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Tu voz: la próxima contraseña que usarás para acceder a tu banco
Martes, Agosto 11, 2015 - 14:38

ING ha apostado por la biometría de voz para facilitar las transacciones que sus clientes realizan, como alternativa a la introducción del código PIN.

Por Pablo G. Bejerano. Una de las aplicaciones del reconocimiento de voz es la seguridad. Aparte de servir para que Siri, Cortana o Google Now nos entiendan, esta tecnología también puede actuar como sustituta de las contraseñas. El banco ING se ha convertido en pionero dentro del sector de las finanzas al lanzar un servicio que permite a sus clientes emplear su voz en lugar de introducir el código PIN para hacer pagos. El cambio agiliza este tipo de operaciones, pues se trata de un método de verificación más sencillo.

Los pagos se pueden realizar empleando la biometría de voz mediante la aplicación de ING. Para acceder a sus cuentas los clientes solo tienen que decir una pequeña frase. El programa la compara con un registro que tiene almacenado y si ambas voces coinciden facilita el acceso. No es diferente del uso de cualquier contraseña, donde los dígitos que introduce el usuario se comparan con los que están guardados para descubrir si son los mismos o no.

En el caso de la voz es algo más complejo, pues se necesita un software que se fije en varios parámetros inmutables, ya que el sonido nunca será exactamente el mismo. Esto lo hace posible Nuance, una compañía que se dedica al reconocimiento y a la biometría de voz. Su sistema está presente en Siri y se encuentra especialmente expandido en el sector médico.

La idea es que de esta forma los clientes tenga acceso a un sistema de pagos más ágil y, en general, se aceleren las operaciones bancarias que normalmente realizamos a través del móvil o del ordenador. Además, la seguridad es mayor que la de un código PIN, al que terceros pueden tener acceso. Con la biometría de voz no hay manera de robar la contraseña. Cierto es que el método no es infalible, pero de poco sirve contar con una grabación de la voz del usuario, pues los sistemas tienen mecanismos para detectar que se trata de un archivo grabado.

La voz no es el único sistema biométrico que se está empleando como contraseña. Sin ir muy lejos tenemos la huella dactilar, presente en los smartphones de alta gama desde hace un par de años, pero también se están probando otras técnicas. Entre estas se encuentran el reconocimiento del iris del ojo, cuya implementación en el mercado de consumo está próxima, y el mapa de las venas de la mano, que permite captar más de cinco millones de referencias. En todo caso se trata de mejorar la seguridad del usuario y al mismo tiempo simplificar los accesos.

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