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Sol, salud y negocios: el caso de la U. de Miami
Martes, Octubre 19, 2010 - 15:42

Buena o mala, siempre se habla de ella. La Salud es una industria creciente, vibrante y compleja que cada vez requiere de más conocimientos especializados para ser administrada.

Cuando en 2001 Donna Shalala comentó a sus amistades que su destino laboral sería la presidencia de la Universidad de Miami (UM), estos le preguntaron si estaba loca. Después de todo, Shalala, una descendiente de libaneses, había sido una exitosa secretaria de Salud durante la administración de Bill Clinton, lo que la dejaba en la posición de elegir su destino entre múltiples oportunidades.

“En Miami está todo por hacerse”, justificó su decisión Shalala en una entrevista reciente en la ciudad norteamericana con un selecto grupo de periodistas extranjeros. La ex secretaria de Estado llegó a la UM cuando las fuerzas productivas de la ciudad comenzaban a organizarse en torno a convertirla en una especie de Silicon Valley de la salud y la biotecnología

Una expectativa alta, en un sector que representa el 16% del PIB de Estados Unidos y que apuesta a convertirse en la industria, junto a las TIC, que está más a la vanguardia de la ciencia, la tecnología y la innovación, esperándose que en 2018 llegue a representar el 20% del PIB. Una apuesta, por lo demás, que por fuerza debe contar con universidades totalmente comprometidas en ese esfuerzo.

Nueve años después del estreno de Shalala en la UM, esta casa de estudio está levantando un ambicioso proyecto de investigación en biociencias y medicina por US $ 320 millones: el Parque de Ciencias de la Vida y Tecnología, que incluye la construcción de cinco edificios en el barrio que concentra la mayor cantidad de entidades médicas y de investigación en salud de Miami.

“Hay un chiste que circula por ahí: ‘Estuve en Miami y es fabulosa, y lo mejor es que queda tan cerca de Estados Unidos’”, bromea Pascal Goldsmith acerca de la imagen de la ciudad en su país, la que no se asocia con alta teconología, sino con turismo. Un punto no menor, pues según Goldsmith la edificación del complejo tecnológico permitirá atraer y retener los mejores profesionales en el ámbito de la investigación en medicina y bio ciencias, ayudando a cambiar el perfil económico de la ciudad.

Un chiste que le viene bien a Frank Nero, el CEO del Miami-Dade Beacon Council, la agencia público-privada de la ciudad encargada de promover negocios y engarzar los esfuerzos de los distintos actores económicos de Miami. “Nuestra imagen es la de South Beach, y un poco también la fuerte actividad bancaria, lo que está muy bien, pero necesitamos mostrar que también podemos ser un polo importante en la industria de la salud”, dice.

Al menos, esfuerzos hay. El último logro es una inversión inicial por US $ 20 millones por parte de la gigante compañía de insumos médicos y biotecnología BD (Becton, Dickson & Company), la que eligió Miami para establecer una planta de alta tecnología para producir medicamentos libres de células animales y antibióticos en su producción. 

“En Miami encontramos una buena oportunidad, ya que existía una infraestructura previa que podíamos utilizar, además de un fuerte apoyo público. La ciudad cuenta con las capacidades profesionales que requerimos y un puerto adecuado”, dice Edward Ludwig, el CEO de BD, quien asistió a la inauguración de la instalación.

Futuro se dice Health Care en inglés

Desde la perspectiva de las universidades, sin duda lo que sucede en la ciudad es una excelente noticia. Pero lo es no sólo para las escuelas de medicina y ciencias. Por ejemplo, en la visión de Shalala el papel de la UM en el desarrollo de Miami va más allá de la mera provisión de conocimientos para que otros se hagan cargo.

“La universidad completa está comprometida con el desarrollo de la industria de la salud, por lo que en esto participa también, por ejemplo, la escuela de negocios, que debe ver cómo crear spinn offs y emprendimientos en esta área”, dice Shalala, quien alguna vez fuera calificada como “una de las administradoras gubernamentales más exitosas de los tiempos modernos” por The Washington Post (algo que resuena con un timbre muy extraño hoy, dadas las penurias de los norteamericanos que padecen un sistema de salud que hace aguas).

Así lo entiende Barbara Kahn, decana de la escuela de negocios de la UM, unidad académica que desde hace 35 años tiene un programa MBA Executive especializado en Salud y que cuenta además con otro programa conjunto con Miller, la escuela de medicina de la misma universidad. En el caso del MBA, “tenemos la promoción más numerosa de la historia del programa, pues esta enseñanza hoy es más necesaria que nunca”, dice Kahn.

“Los graduados de este programa están en una posición única para responder con éxito a los desafíos de negocios y oportunidades que enfrentan en el mundo de la salud, sea desempeñándose en hospitales, agencias gubernamentales, o compañías biotecnológicas, farmacéuticas, de seguros, o de cuidado de la salud”, cuenta Kahn.

Sin embargo, el más claro compromiso de la UM y el aporte más significativo de su escuela de negocios, es el Centro de Administración y Políticas para el Sector Salud creado en 2010, el cual está encargado de comunicar el mundo de la investigación con el de los negocios, a través de la producción de conocimientos de management en este ámbito, consultorías y la formación de administradores especializados en salud.

Para enero de 2011, este Centro está organizando The Global Business Forum, The Business of Health Care, el que contará con las alocuciones de –entre otros– la actual secretaria de Estado de Salud, Kathleen Sebilus, los CEOs de General Electric, Jeffrey Immelt, y de Global Health Care de Procter & Gamble, Michel Ducker, y la misma Donna Shalala.

Sin duda un evento que generará grandes expectativas, dadas las dudas respecto de la reforma a la salud del presidente Barack Obama, cuyo eventual fracaso –cada vez más amenazante dado el bajo estado de ánimo económico del país– puede mantener a millones de norteamericanos –vaya paradoja– ajenos a un sistema de salud que se caracteriza por proveer la mejor atención médica posible, dado que los Estados Unidos, pese a la crisis, se mantiene en la vanguardia del conocimiento médico y la biotecnología.

“No quiero ver aviones que cruzan por sobre nuestras cabezas y no se detienen en Miami”, dice Shalala con gesto enérgico, para mostrar su visión acerca de cómo la UM puede ser un engranaje fundamental para la construcción de un cluster de salud que –aseguran en la ciudad– está pronto a despegar.

Autores

Andrés Almeida, desde Miami