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Mario Hamuy, astrónomo chileno: "un universo sin narradores es un universo que pierde su conciencia"
Miércoles, Marzo 11, 2015 - 08:12

¿Se “rasgará” el cosmos si su velocidad de expansión sigue acelerándose? La astronomía contemporánea todavía no tiene la respuesta, pero su pasión por descubrir afecta nuestras vidas de maneras inesperadas.

Por supuesto, Mario Hamuy nunca menciona que hay un asteroide que lleva su nombre. Menos todavía, al grupo de escolares del sur de Chile a los que invita, un día caluroso de diciembre, a conocer el Palacio de Gobierno, el Parlamento y el observatorio astronómico del Cerro Calán, en Santiago. Cuando cae la noche, se activa el telescopio más moderno de los varios del lugar y el astrónomo sonríe cuando uno de los adolescentes, subido sobre una pequeña escalera de rigor, en vez de poner su ojo en el visor, coloca el "ojo" de su celular inteligente, intentando que los soles de la nebulosa Carina aparezcan en su pantalla.

No, no resulta. Hay que usar la retina de carne, la analógica. El cúmulo surge brillante, pero liliputense en su lejanía. De hecho, otro de los jóvenes parece más fascinado con el puntero láser del asistente del investigador, el cual  se dispara a 6 a 10 kilómetros de altura y parece tocar, literalmente, las estrellas. Hamuy no sólo ha tocado las estrellas con su mente, sino que ha descendido a su interior: es un especialista en el colapso del corazón de las súper novas.

Pero su papel en la astronomía contemporánea posee, además, una relevancia extra.  Junto a sus colegas José Maza (también chileno), Mark M. Phillips y Nicholas Suntzeff es el creador del sistema actual más efectivo para  medir distancias a galaxias, que derivó en dos descubrimientos que sacudieron a la ciencia: que el universo se expande cada vez más rápido y que hay algo llamado “energía oscura” que lo origina.

De hecho, tal "energía oscura" sería el 70% del universo. Y no sabemos qué es.  No importa, la ignorancia puede ser muy estimulante. Para Hamuy se aproximan tiempos con más descubrimientos extraordinarios.

Massimo Tarenghi, el astrónomo italiano, contaba el otro día que cada vez que termina de dar una conferencia se le acerca una persona y, en voz baja, le pregunta ¿ha visto un ovni? Y él dice, "Sí, sí. Lo he visto" ¿Dónde? Y él responde: en Paranal donde hay un par de cuadros de Matta (el pintor chileno surrealista) con unos ovnis dentro. ¿En el pasado de todo astrónomo hay un niño fascinado con los ovnis o los extraterrestres?

-Absolutamente. Cuando tenía 10 años soñaba con encontrarme con un extraterrestre y darle la mano. Fantaseaba con eso antes de quedarme dormido.

Eran extraterrestres benévolos. ¿O no necesariamente?

-Eran benévolos. No venían a disparar como los retratan en las películas de ciencia ficción. Venían en son de paz y eran una tremenda fuente de información para aclarar tantos misterios del universo.

Y en qué momento pasaste de eso a pensar en la astronomía como una ciencia.

-Fue un proceso gradual. Ayudó la formación en ciencia que tuve en un muy buen colegio francés en Santiago. Tuve la suerte de tener un muy buen profesor: conocí el rigor francés, la metodología y  el modo de pensar de las ciencias. Eso me iluminó. Me aclaró que esto no era sólo un sueño, sino que una carrera que se puede tomar muy en serio.

Había, y hay todavía, pocos astrónomos en Chile. ¿La decisión de ir por la astronomía y no por la física o la biología, fue difícil?

-Para nada. No tuve nunca ninguna duda. Estaba para mí definido en mi ADN que iba a ser astrónomo

Cuando tenía 10 años soñaba con encontrarme con un extraterrestre y darle la mano. Fantaseaba con eso antes de quedarme dormido.

¿Y lo conversabas con tus compañeros en el colegio?

