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Steve Jobs, un ejecutivo con un "sistema operativo" diferente
Jueves, Agosto 25, 2011 - 17:22

Con su pasión por el diseño minimalista y su genio comercial, Jobs cambió el curso del negocio de las computadoras personales durante sus dos períodos en Apple y transformó al mercado de la telefonía móvil.

Difícil de comprender, complicado para trabajar, y considerado irreemplazable por muchos seguidores e inversionistas de Apple, Steve Jobs hizo de su vida un constante desafío tanto a las convenciones como a las expectativas establecidas.

Y pese a años plagados de señales de mala salud, su renuncia a la presidencia ejecutiva de Apple Inc provocó un estremecimiento en todo el mundo pensando en el futuro de quien es considerado un ícono y de la compañía a la que simboliza.

"Steve Jobs es el presidente ejecutivo más exitoso de Estados Unidos en los últimos 25 años", dijo el presidente del directorio de Google Inc Eric Schmidt, quien integraba el directorio de Apple pero debió abandonarlo por un choque de intereses comerciales.

"El, como nadie, combinó el toque artístico con la perspectiva de un ingeniero para construir una compañía extraordinaria; es uno de los grandes líderes estadounidenses de la historia", dijo Schmidt en un comunicado.

Tras abandonar la universidad, Jobs viajó a India buscando una guía espiritual antes de fundar Apple, un nombre que él sugirió a su amigo y cofundador de la firma Steve Wozniak luego de visitar una comunidad en Oregon a la que se refirió como un "manzanar" (en inglés, "apple orchard").

Con su pasión por el diseño minimalista y su genio comercial, Jobs cambió el curso del negocio de las computadoras personales durante sus dos períodos en Apple y transformó al mercado de la telefonía móvil.

El icónico iPod, el iPhone -apodado el "teléfono de Jesús" por la cuasi religiosidad de quienes lo eligen- y el iPad son creaciones de un hombre conocido por ejercer un control cercano a la obsesión durante el proceso de desarrollo de un producto.

"La mayoría de los mortales no puede entender a una persona como Steve Jobs", dijo Guy Kawasaki, un ex empleado de Apple que considera a su cofundador como "el más grande presidente ejecutivo de la historia", según dijo recientemente. "Simplemente tiene otro sistema operativo", añadió.

Carismático, visionario, implacable, perfeccionista, dictatorial. Esas son algunas de las palabras usadas para describir la mítica figura de Jobs, quien quizás sea el mayor visionario que tuvo el mundo de la tecnología pero al mismo tiempo se destacó como un duro hombre de negocios.

"Steve Jobs es el genio de los negocios de nuestra generación", dijo hace poco la ex presidenta de eBay Inc Meg Whitman. "Sus contribuciones a Apple, sus contribuciones a la tecnología (...) no tienen paralelo en el mundo de los negocios. El es sorprendente", agregó.

Bill Gates, cofundador de Microsoft y alguna vez Némesis de Jobs, lo llamó la persona más inspiradora de la industria tecnológica y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lo señaló como la encarnación del sueño americano.

Es difícil imaginar una historia de mayor éxito que la de él, pero el rechazo, el fracaso y la mala fortuna han sido parte de quien llegó a ser. Jobs fue entregado en adopción al nacer, lo despidieron de Apple a mediados de la década de 1980, y el cáncer lo atacó cuando finalmente había vuelto a la cima.

Su renuncia del miércoles se da a los 56 años, cuando es relativamente joven para los negocios.

"Siempre dije que si un día no podía cumplir con las obligaciones y las expectativas como presidente de Apple, iba a ser el primero en hacérselos saber. Desafortunadamente, ese día llegó", escribió en su breve carta de salida.

Una fuente cercana a Jobs dijo que planea seguir activo en su nuevo rol como presidente del directorio de Apple.

Jobs fue criado por una familia adoptiva en Silicon Valley, que por entonces dejaba de ser un lugar de huertos y se convertía en hogar de trabajadores de Lockheed y otras compañías de tecnología y de la industria militar.

Su amigo Bill Fernandez le presentó al joven ingeniero Wozniak, y los dos Steves comenzaron una relación que eventualmente dio a luz Apple Computer.

"Woz es un ingeniero brillante, pero no es un empresario, y ahí es donde entró la figura de Jobs", recuerda Fernandez, quien fue el primer empleado de Apple.

Wozniak dijo que su objetivo sólo era diseñar equipos y que no tenía interés en conducir Apple.

"El rol de Steve Jobs estaba definido: tienes que aprender a ser un ejecutivo en cada una de las divisiones de la empresa para convertirte algún día en la persona más importante del mundo. Ese era su objetivo", bromeó hace poco Woz, quien sigue apareciendo como un reporte directo de Jobs pese a que no trabaja en Apple desde hace años.

Medicina de mal gusto. Jobs creó Apple dos veces. Una cuando la fundó y la segunda cuando regresó para salvar a la compañía, que ahora rivaliza con Exxon Mobil como la de mayor valor entre las que cotizan en Estados Unidos.

