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Así se ve la quiebra del Silicon Valley Bank en Latinoamérica, una semana después
Miércoles, Marzo 15, 2023 - 15:15
Silicon Valley Bank en Massachussets

Mientras la mayoría de las monedas y bolsas de valores de América Latina operaban con pérdidas esta jornada, debido a persistentes preocupaciones acerca del sector bancario mundial luego del colapso de SVB muchas startups tecnológicas de América Latina luchan por encontrar alternativas bancarias.

A la fecha, los coletazos de la quiebra de Silicon Valley Bank, conocidos el jueves pasado, golpean hasta en Europa. Aunque el banco californiano tenía solo una presencia limitada en la UE, las autoridades creen que este episodio es una demostración de que se requieren reglas más duras con las entidades financieras externas al bloque.

El índice europeo de acciones bancarias cayó un 7% este miércoles, evaporando más de US$ 126.000 millones desde el 8 de marzo. Otros dos bancos estadounidenses, Signature Bank y Silvergate Bank también colapsaron en días recientes.

“El impacto directo de estas quiebras bancarias en la UE parece ser acotado”, dijo a Reuters Maired McGuinness, la comisionada de banco del bloque UE.

Al otro lado del Atlántico, Latinoamérica no parece estar encontrando la calma, todavía.

Mientras la mayoría de las monedas y bolsas de valores de América Latina operaban con pérdidas esta jornada, debido a persistentes preocupaciones acerca del sector bancario mundial luego del colapso de SVB -y en medio de un fuerte avance del dólar en los mercados globales- muchas startups tecnológicas de América Latina luchan por encontrar financiamiento para crecer.

La razón es simple: no hay muchas más alternativas desde donde conseguir fondos.

"Esto afectó a (casi todas) las empresas respaldadas por capital riesgo de América Latina", afirma Brian Requarth, cofundador en Ciudad de México de la plataforma para startups Latitud.

En 2022, más de 1.300 startups de América Latina obtuvieron una financiación estimada en US$ 28.170 millones, según datos de la Asociación Latinoamericana de Capital de Riesgo y Capital Privado (LAVCA).

Un proceso común para las compañías emergentes de América Latina era abrir cuentas en el SVB utilizando lo que Requarth denomina un "sándwich de las Caimán", es decir, sociedades holding en las Islas Caimán y sociedades de responsabilidad limitada (SRL) en el estado estadounidense de Delaware -la casa senatorial del presidente Joe Biden, donde además tributan muchas compañías estadounidenses que buscan un mejor régimen impositivo- evitando así una doble imposición fiscal, en caso de venta de la empresa.

Aunque las empresas han podido en gran medida sacar su dinero de SVB, ahora se quedan sin un plan a largo plazo, añadió el emprendedor.

QUE NO SE CONTAGIE LA REGIÓN

“Movimos el 100% del SVB. We are safe”. 

Ese breve, pero esperanzador mensaje le mandó a sus general partners el chileno David Alvo Verdugo, co-fundador & Managing Partner de Impacta VC.

“Es que nosotros teníamos la plata (dinero) ahí, y había cinco de siete empresas del portafolio con cuenta en el ‘mejor’ banco para startups en Silicon Valley. Todas con poquita caja, varias cuentas fuera de SVB y bien manejado, excepto una de ellas con holding recién creada en USA, y lo recibió todo en su cuenta SVB”, explica David  Alvo a AmericaEconomía.

Aunque le significó perderse los cumpleaños de su madre y sobrino, el emprendedor Endeavor y otrora CEO de NXTP Ventures en Chile, asegura que hoy el 100% del dinero de todas está a salvo. Más aún, afirma que todos los founders que conoce tienen acceso a sus cuentas y rescataron el dinero la plata que quisieron sacar, excepto transferencias internacionales.

Y en vez de lamentarse por la quiebra, cree que es momento de mirar adelante.

“Ya pasó la tormenta y el nuevo CEO de SVB, Tim Mayopoulos, ha mandado dos e-mails reiterando, y en negrita, que el banco sigue funcionando. De hecho, así es… te metes a la web del banco y puedes operar”, asegura.

Obviamente, los paralelos con las crisis de las puntocom del año 2002 y el derrumbe financiero de 2008, todavía están muy presentes.

Pero mientras algunos apuestan que el nivel de contagio en el sistema financiero norteamericano por la quiebra de este crucial banco será acotado, otros creen que sus efectos podrían ser mucho mayores.

“Hay una diferencia en analizar estos casos con altura de miras luego de años de distancia, que hacerlo mientras se vive la crisis. La incertidumbre y miedo que nos producen estas situaciones, muchas veces nos paraliza y tomamos decisiones que ralentizan desarrollos e incluso reducen capacidades de manera permanente en las organizaciones y los países”, dice Alejandro Inzunza, socio de Symnetics y cofundador de Pharu Analytics.

El también académico considera que la quiebra del Silicon Valley Bank no solo afecta directamente a cientos o miles de empresas, startups principalmente, por no poder acceder a sus fondos, sino que, más importante aún, se genera un efecto contagio para financiar este tipo de emprendimientos que requiere un capital de riesgo para desarrollarse.

“Hay una carrera desmedida por sobrevalorizar estos emprendimientos en que se entra al juego de ganar más dinero gracias a la revalorización constante, (a veces casi infinita, de manera de hacer utilidades que no siempre tienen sentido con los flujos de caja reales que generan estas empresas en el largo plazo. Por el lado de los fundadores de startups, también entran en una carrera por convertirse en unicornios, o incluso en decacornios, para mostrarse más exitosos aún y en algunos casos, también hacer utilidades de manera desmedida”, advierte Inzunza.

Esto reduciría la capacidad fundamental de financiamiento para capital de riesgo que necesitan estas startups. 

Inzunza considera también que la peor consecuencia es la reducción de capacidades de financiamiento para empresas donde el continente estaba recién partiendo: la tecnología. 

“No me extrañaría que los que tímidamente estaban invirtiendo en capital de riesgo, volverán a las inversiones más seguras, haciéndole un flaco favor al futuro de nuestros países. Tal vez tengamos una mayor disponibilidad de talentos con el éxodo desde las grandes tecnológicas de Estados Unidos pero, ¿con qué financiamos las ideas e innovaciones que puedan surgir?”, se pregunta el cofundador de Pharu Analytics.

David Alvo Verdugo en tanto, recomienda a los founders que no hacen cash flow management, que empiecen a hacerlo semanalmente y se relacionen con más de un banco.

“Es esencial hacer buen uso del dinero que levantan, controlar los movimientos y entender cómo las decisiones afectan el runway: un millón de dólares levantado para ese efecto, de 18 meses, te puede generar US$ 100.000 extra con una hora semanal de dedicación. Vale la pena”, resalta.

El resto sigue igual, considera. 

“¿Qué tiene que cambiar en la vida de un founder [con esto]? Nada. Apagaron otro incendio, tomaron los aprendizajes para hacer las cosas mejor y ahora volver al foco que su negocio necesita para crecer al siguiente nivel. Lo que siempre han hecho”, asevera Verdugo.

En tanto que Inzunza apuesta por un entorno emprendedor propicio para que el incipiente ecosistema tecnológico no decaiga. 

“Debemos buscar nuevas formas para no dejar huérfanas las ideas y proyectos que puedan financiar la tan necesaria innovación y emprendimiento de la región sin caer en la tentación de las sobre utilidades o títulos que nos permiten aparecer como exitosos”, concluye. 
 

(*) Con información de Reuters.

Autores

Gwendolyn Ledger