-Sí, parece que sí.  Cuando me encuentro con ellos, se acuerdan de que transmitía con el tema de la astronomía. Que tenía la vocación muy marcada y se me salía por los poros.

¿Había alguna conexión familiar? ¿Científicos en la familia?

-Habían tíos que trabajan en la Universidad de Chile en el mundo de las ciencias sociales o en el mundo de la biología y las ciencias biomédicas.

¿Cuándo comenzaste a estudiar hubo una diferencia entre tus expectativas y lo que iba ocurriendo?

-Sí. Tenía 16 años cuando entré a la Universidad de Chile y me encontré con un mundo muy alejado de la astronomía. Eran cursos áridos de física, matemática, química. La astronomía la vine a conocer en un curso electivo que no era parte del plan común de la escuela de ingeniería. Mi contacto formal fue a través de ese curso que se llama Introducción a la astronomía.

¿Fue el primer astrónomo que conociste como tal?

-Lo daba un profesor del Departamento de Astronomía de la U. de Chile. No fue un buen curso.  A pesar de  eso seguía con la obsesión de dedicarme a  ella.

¿Y esta obsesión tenía que ver con la idea de observar el cielo, de entender lo que ocurría ahí o había algún tema: las estrellas de neutrones, los quasars que te llamaba la atención?

-No, era muy amplio mi interés. Ni siquiera tenía claro cuáles eran las preguntas. Pero "el cielo escondía secretos". Secretos que ofrecían la posibilidad de responder preguntas que ni siquiera me las había formulado claramente.

Se van respondiendo preguntas y van apareciendo nuevas. Sin duda sabemos más, pero  lo que "sabemos menos" también crece

THE BIG RIP

Como en todas las ciencias, en la astronomía, mientras más se sabe, más se sabe que no se sabe. ¿Hay ahora más secretos que los que creías que había cuando empezaste este camino?

-Se van respondiendo preguntas y van apareciendo nuevas. Sin duda sabemos más, pero  lo que "sabemos menos" también crece. No sé cuál es el resultado neto.  Una buena parte de mi carrera la he dedicado  a medir la expansión del universo usando la técnica de las supernovas. Y ahí el propósito del proyecto era determinar cuánto se frenaba el universo debido a su propia gravedad. Y el resultado, que se dio a conocer en el año 98, indica que el universo no se está frenando: se está acelerando. Y eso muestra que lo que creíamos que está bien entendido no estaba bien entendido.

Y eso, ¿qué sería?

Creo que hay algo muy fundamental que nos está faltando en la Teoría de la Gravedad para poder explicar por qué el universo se está acelerando. Surge, entonces, la pregunta: ¿cuál es el mecanismo que produce esa aceleración? Y esa pregunta no estaba en el libreto de nadie.

Surgen nuevas hipótesis.

-Exacto. Tienes que invocar algo nuevo porque la Teoría de la gravedad de Einstein, en su versión más simple, que es la que él planteó en 1916, es incapaz de predecir un universo que se expande cada vez más rápido. Curiosamente, el que lo invocó fue el mismo Einstein, en 1917, pero aparece como un parche que aún no tiene una explicación física satisfactoria.

¿Cómo es eso?

En aquella época sus ecuaciones, en su forma simple, indicaban que el universo tenía que estar en expansión o en contracción. Sin embargo, la experiencia observacional era que el universo no se expandía ni se contraía, por lo tanto, él introdujo un concepto nuevo para explicar un universo estático.

La constante cosmológica

Sí, la constante cosmológica. Sin embargo, en el año 1929, Edwin Hubble descubre que el universo se está expandiendo. Entonces, Einstein se retracta y reconoce que la Constante Cosmológica era  el mayor error de su carrera. Sin embargo, , en 1998, cuando se descubre que el universo se acelera se la invoca nuevamente. Esta vez, no para hacerlo estático, sino para que esa constante le gane a la gravedad y pueda dar cuenta de  esa aceleración. Una ironía de la vida.