"Cada día para él era una nueva aventura en la compañía", dijo Jay Elliot, un ex vicepresidente de Apple que trabajó cerca de Jobs en la década de 1980. "Steve tiene una sed muy grande de entender lo que está pasando en la compañía. Lo que no tolera es la política y la burocracia", agregó.

Pero el Jobs inspirador viene acompañado de muchas asperezas, que frecuentemente dejaban a colegas e inversores alienados con sus dictados y planes hechos "a mi manera o nada", que generalmente estaban adelantados a su tiempo.

Elliot fue testigo de una agria disputa entre Jobs y el ex presidente ejecutivo de la firma, John Sculley, con quien chocaba frecuentemente por ideas, productos y la dirección de la compañía.

El conflicto se extendió a una reunión de ventas en Hawaii en 1985, donde se cruzaron violentamente, según Elliot. Jobs dejó Apple, argumentando que había sido despedido.

"Fue una medicina con sabor amargo, pero creo que el paciente la necesitaba. A veces la vida te golpea en la cabeza con un ladrillo. No pierdan la fe", dijo Jobs ante un grupo de graduados de Stanford en el 2005.

Regresó a Apple casi una década más tarde como consultor. Poco después estaba dirigiéndola.

Al día de hoy, Jobs ya reinventó el mundo de la tecnología cuatro o cinco veces.

Primero con la Apple II, una bonita computadora personal en la década de 1970, y en la década siguiente con la Macintosh. Ya en este siglo, el iPod en el 2001, el iPhone en el 2007 y el iPad en el 2010 fueron sucesivos éxitos que reformularon el mundo tecnológico.

Ascensor. Ed Niehaus, quien fue convocado y contratado por Jobs para hacerse cargo de las relaciones públicas de la renaciente Apple, recuerda un viaje en ascensor del que todos escucharon hablar en Silicon Valley, pero parecía más un mito que algo real.

Fue poco después del triunfal regreso de Jobs y él estaba recortando planes de productos y puestos de trabajo.

Niehaus recuerda: "Una vez bajamos en un ascensor, no demasiados pisos. Entramos, y en el piso siguiente entró una mujer joven y pude notar que pensaba 'oh, ascensor equivocado'".

"Y Steve dijo. 'Hola, ¿quién eres?' y se presentó: 'Soy Steve Jobs' y en forma encantadora preguntó: 'De qué trabajas' y ese tipo de cosas. La puerta del elevador se abrió al final del recorrido y le dijo 'No vamos a necesitarte' y se fue caminando de ahí", contó Niehaus.

Apple estaba sobredimensionada, agrega Niehaus, y lo que hizo Jobs fue reimplantar la simplicidad y la focalización.

A lo largo de los años pocos detalles se han filtrado acerca de cómo Apple lleva adelante el diseño de nuevos productos. Pero en una conferencia cubierta por Businessweek en el 2008, un ingeniero de la compañía contó detalles del proceso.

Un nuevo producto o función comienza con 10 ideas de buena calidad. De allí se seleccionan tres, en las que se trabaja durante meses antes de elegir una.

Mientras tanto, el equipo de diseño se reune dos veces por semana: una para generar ideas sin límites y la otra para enfocarse en sacar el producto al mercado, describió BusinessWeek.

Cuando Jobs llega, es para dar su veredicto: fuera de serie; muy pero muy bueno, y una mierda, dijo Niehaus.

El primer presidente ejecutivo de Apple, Michael Scott, contó que Jobs pasó semanas enteras contemplando qué tan redondeados deberían ser los bordes de la carcasa de la computadora Apple II.

Jobs describe su mundo como muy simple.

"Durante los últimos 33 años me he mirado en el espejo cada mañana y me he preguntado: 'si hoy fuera el último día de mi vida ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?' Y cuando la respuesta era 'no' durante varios días seguidos, supe que tenía que cambiar algo", dijo ante estudiantes de la Universidad Stanford.

"Recordar que vamos a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir a tu corazón", agregó.

Jobs ha debido alejarse de sus tareas tres veces desde el 2004 y claramente ha pensado a Apple sin su presencia. Jobs ha pasado por un trasplante de hígado y por una extraña forma de cáncer pancreático.

Durante años, cada presentación que hacía abría una discusión acerca de si lucía mejor o peor. Jobs y los miembros del directorio de Apple tienen un plan de sucesión -poner a Tim Cook, de 50 años, a cargo- y cuentan con un equipo respetado.

Muchos analistas e inversores que siguen a Apple dicen que la compañía tiene un importante banquillo de relevos, encabezado por Cook. Pero para otros eso no es tan así.

Para un ex ingeniero de Apple, que alguna vez vio como un proyecto en el que había trabajado durante meses era desestimado por Jobs en un segundo, no se ve mucha fortaleza en las filas de la empresa. "Steve es el visionario", señaló. "Si algo ocurre, es 'vamos a preguntarle a Steve'", concluyó.

Autores

Reuters