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Ronald Wayne, la historia del fundador olvidado de Apple
Martes, Abril 5, 2016 - 07:39

Wayne fundó la empresa de la manzana junto a Jobs y Wozniak. Compró el 10% acciones por US$1.500 pero las vendió 12 días después. Hoy valdrían, al menos, US$60.000 millones.

Cromo - El Observador. A todo el mundo le suena los nombres de Steve Jobs y de Steve Wozniak; ¿pero qué sucede con Ronald Wayne? Este hombre tiene ahora 81 años y cuando tenía 41 trabajaba como ingeniero en Atari donde conoció al fundador de Apple, quien le pedía consejos todo el tiempo. "¿Podrías ayudarme a hacer entrar en razón a Woz?", cuenta el veterano que le dijo Jobs. "Tráelo a casa. Nos sentaremos y charlaremos", fue su respuesta. Más tarde nacía Apple.

Wayne fundó la empresa de la manzana junto a Jobs y Wozniak. Compró el 10% acciones por US$ 1.500 pero las vendió 12 días después. Hoy valdrían, al menos, US$ 60.000 millones.

Lo hizo por razones que "aún hoy tienen sentido para mí", dijo en una entrevista con BBC. "Si la compañía se hundía, teníamos que responder personalmente a las deudas", explicó. La compañía pidió un préstamo de US$ 15.000 para hacer frente a las primeras fabricaciones solicitadas por las tiendas Byte Shop que tenía fama de no pagar a los proveedores. Wayne hubiese sido el único socio embargado si las cosas salían mal.

Su contribución a Apple -además de convencer a Wozniak- fue la de crear el primer logo: Isaac Newton debajo de una manzana; Jobs lo descartó después.

"Habría terminado dirigiendo, barajando papeles en un rincón del edificio de la compañía por los siguientes 20 años de mi vida. Ése no era el futuro que quería", relató a BBC. Y añadió: "Si el dinero fuera lo único que quisiera había muchas otras maneras de conseguirlo. Pero para mí era mucho más importante hacer algo que me motivara".

El veterano vive en una pequeña localidad situada a una hora de Las Vegas, Pahrump, a 800 kilómetros de Cupertino, donde está la casa central de Apple. No tiene ningún producto de Apple, sino que él mismo adapta sus dispositivos.

De lo único que se arrepiente Wayne es de haber vendido la copia de su contrato original por US$ 500. Ese mismo documento se subastó por US$ 1,6 millones hace cinco años.

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Cromo - El Observador