En este momento es muy importante medir las propiedades de esta energía oscura, aunque no sepamos lo que es, para poder proyectar al futuro el destino del universo.

Ahora, el universo nace con una aceleración, conocida como  "Inflación",  después sigue expandiendo con el freno de la gravedad y ahora vuelve a expandirse aceleradamente . El asunto es cambiante.

-Cierto. Al comienzo del universo existió una etapa de expansión acelerada, muy breve, antes que el universo tuviese un segundo de vida, después cesa esa etapa inflacionaria y comienza una en que el universo se va frenando debido a su gravedad. Se expande, pero se va frenando. . Es como la economía chilena (risas). Vive una expansión desacelerada durante unos 10.000 millones de años y solamente durante los últimos 5.000 millones comenzó a expandirse aceleradamente. Hay un parecido con lo que ocurrió al comienzo, excepto que la aceleración inicial  fue brutalmente intensa. Y quizás haya un vínculo entre ambas etapas aceleradas. Ahí está el desafío fantástico para los teóricos: tratar de entender qué produce la aceleración actual.

Especulando salvajemente, si esta aceleración continúa ¿eventualmente el universo se va a "romper" porque se va a desgarrar el espacio-tiempo?

-Esa es una de las grandes preguntas ¿cuál va a ser la evolución de esta sustancia que produce la aceleración actual? Se la denomina energía oscura, por ponerle un nombre que, justamente, revela nuestra profunda ignorancia sobre el tema. Y el destino del universo va a depender de cómo se comporte la energía oscura en el futuro.

Uh..

-En este momento es muy importante medir las propiedades de esta energía oscura, aunque no sepamos lo que es, para poder proyectar al futuro el destino del universo. Dependiendo de sus características, una de los posibles destinos del Universo  es que la expansión sea tan brutal que se produzca este "Gran Desgarro" o "Big Rip".

El fin de todos los mundos.

-Hay gente que lo asocia, por el contrario, a una especie de nuevo Big Bang. En cada punto del universo el desgarro es tan grande que se comporta como si fuera el Big Bang inicial que dio origen a nuestro universo actual. Pero el escenario del Big Rip  sólo una posibilidad teórica cuya realidad depende de cómo se comporte la misteriosa energía oscura.  Medir las propiedades de la energía oscura es por tanto uno de los desafíos científico-tecnológicos más ambiciosos de la astrofísica actual.  

Esta energía que ni se sospechaba que existía hace poco.

-Hasta 1998.  Después ha habido experimentos complementarios que la ratificaron. Hoy día nadie duda que casi el 70% del universo está en esta forma de energía oscura y, por lo tanto, es lo que domina el “presupuesto” energético del universo.

Y no tenemos ni idea de lo que es.

-Hay varios  intentos de explicar lo que es. Una es la que ya hablamos, la de Einstein en 1917: poner la Constante Cosmológica al lado izquierdo de su ecuación, junto con lo que describe la geometría, la curvatura, del universo. En ese contexto sería una propiedad del espacio, una especie de constante fundamental de la física, sin explicación. Cosa que no es muy satisfactoria. La otra es ponerla a la derecha en la ecuación, junto con los términos  de masa y energía que hay en el universo

¿Y ahí qué pasa?

-En ese caso, pasa a ser una componente de la energía y el desafío es identificar su origen.  La teoría de la mecánica cuántica predice que debiera existir una componente de energía base en el universo  debida a partículas y anti partículas virtuales que se producen en el espacio vacío en escalas de tiempo muy pequeñas y rápidamente se aniquilan. Según esto habría una “energía  piso” asociada al espacio vacío. Si sacas las personas, sacas los calcetines, sacas la Coca-Cola , en el espacio vacío  igual habría una energía de base.

Hay dos alternativas conocidas para explicar la energía oscura. Pero existe una tercera: que no entendamos realmente la gravedad y los fundamentos sobre los que descansa la teoría de Einstein deban ser revisados

En la "nada" quedaría siempre "algo"

-El problema es que la mecánica cuántica anticipa que el valor de esa energía base  debe ser  un factor de 10 elevado a 120 mayor respecto a lo que se observa. . Así, estamos  posiblemente frente a la predicción más errada  de la física.

