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¿Qué pasaría si un astronauta muere en el espacio?
Viernes, Abril 17, 2015 - 17:44

Hasta el minuto, la NASA no tiene ningún protocolo definido para enfrentar ese trágico escenario.

Es 24 de julio de 1969 y está lloviendo en Washington. Un clima que parece apropiado, dados los trágicos eventos que han inspirado esta jornada. Richard Nixon está frente a la prensa y un silencio consume toda la sala. 

“El destino ha decidido que los hombres que fueron a la Luna a explorar en paz, se queden en la Luna para descansar en paz. Estos valientes hombres, Neil Armstrong y Edwin Aldrin, saben que no hay esperanza en su recuperación. Pero saben que hay esperanza para la Humanidad, gracias a su sacrificio (…) Serán llorados por la Madre Tierra que osó enviar a dos de sus hijos hacia lo desconocido”, recita Nixon.

Este discurso habría conmemorado las muertes de Neil Armstrong y Buzz Aldrin en caso de que su nave aterrizara sin éxito en la Luna. Afortunadamente, Nixon nunca debió leerlo y la nota es un simple hecho anecdótico.

¿Pero qué pasaría si un astronauta muere en el espacio? Una misión tripulada a Marte, como la que se pretende realizar en las próximas décadas, requeriría hasta 14 meses de viaje. Si llegara a suceder, ¿la NASA tiene un protocolo? El astronauta Mike Massimino, en entrevista con el programa radial StarTalk Radio, fue tajante: “Ninguno”. Y agregó: “En todo el entrenamiento que he recibido, nunca hemos tratado sobre ello”.

Lo único oficialmente establecido es que, si un astronauta fallece en la Estación Espacial Internacional (EEI), su cuerpo será devuelto a la Tierra.

Su colega Chris Hadfield explica en el libro An Astronaut’s Guide to Life on Earth (Guía para la vida en la Tierra de un astronauta) que él sí ha ensayado diversos escenarios pero que no existe un protocolo específico. Uno de ellos es un ejercicio llamado “simulación de la muerte” que, en síntesis, es una mesa redonda en la que los astronautas deciden, por ejemplo, qué van a hacer con el cádaver: abandonarlo en el espacio, guardarlo en “un armario” o enviarlo a la Tierra en una nave de abastecimiento, entre otras opciones.

No obstante, un cuerpo a la deriva se convertiría en basura espacial (como la que ocasiona el accidente que da pie a la película Gravity). De esta forma, podría colisionar contra naves espaciales, satélites u otros materiales de desecho. Pero una carta de Naciones Unidas prohíbe tirar basura en el espacio y eso incluye abrir la escotilla y enviar restos mortales al cosmos.

Hasta ahora, los astronautas pasaban solo seis meses a bordo de la EEI y ninguno ha muerto fuera del planeta. Pero el estadounidense Scott Kelly y el ruso Mikhail Kornienko (en la foto) serán los primeros en habitarla durante un año con el fin de estudiar los efectos fisiológicos y psicológicos de estar por un tiempo extendido en el espacio. Según Massimino, la NASA se centra más en la prevención que en definir qué hacer si un astronauta muere cumpliendo su misión.

En tanto, otros expertos como Paul Root Wolpe, profesor de la Universidad Emory y especialista senior en bioética de la NASA, han hablado del costo excesivo que podría significar guardar un cuerpo hasta volver a la Tierra. El científico asegura que esta medida podría significarle a la NASA unos US$10.000 por cada 0,5 kilos extra dentro de la nave. Esto sin contar el impacto sicológico que podría significar para los otros astronautas tener un cadáver a bordo.

Para solucionar este problema, un proyecto que la agencia espacial está evaluando junto a la empresa sueca Promessa es una bolsa de cadáveres llamada Body Back. El cuerpo se introduciría en una de estas para exponerlo al espacio exterior para congerlarlo. En la tierra sería suficiente el nitrógeno líquido (-200ºC). El agua se evaporaría a través de un orificio de ventilación. Luego se destruiría el cuerpo mediante un sistema de vibración. Los restos se almacenarían en un pequeño compartimento de sólo 22 kilos dentro de la nave, consigó Business Insider.

En la historia de los vuelos espaciales solo han ocurrido 18 muertes, en particular, en despegues y regresos a la Tierra; una pequeña fracción de las más de 500 personas que han salido al espacio.

Autores

AETecno con información de Cromo - El Observador