Pasar al contenido principal

ES / EN

Tinta peligrosa: la piratería de insumos para impresora y su impacto global
Miércoles, Abril 18, 2012 - 19:41

Con raíces rastreables hasta grupos criminales, la falsificación de impresoras y tóners es una tendencia que va alza en todos los mercados. ¿Cómo reconocer y combatir este tipo de piratería?, y ¿cuáles son sus reales efectos en Latinoamérica?

 

Desde sus inicios por allá por los años 50 el mercado de las impresoras electrónicas ha cambiado de forma significativa, desde la matriz de puntos al laser, y de ahí al cartucho de impresión, los precios, la calidad, y los usos han pasado por incontables etapas. Pero si debieramos hablar de un problema transversal a la impresión, ya sea en empresas o en casa, es el de los insumos; ya sean cartuchos o tóner, a color o en blanco y negro, siempre han sido un elemento fundamental a considerar a la hora de elegir uno de estos aparatos, y justo en el centro de esa preocupación está el principal problema: los precios.
 
Mucho se ha dicho al respecto, que la tinta de impresora es el líquido más caro del planeta, que bastan sólo un par de meses para que lo gastado en insumos supere el precio de la impresora, que es la principal fuente de ingresos de las compañías y la razón de por qué muchos equipos son tan baratos. Y, como suele suceder en los mercados que desarrollan precios prohibitivos, comenzaron a surgir alternativas, y más allá de eso un nutrido mercado negro con falsificaciones, estafas y acciones ilegales que pueden rastrearse incluso hasta mafias y lavado de dinero. ¿Pero cuánto de todo esto es cierto?, ¿cuál es el real impacto de la falsificación de insumos de impresoras?, ¿cómo pueden afectar a las compañías y los usuarios? y ¿qué estrategias se están desarrollando para terminar con esta práctica?
 
¿Es mi cartucho pirata?
Frente a este punto hay interpretaciones variadas, incluso a un nivel legislativo. Lo primero que hay que diferenciar es entre alternativos, refaccionados y derechamente falsificados. Los primeros corresponden a marcas que suelen provenir de Asia, que crean cartuchos de tinta o tóners compatibles con modelos específicos de impresoras, de diferentes tipos y marcas, basándose en el diseño y la programación de los originales, muchas veces mediante ingeniería inversa. "Es necesario aclarar que estos productos son perfectamente legales, y no los perseguimos de ninguna forma", explica Jaime Kelerstein, Vicepresidente para Canales Comerciales, IPG América Latina de Hp. "El mercado estadounidense, por ejemplo, tiene regulaciones fuertes al respecto y nos acusaría de violar la libre competencia si fueramos en contra de este tipo de compañías: son competencia válida y legal", apunta el ejecutivo.
 
Aún así, esto no implica que -aún considerando el precio eminentemente más bajo de este tipo de insumos- la calidad de la impresión o el número de impresiones por cartucho sea la misma. Sin excepción, las compañías consultadas (Canon, Hp y Lexmark) indican que el impacto que puede tener la utilización de cartuchos alternativos se resume en errores de impresión y posibles desperfecto del equipo, pero sin duda, la consecuencia más importante es que se pierde la garantía. "Yo no puedo arreglar de manera gratuita una impresora que ha estado usando cartuchos que no son de la compañía, ese es un riesgo que el usuario está corriendo", explica José Cristián Cortés, gerente de Aftermarket de Lexmark Chile. Y este es un punto en que todos los ejecutivos concuerdan.
 