Andamos perdidos, entonces.

-Esas son dos alternativas para explicar la energía oscura. Hay una tercera: que no entendamos realmente la gravedad y los fundamentos sobre los que descansa la teoría de Einstein deban ser revisados en algo muy fundamental que todavía no somos capaces de ver.

Se dice que el aporte de Einstein fue decir que al sacar los calcetines y la Coca-Cola de la habitación, ésta no queda vacía, porque no existe el “espacio vacío” solo, el espacio-tiempo es una sola unidad.

-Lo que dijo fue que  el espacio vacío no es tan inocente. Viene acompañado de una constante cosmológica que se comporta como energía del espacio vacío. De acuerdo a las últimas observaciones , el espacio vacío tiene más energía que todo el resto: que los calcetines, la coca-cola y las personas.  Constituye el 70 % del Universo,  el cual había pasado desapercibido hasta el año 98. Pero, quizás el “parche” de la constante cosmológica no sea más que una manifestación de que la teoría de Einstein requiera ser corregida.

Esto tiene grandes implicancias, por así llamarlas, filosóficas o existenciales, pero la gente fuera de la astronomía no parecemos muy conmovidos. ¿No es frustrante?

-Es normal que la gente tienda a pensar más en sus necesidades cotidianas, en resolver sus problemas más cercanos.

Pero pensemos en la gente que ya tiene esa parte resuelta un profesional de éxito, un empresario. ¿La gente vibraba más, antes, con el cielo?

-Creo que las personas se sienten íntimamente  vinculados al universo. . Cada vez que converso con la gente, profesionales, adultos, me dicen: “Cuando era niño, quería ser un astrónomo”. Ocurre a cada rato. Hay una conexión muy fuerte entre el ciudadano común y el cielo. Y el astrónomo es el intermediario entre el cielo y el ciudadano.

La astronomía, al hacernos constatar nuestra pequeñez ¿nos hace mejores personas o es mucho pedirle?

-Creo que es nuestra obligación estudiar el cosmos. Hasta donde sabemos, somos los únicos seres con conciencia que somos capaces de hacerlo. Y un universo sin narradores, sin observadores, es un universo que pierde su conciencia. Si no hiciéramos el trabajo de observación, el universo, en cierta medida, pierde su sentido. Es una posición muy personal.

Sería increíble que la conciencia sólo estuviera en un pequeño planeta perdido: el nuestro.

-No digo que seamos los únicos seres con conciencia.  Pero hasta adonde sabemos  no hay nadie más con este privilegio y, por lo tanto, tenemos la responsabilidad de darle conciencia al universo, estudiándolo.

Es un trabajo grande.

-En sólo 400 años, desde que se inventó el telescopio, es que hemos logrado reconstruir la biografía del universo, desde que nace, hace 14.000 millones de años hasta ahora. Gracias a la revolución de las  ideas y a la tecnología. Y eso es muy notable. Es un monumento al intelecto humano. Y en esa aventura estamos participando todos. No solo los científicos, sino también el ciudadano que se siente muy conectados con el cosmos.

Un monumento paradójico: mientras más sabemos, más  pequeño o nulo es nuestro papel en la historia del universo.

-Es cierto que somos ínfimos en relación a un Universo tan vasto. Pero lo que nos permite trascender nuestra pequeñez física es nuestra conciencia: ella  nos ha permitido “viajar” por el universo hasta observar su comienzo mismo. Es nuestra responsabilidad  cumplir este rol.

En 2020 Chile va a tener el 70% de la capacidad de observación planetaria del mundo y eso incluye un nuevo observatorio, el LSST, que hará una “película”continua  del cielo . ¿Cómo es eso?

