran ese tipo de acciones y los hombres se preocuparan de la tasa de interés, la tasa de cambio y esas cosas.

Yo no me considero de izquierda en sentido de estar a favor de la nacionalización, por ejemplo, algo que es obviamente ineficaz. También estoy contra el hecho de que tenemos economistas mandando en decenas de estados, como la gente ve en Brasil. Yo creo en la descentralización. Estoy a favor de la empresa socialmente democrática, donde el trabajador puede comprar las acciones de donde trabaja. Aquí se ha negado esto. Quien trabaja en los correos, por ejemplo, no puede comprar acciones allí.

¿Cree que hay características que se necesitan de manera específica para los administradores de Brasil?

Mi bandera de lucha es crear un estilo de administración propio del país donde se está. Veo al HSM traer, año tras año, gurús norteamericanos, como si no existieran gurús de administración en Brasil.

Nombres como Peter Drucker, (Gary) Hamel y otros ya vieron Brasil y se fueron todos hablando un montón de tonterías, sin entender nada del país. Y la gente les creía ¡Esto da miedo! Hace 15 años en mi libro “El Brasil que trabaja”, dije bien claro que el futuro será el de los productos populares, los mercados de bajos ingresos, las cosas para pobre.

Y todos los libros de administración dicen que no, que tiene que haber innovación, productos con alta tecnología. Y yo digo que no ¿Cómo usted quiere innovar cuando 90% de sus clientes nunca comprarán su producto? La Wolkswagen es un ejemplo de esto. Estuvieron 40 años con el escarabajo y nunca ha cambiado.

¿Cuál es la diferencia que usted ve entre el administrador y los profesionales de otras áreas que ocupan cargos de gestión?

Mira, el administrador tiene la función de ser sistémico. La principal función es no permitir que los problemas se acumulen. Estamos allí para tener paciencia y analizar los problemas correctamente ¿Cuál es el gran problema en Brasil? Dejamos que nuestros problemas se acumulen. La toma de decisiones es otro punto. A menudo pienso que es mejor tomar una mala decisión que no tomarla.

Sólo que si usted toma una decisión equivocada, pronto se dará cuenta de que fue un error. Yo estaba muy triste que ningún administrador fuese elegido para el equipo de Dilma. Henrique Meirelles, que es un eximio administrador, hizo una cosa extraordinaria por Brasil, que fue crear reservas. Asimismo, la izquierda más radical vetó su continuación, considerándola una continuación de derecha, relacionándolo con los bancos.

Recuerda que la izquierda soviética liquidó, y mató incluso, a toda la segunda capa de administrativos de la derecha en Rusia. Destruir los controles de gestión y crear la autogestión de los trabajadores es algo muy común entre la izquierda, pero, no del todo. Tienes que tener a un administrador que piense de manera sistémica, que se preocupe por todo.

En Brasil, en vez de confiar en la Universidad de Harvard, preferimos el lado soviético: la gente no gusta de los administradores. Nosotros somos 2 millones, pero los que mandan son 30 mil economistas muy influyentes, que tienen columnas en todos los periódicos y escriben todo el tiempo. Inclusive, me bajaron porque hablaba mal de ellos y elogiaba al administrador de izquierda, que era Meirelles.

Ustedes administradores tienen que tomar la rienda política y tomar en cuenta que son importantes. Yo ya estoy viejo. Pero ustedes que todavía son jóvenes, tienen la misión de mostrar a la izquierda brasileña que no somos ese bicho de siete cabezas y que seremos un excelente aliado.

¿Cree usted que los problemas de Brasil se derivan de la forma en que vemos al administrador y al empresario?

Nosotros tenemos una tradición muy pequeña de administradores. En 1994 había 300 escuelas de negocios, pero no teníamos poder político, y no tenemos el reconocimiento que deberíamos tener. La sociedad  se está dando un tiro en el pie al valorar más al economista que al administrador.

Otra cosa es que aquí estamos acostumbrados a decir que tenemos que alentar a los empresarios. Pero tenemos que entender que el empresario y el emprendedor están ansiosos por hacer realidad sus propios sueños. Nosotros los administradores tenemos el deber de hacer realidad el sueño de los demás. No los de Eike Batista, porque él es brillante y realiza todos sus sueños. ¿Qué pasa con los sueños de la sociedad? es la pregunta.

www.administradores.com.br

Autores

Simão Mairins, www.administradores.com.br