Donde existe una zona más gris, sin embargo, es cuando hablamos de los insumos refaccionados, también conocidos como remanufacturados o rellenados. Lo que se hace en este caso, es que las empresas alternativas se ofrecen a comprar los remanentes vacíos de productos originales, para luego rellenarlos y reempacarlos bajo su propia marca. Es fundamental mencionar acá que estos productos no se hacen pasar como originales, sino que portan sus propias marcas, aún cuando utilicen los insumos que originalmente pertenecían a las empresas fabricantes. "Consideramos que esto es ilegal", dice Luis Sandoval, product manager de Impresoras de Canon, "porque están ocupando nuestra estructura y la están rellenando con tinta que no es Canon. Eso sí que es un atributo ilegal. Aún en el caso en que se anuncian como refaccionados, porque están reutilizando el material físico que es nuestro, siendo que nosotros los fabricamos para ser usados sólo una vez: ellos los usan 3 o 4 veces. Ahí la impresora se va dañando, y por eso la garantía no es válida desde ese momento".
 
Y con respecto a la calidad, las aguas son similares que en el caso anterior. El 2011, la empresa Quality Logic realizó un estudio para determinar los costos concretos de usar cartuchos remanufacturados en lugar de originales. Para ello se comparo el cartucho original contra otros de 14 distintas empresas. Con ello se determinó que los cartuchos originales presentaron, durante la prueba de la confiabilidad, un 0% de problemas versus un 42% de dificultades en el grupo de marcas remanufacturadas. Entre estos problemas se encontraban: baja calidad de impresión (35,4%), falla prematura (3,9%) e inutilizable desde el inicio (3,3%). Como dato anecdótico se puede decir que una de las marcas alcanzó el 91,7% de problemas en los cartuchos, mientras que otro alcanzó el 75%.
 
Para Hp y Lexmark este mercado es válido y entra en la categoría de competencia, aunque muchas veces depende de la regulación específica. "En Chile y casi todo Latinoamérica, por ejemplo, te permiten vender toners donde haya un branding de la marca. En otro países cambia", explica José Cortés de Lexmark. "También hay un mercado de recuperación de la caja del toner, ahí sí están calllendo en la ilegalidad porque te muestran una caja original pero el contenido es remanufacturado", puntualiza.
 
Es este último punto el que más efectos nocivos tiene finalmente, tanto para la industria como para el consumidor: la falsificación.
 
Monos vestidos de seda
Si bien en el caso de los insumos remanufacturados y los alternativos el consumidor podría elegir tomar los riesgos de perder la garantía y disminuir la calidad de la impresión a cambio de reducir los costos, en el caso de los falsificados no hay razón que valga: te venden artículos de calidad significativamente menor y por el mismo o mayor precio que un original. Esto puede ser insignificante si hablamos de unidades, pero cuando existen compañías que consumen una gran cantidad de estos implementos, los efectos se disparan. 
 
Este mercado ha ido creciendo en los últimos años, llegando a representar nada menos que el 10% del comercio mundial, con un impacto global de US$3.000 millones anuales, según cifras de la World Customs Organization y el Imaging Supplies Coalition, respectivamente. Esto ha resultado, según la Cámara Internacional de Comercio, en la pérdida de alrededor de 2.5 millones de puestos de trabajo, y más de US$150 millones que las arcas fiscales no están recibiendo, sólo en las economías del G20. Incluso, según se discutió en el 5to Congreso Global para combatir la falsificación y la piratería, estas actividades son muchas veces formas de financiamiento para verdaderos carteles criminales o mafias, generando millones de dólares que luego se han utilizado en actividades terroristas o de guerrilla.   
 
Hp está atacando fuertemente el mercado de la falsificación, en gran medida porque son la empresa que más se ve afectada, y este año han lanzado una campaña mundial para combatir la piratería de insumos. La empresa, en los últimos 5 años y a lo largo de 88 países, ha realizado redadas e incautaciones que contabilizan más de 41 millones de unidades falsificadas; de esa cifra, en Latinoamérica se han hecho más de 1.300 acciones jurídicas, logrando obtener casi 5 millones de productos falsificados.
 
Según explica Andrés Delgado, ejecutivo de cuenta de HP para el programa antipiratería en América, donde se concentran más estos casos de falsificación es en países como Panamá o México, que por su caracter de zona franca o frontera de importancia, son más atractivos para la industria pirata. Por lo demás, muchas veces el nivel de desarrollo o el estado económico del país va de la mano con el nivel de piratería que se registra, siendo un parámetro inversamente proporcional. 
 