-El LSST es una máquina futurista. Va a lograr tomar una imagen del cielo cada tres días y lo va a hacer durante 10 años. Será una  especie de “reality”  del universo en donde podremos  ver todo lo que cambia. No sólo en brillo, sino también en posición. Verdadera cinematografía cósmica.

Ello va a servir para detectar posible meteoritos que amenacen la Tierra, ¿no?

-Cuando detectemos cambios en posición vamos a poder medir las órbitas de esos cuerpos que, en gran número, van a ser asteorides del  sistema solar, algunos de los cuales  potencialmente,pudiesen amenazar la vida en la Tierra. Esto es un ejemplo de algo que es muy relevante para la gente: saber si nuestra sus vidas están en riesgo de las amenazas cósmicas.

¿En tus sueños aparece la astronomía?

-No cuando estoy durmiendo. Cuando estoy despierto, sueño (risas).

¿Los astrónomos, de personalidad, se parecen? O, al revés, no se parecen, pero el trabajo los hace parecerse…

-Sí. Hay rasgos comunes. El astrónomo es bastante obsesivo cuando se fija un objetivo y quiere llegar a una  respuesta. En ese proceso, el científico en general se apasiona con la íntima esperanza de realizar descubrimientos que signifiquen cambios transformacionales al conocimiento.     

Quiere dejar una marca en la Historia.

-Todo científico quiere dejar una marca de manera de trascender por algo muy importante.

Todos aportan, pero pocos lo logran. Al menos en lo que conoce el gran público.

-Los cambios transformacionales, aquellos que modifican nuestra realidad son escasos y requieren tiempo..  Por ejemplo, tuvieron que transcurrir muchos siglos para destronar al ser humano del centro del universo y descubrir que el sol es una más entre miles de millones de estrellas y nuestra galaxia  una más entre miles de millones…

LA GRAN OPORTUNIDAD

Por eso los gobiernos no quieren financiar la astronomía: no trae ninguna noticia sobre la grandeza del país, de la economía o del presidente (risas)

-Así es. Cada vez siento que cuesta más convencer a los gobiernos, que duran cuatro años (en Chile), para que apoyen la investigación científica motivada solo por la curiosidad.

Y no son tantos. ¿Cuántos son los astrónomos que trabajan en Chile, por ejemplo?

-Somos cerca de 140 personas. Y en el mundo, es del orden  de 10.000 en este momento.

Podríamos decir que, en Chile, hay más camareros que todos los astrónomos del planeta.

-Claro. Y periodistas.

Aun así no hay mucha plata para financiarlos.

-A pesar de que a Chile le sale muy barato financiar la astronomía , porque  los telescopios instalados en nuestro país son financiados por gobiernos e instituciones extranjeras  que otorgan 10% del tiempo de observación a astrónomos chilenos. Chile no tiene que hacer una inversión  en “laboratorios” astronómicos porque éstos cuentan con financiamientos externos. .  Lo que tiene que hacer el país es financiar el recurso humanopara hacer muy buen uso del 10% de tiempo de observación y participar de la aventura tecnológica de punta que requiere el desarrollo de los telescopios. Cuesta mucho convencer que es una apuesta que puede redituar  mucho al país en imagen, como una comunidad que aporta a la cultura global y no sólo exporta palos y piedras. Que es capaz de ser partícipe de la aventura del conocimiento de frontera

¿No te sientes un poco freak en sociedades, como las latinoamericanas, que valoran poco todavía la curiosidad?

-No en lo personal. La gente común y corriente aprecia tener a un astrónomo cerca y preguntarle sobre los extraterrestres, el origen del universo y otras preguntas filosóficas o religiosas. Lo he pasado bien siendo astrónomo. No me he sentido marginado pero creo que aún hay mucho trabajo para que se valore la investigación científica.

