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Launchcard, la tarjeta de presentación que se lleva en el celular
Lunes, Septiembre 3, 2012 - 08:40

Una aplicación que pretende acabar para siempre con las tarjetas de presentación desde Chile se va a Silicon Valley, la ciudad prometida del emprendimiento y la innovación, en busca de consolidación.

El principal problema del emprendedor a veces empieza mucho antes de enfrentarse al financiamiento o tener patentada una idea. Sergio Povea y su equipo de Launchcard, creen que desde el momento de intercambiar tarjetas de presentación con un eventual inversionista ya comienza un camino que puede ser cuesta arriba.

"Existe un prejuicio súper fuerte en estos casos. Uno es el de no tener la tarjeta en el momento adecuado y el otro es no contar con la tarjeta adecuada para la persona a la que te estás presentando", dice sobre el sino del emprendedor que comienza a revisar todos sus bolsillos en busca de ese trozo de cartulina donde van los datos de contacto.

Mundo de apariencias

Comparados con tarjetas más lujosas y en medio de un mundo de apariencias, ese momento suele ser clave. "Cuando uno parte suele andar sin tarjeta o tenemos una repenca hecha en opalina o papel couché. Con esa nos enfrentamos a un inversionista que te entrega una tarjeta de 300 gramos o como la de Leonardo Farkas que está hecha de hierro", dice Povea.

Por eso su idea, la de acabar de una vez con todas con este sistema de castas fue alabado en el pasado Demo Day, el encuentro donde una serie de jóvenes (y no tan jóvenes) con ideas con olor a éxito se presentan ante sus pares y posibles inversionistas en rondas de tres minutos.

Georreferencia

Launchcard se llama su propuesta que pretende masificar la tarjeta de presentación virtual que se puede portar en el smartphone y que se georreferencia con el lugar donde se encuentran los hombres de negocios. Una vez en contacto se puede "descargar" y tomar conocimiento de quién es esta nueva persona que se suma a la lista de contactos automáticamente. Una maravilla para concretar y cerrar el vínculo considerando que las tarjetas a la larga terminan perdiéndose. "A veces la tarjeta no está en las mejores condiciones tampoco y se la debes entregar a un inversionista ángel. Lo que queremos con Launchcard es generar networking, o un sistema de redes de contacto, con sólo un click. Algo fácil de llevar y compartir en cualquier parte", agrega.

Innovación

Tras la cita organizada por Start Up Chile, Povea valoró el nivel de los demás emprendedores que dejaron el carisma y el sudor en el escenario para vender ideas novedosas y con olor a dólares. "Aplaudo a esta generación que cada vez se atreve más a internacionalizarse para hacer más redes, más vínculos. Antes eran iniciativas más locales y se viajaba menos, se arriesgaban menos, podría decirse", cuenta. Incluso él mismo compartió su experiencia en la que después de lograr el interés de algunos inversionistas y gente bien ubicada en Sillicon Valley, sede planetaria del avance tecnológico, fue invitado a hacer negocios allá. "Sólo fue la invitación, si", comentó a la audiencia.

Viaje capitalizado

"Para ese viaje debí batírmelas yo mismo. Junté mis lucas vendiendo servicios durante los últimos meses en una empresa que tengo de consultoría en tecnología. Así pude capitalizar para ese viaje", cuenta, pero reflexiona sobre otro capital que también es de utilidad a la hora de concretar estas oportunidades.

Con cerca de un millón y medio podrá viajar y establecerse allá un mes, calcula. "Aunque no es tanto, hay que saber aprovechar las redes. Lo valioso que tienen los emprendedores es que se prestan ropa. Cuando publicas que te vas a Silicon Valley y que necesitas algún dato, alguien desde allá te pide que le avises cuando llegas o que estará en tal parte si deseas ir en busca de ayuda", dice sorprendido y entusiasta.

"Tampoco es una situación en que alguien te de a cambio de algo, es una situación en que se valora la actitud y la confianza de dar este tipo de pasos. Es algo que se hace por el sueño común", cree. De este viaje espera regresar con un par de patrocinadores de su trabajo y con los que ya tiene contacto desde acá. Espera concretar algo de capital semilla y cerrar un par de tratos que beneficien al joven equipo compuesto por 7 personas de entre 17 y 28 años.

"Estos datos son un mensaje importante, porque el talento esta en todas partes y formatos, no puedes medir el talento por la edad o la formacion académica de alguien, ese es un grandísimo error. Es un tema de aptitudes y más de capacidad de ejecución que de cualquier otra cosa", piensa.

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Autores

La Nación