Según confirman los ejecutivos de las distintas marcas, la región no es el foco más importante de piratería en esta industria, pero el tema está claramente en ascenso. "En Latinoamérica detectamos que la piratería va ir creciendo por el lado de suministros. Actualmente es México el que tiene los índices más elevados, 13% o 14%. Pero Chile, por ejemplo, está actualmente por el 4%, pero se estima que puede seguir creciendo hasta más allá del 8%", indica Luis Sandoval, de Canon.
 
Sacando las máscaras
Las empresas utlizan diversas estrategias para evitar la falsificación. La más recurrente es la utilización de sellos holográficos que van cambiando de generación en generación. Por ejemplo, en la imagen principal de este artículo pueden encontrarse dos sellos de artículos Hp, ambos presentan imágenes que se mueven si se cambia el ángulo de visión y texturas que son difíciles de imitar por los falsificadores. En el caso del logo de quinta generación, se incluye un código QR, que si se escanea usando un smartphone indicará de inmediato si el insumo es original o falsificado. Usted mismo puede realizar la prueba, a menos que el código haya sido escaneado muchas veces debería llevarlo a una pantalla de verificación que le indique la validez del producto.
 
Por supuesto, las marcas recomiendan siempre fijarse en el estado de las cajas y del producto mismo. Las falsificadas por lo general presentan deterioros y suciedad, y en los cartuchos o toner pueden hayarse rastros de tinta o pueden manchar las manos.
 
Al respecto, José Cristián Cortés, de Lexmark, especifica que el mercado de falsificación se tiene que mirar dependiendo de la marca. "Nosotros en Lexmark tenemos un porcentaje de erosión (falsificación) que es menor al de Hp, pero existe y hay maneras de evitarlo. Entre ellas está el chip, este te permite que el producto sea reconocido como original por la máquina. El chip tiene además características que impiden que se imprima con ese toner más allá de las veces que la compañía define, y las tecnologías actuales hacen que hackear ese chip sea muy caro, haciéndolo poco conveniente".
 
Canon ha ido más allá y ha implementado un sistema de tintas regionales, similar a las "zonas" que venían predefinidas para los DVD. "Una tinta que se ocupe en Europa no va a funcionar en Latinoamérica, aún cuando sea el mismo modelo de impresora, no te va a servir. Europa es una zona, Oceanía es otra, y luego Asia. América es una zona independiente del subcontinente. Esto impide que exporten estos suministros para el resto del mundo", cuenta Luis Sandoval.
 
Hp también desarrolló un sistema de autenticación y validación automático. Según Andrés Delgado, de Hp, si alguien tiene la mala suerte de comprar un insumo pirateado e instalarlo en su impresora, el equipo inmediatamente da aviso y especifica instrucciones para denunciar y ayudar a encontrar la fuente de la falsificación. "Por supuesto, el usuario tiene la elección de seguir utilizando el cartucho falsificado, no se realiza ningún decomiso por parte de Hp, pero si este quiere puede comenzar acciones legales directamente contra el proveedor".
 
¿Pero qué sucede si por error, desinformación o directo engaño, el usuario termina instalando y utilizando un producto pirata? ¿Se pierde también la garantía? ¿Existe algún tipo de protección?
 
Las marcas coinciden en que ellos no pueden responsabilizarse al respecto. "La única forma que tenemos de proteger a los usuarios en esos casos es prevenir la compra, por lo mismo contamos con proveedores autorizados, que nunca deberían vender artículos que no sean de Hp", explica el ejecutivo de la marca. Tanto Canon como Lexmark concuerdan en ese punto, agregando que en el extraño caso de que aún así se recibieran artículos pirata, basta con que esto sea comunicado a la empresa, quien tomará directamente las riendas, reemplazando los productos y persiguiendo la razón de la venta ilícita.