Son los políticos los que no son curiosos…

-Los tomadores de decisiones priorizan otras cosas. Lo inmediato, lo práctico. No es que no valoren la astronomía: muchos están fascinados con la serie “Cosmos”. Sin embargo, al momento de tener una visión de país, la ciencia les parece secundaria y accesoria. Y esa es la parte frustrante. No entienden que la investigación no sólo es importante para la cultura de un país, no sólo es un lugar para albergar a  talentos jóvenes, sino que también es una apuesta a largo plazo que puede dar soluciones a problemas prácticos, pero a escalas de tiempo que son de 15, 20, 30 o hasta 100 años. El GPS, que está en el celular, se origina en la teoría de la relatividad general de Einstein, de 1916. Y Einstein no estaba pensando en producir un GPS.

A pesar de que a Chile le sale muy barato financiar la astronomía , porque  los telescopios instalados en nuestro país son financiados por gobiernos e instituciones extranjeras  que otorgan 10% del tiempo de observación a astrónomos chilenos. Chile no tiene que hacer una inversión  en "laboratorios" astronómicos

Uno no pensaría que la relatividad se aplique a la ubicación de un taxi

-Si quieres tener precisiones de centímetros o metros para identificar tu posición en la superficie de la Tierra tienes que contemplar los efectos de la curvatura del espacio, los cambios en la manera en que corre el tiempo. Necesitas la relatividad y los trucos de Einstein.

Las empresas privadas también tienen cierta responsabilidad. El observatorio Carnegie es el resultado de un Sr. Carnegie que alguna vez fue un megaempresario.

-No está muy desarrollada la cultura de la filantropía en Chile y los que la hacen, los que tienen recursos, arman sus propias fundaciones, colecciones de arte, museos, exhibiciones; pero –hasta ahora- no se ven muchos aportes filantrópicos desde el mundo privado  a ciencia e investigación.

Volviendo al principio. Si ahora te encontraras con un extraterrestre y éste te dijera que sabe menos que nosotros, que tú ¿qué sentirías? ¿decepción?

-Sería una desilusión. Esperaría poder conocer a extraterrestres que pudieran revelarme muchos de los misterios del universo.

Tal vez a los extraterrestres no les interesa la astronomía y por eso no han llegado hasta acá. Quizás el espacio de tiempo en que puede surgir una civilización que se interesa por el cielo y tiene herramientas para estudiarlo es pequeño.

-Es frustrante que las distancias en el espacio, entre las estrellas, sea tan grande. Es posible que haya civilizaciones, pero estamos limitados para viajar por la velocidad de la luz. Si quisiéramos ir a la estrella más cercana, nos demoraríamos cuatro años viajando con la luz. Y a velocidades más realistas, serían viajes de miles de años.

Sería irónico, porque son esas mismas grandes distancias las que nos protegen de cosas que podrían destruirnos, como las explosiones de rayos gamma y supernovas.

-Claro. Si tomas el sol y lo reduces al tamaño de una pelota de básquetbol e hicieras lo mismo con la estrella más cercana, la separación entre estas dos pelotas sería de 10.000 kilómetros. Es como si tuvieras una pelota de básquetbol aquí y otra en Nueva York: la probabilidad de que las dos choquen es bastante baja.  Tiene sus ventajas que la distancia sea tan grande porque, de lo contrario podríamos estar sufriendo muchas colisiones que impedirían darle la estabilidad que la Tierra ha requerido para albergar vida.

Vivimos en un barrio tranquilo.

-De lo contrario no estaríamos hablando.

La esperanza es que haya algún tipo de atajo, como se ha fantaseado. Los agujeros de gusano.

-La curvatura del espacio, que parecería ciencia ficción hace unos años atrás, es una realidad, consecuencia de la gravedad. Es posible que, gracias a esta flexibilidad que tiene el espacio de doblarse,  pudieran existir atajos para llegar a puntos que, de otra manera, serían muy lejanos.

Habrá que encontrar uno

-Hasta ahora no se ha encontrado ninguno, excepto en la película Interestellar.

Se puede fantasear que nosotros, en el futuro, podríamos tomar una estrella, hacerla explotar, convertirla en un hoyo negro e ir con estos hoyos negros armando una arquitectura espacial de pasillos…

-…autopistas cósmicas sin atochamientos

…, pero tal vez la cantidad de energía necesaria para hacer eso es demasiado grande, aún para nuestra inventiva.

