Massa, un abogado peronista de fluidos contactos con inversores estadounidenses, se ha transformado en la última esperanza de la coalición oficialista de centroizquierda, cuya popularidad se ha desbarrancado por las dificultades económicas y las feroces disputas internas.
El "súperministro" de Economía de Argentina, Sergio Massa, asumió el miércoles su cargo con anuncios de austeridad fiscal y un fortalecimiento de reservas con los que buscará que el país supere una grave crisis financiera.
Massa, un abogado peronista de fluidos contactos con inversores estadounidenses, se ha transformado en la última esperanza de la coalición oficialista de centroizquierda, cuya popularidad se ha desbarrancado por las dificultades económicas y las feroces disputas internas.
"Nuestro objetivo es crecer con inclusión y vinimos a trabajar para eso", dijo Massa en una conferencia de prensa en Buenos Aires, en la que anunció el miércoles sus primeras medidas. "El desafío es enorme", añadió.
El flamante ministro dijo que el país cumplirá con la meta oficial de cerrar el año con un déficit fiscal del 2,5% del PBI, que no se utilizarán adelantos del Tesoro para financiar el gasto en 2022 y que se congelará la plantilla del Estado nacional.
Además, Massa señaló que logró un acuerdo con los sectores agrario, pesquero y minero para que adelanten exportaciones por US$ 5.000 millones, en un intento por incrementar las reservas de divisas que tanto necesita el país.
También lanzará un canje voluntario para vencimientos de deuda en pesos de los próximos 90 días -que finalizará el martes- y reordenará los onerosos subsidios sociales y energéticos.
Antes de los anuncios, los bonos soberanos bajaron 0,4%, el riesgo país subió 24 puntos y la bolsa local mejoró el 1,43%. El peso cayó en las plazas alternativas, mientras que en el segmento marginal o "blue" se depreció un 2,35%, a 298 por dólar, por lo que la brecha frente a la plaza mayorista se ubicó en un 125,04%.
El nuevo ministro, designado la semana pasada por el presidente Alberto Fernández, tendrá a su cargo las anteriores carteras de Agrícultura y Producción, que ahora serán secretarías bajo su control.
Entre otras tareas, el dúctil Massa deberá combatir una inflación que este año podría superar el 70%, una pobreza cercana al 40% y un elevado déficit fiscal, mientras negocia las condiciones de un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) -con cuyas autoridades ya se reunió, según dijo-, para continuar con los desembolsos previstos. Argentina tiene un programa por unos 44.000 millones de dólares.
"No hay reformas estructurales, sólo propósitos coyunturales sujetos a comprobación. La contención del déficit fiscal y la recomposición de las reservas son los puntos relevantes de las medidas anunciadas. En ambos casos no hay certezas", dijo a Reuters Manuel Solanet, director de Políticas Públicas en Libertad y Progreso.
El nuevo funcionario es uno de los tres líderes de la coalición de Gobierno junto a Fernández y a la poderosa vice Cristina Fernández de Kirchner, quienes decidieron encolumnarse detrás de Massa pese a sus diferencias ideológicas y personales para que la alianza llegue con chances a los comicios presidenciales de 2023.
Peleado con Cristina Fernández cuando ella era presidenta (2007-2015), Massa volvió a unírsele en 2019 para impulsar la llegada a la presidencia de Alberto Fernández.
Sus fluctuaciones políticas le han restado popularidad, aunque muchos argentinos apuestan a su capacidad de gestión para estabilizar la situación económica.