-Pero hay que soñar. No hay que parar de hacerlo. Eso es lo que nos permite viajar lejos más allá de las fronteras que nos impone nuestra pequeñez en la tierra. Muchas de las cosas que hoy son realidad se soñaron hace pocos años atrás. Tecnologías en películas de ciencia ficción de hace 20 años que eran impensadas y ahora son realidad. Somos sumamente afortunados de vivir en este tiempo: vamos a ser testigos de grandes descubrimientos. Por primera vez en la historia de  la humanidad, el ser humano tiene el privilegio de ver todo el universo observable. Y esto ha sido posible porque nuestros antecesores soñaron máquinas e instrumentos que nos han permitido ver mucho más allá de lo que nunca imaginamos.

¿Existe el multiverso (un universo de universos) o no existe?

-Teóricamente existen los universos paralelos, pero hasta ahora no hay ninguna evidencia de su existencia. Es una construcción conceptual que trata de resolver el problema de que nuestro universo tiene un ajuste muy fino en sus propiedades físicas.

El principio antrópico, que todo parece hecho para que existamos.

-Es un ajuste muy fino que permite que nosotros podamos estar conversando aquí. Basta con que el universo, en sus leyes y constantes físicas, hubiese sido un poco distinto, para que no se hubieran podido desarrollar galaxias, estrellas, planetas y seres humanos. Eso parece una coincidencia.

Que algunos dicen es obra divina.

-Que algunos dicen es obra de un Dios. ¿Cómo tanta coincidencia? Pero para un físico agnóstico eso no es aceptable. Entonces, una de las teorías que se proponen es que no hubo un Big Bang, sino  millones de Big Bangs. Cada uno con sus propias características, con sus propias leyes. Muchos de ellos fueron universos que no dieron lugar a la vida consciente o a ninguna vida. Y esa es una manera más natural de explicar  que tengamos un universo tan finamente ajustado.

Teóricamente existen los universos paralelos, pero hasta ahora no hay ninguna evidencia de su existencia.

Es estremecedor pensar que pueda haber miles de universos vacíos, caóticos.

-Me asusta. Resulta difícil concebir universos estériles. Vuelvo al punto inicial: si no hay un narrador en el universo que lo valore, lo aprecie, lo mida, creo que se pierde el sentido de ese universo. Al universo le ha costado trabajo producir este universo complejo. Han sido 14.000 millones de años de ardua labor para llegar a crear, a partir de las partículas elementales, la vida. Lo más complejo que ha hecho somos nosotros. Puede que haya otras formas más complejas. Pero hasta donde sabemos somos lo más sofisticado que ha hecho el universo. Tanto trabajo sin que nadie lo pueda ver parecería un trabajo en vano.  Para que no haya sido en vano es nuestra obligación estudiarlo.

Otra posibilidad es que haya en este u otros universos más de un narrador. O secuencias de narradores que no se conocen o narradores de distinto nivel.

-Sí. Nuestro entendimiento de la vida es muy limitado. Tendemos a mirarnos al espejo y buscar vida fuera de la Tierra semejante  a nosotros, basada en la química del carbono.

Es algo narcisista.

-Pero tiene un sentido práctico. Si queremos encontrar vida, busquemos donde sabemos que hay vida. En donde haya agua, que es el  facilitador para las reacciones químicas. Quizá haya vida en el universo en una forma que nosotros no somos capaces de visualizar, pero ni siquiera sabríamos cómo empezar a buscar

Podría estar aquí mismo y nosotros no verla.

-Claro. No hay que descartar que la vida pueda tomar formas muy diferentes. En otros planos del espacio de parámetros.

Puede haber narradores a los que no les interese nuestra narración. Que no sean malos, sino que sean indiferentes a nosotros.

-O nosotros fuésemos transparentes a ellos. Que no nos vieran y viceversa.

Autores

Rodrigo Lara Serrano