Pasar al contenido principal

ES / EN

Bolsonaro asumió como presidente de Brasil con promesa de cambios
Martes, Enero 1, 2019 - 12:54

Jair Bolsonaro, de 63 años y del Partido Social Liberal (PSL), tomó posesión a las 15:00 hora local (1700 GMT) en una ceremonia en el Congreso Nacional acompañado del general Hamilton Mourão, quien será su vicepresidente.

Brasilia.- Jair Bolsonaro tomó posesión del cargo de presidente de Brasil en el Congreso este martes y anunció "grandes cambios".  Con un despliegue de seguridad sin precedentes para este tipo de eventos, Bolsonaro asume como presidente con la promesa de un gobierno que rompa con los paradigmas imperantes, desde el modelo de negociación con el Congreso hasta la comunicación con la sociedad civil.

Bolsonaro, junto a su esposa Michelle, había arrivado al Parlamento tras una breve desfile en un automóvil Rolls Royce "Silver Wraith" sin capota, en el que recorrió unos 1.000 metros hasta la sede del Congreso, donde cientos de diputados le ovacionaban mientras seguían las imágenes por televisión.

El nuevo presidente y su esposa hicieron ese recorrido en pie dentro del Rolls Royce, cercado por guardaespaldas y seguido por soldados a caballo del regimiento Dragones de la Independencia, responsable por la guardia de honor de la Presidencia brasileña.

Sin capota, rumbo a la presidencia. En el breve trayecto que realizaron en el vehículo sin capota, Bolsonaro y su esposa fueron aclamados por miles de personas que se han acercado a la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida en la que concentra todo el poder público, para presenciar los actos de investidura.

En la ceremonia se esperaba la presencia de los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Chile, Sebastián Piñera; Honduras, Juan Orlando Hernández; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Perú, Martín Vizcarra; y Uruguay, Tabaré Vázquez.

Asimismo, asisten los primeros ministros de Israel, Benjamín Netanyahu; Hungría, Viktor Orbán; y Marruecos, Saadedine Othmani; así como los presidentes de Portugal, Marcelo Rebelo de Souza; y Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca, entre otras autoridades.

Bolsonaro hasta 2023. Una vez que jure el cargo y pronuncie su primer discurso ante el Parlamento como nuevo mandatario, Bolsonaro se dirigirá al vecino Palacio de Planalto, sede del Gobierno, donde recibirá la banda presidencial de manos del gobernante saliente, Michel Temer.

Pronunciará entonces un segundo discurso ante las personas que se congreguen frente al palacio presidencial, donde recibirá el saludo de las autoridades extranjeras y encabezará la ceremonia en la que asumirán sus cargos los 22 miembros de su Gabinete.

Los actos concluirán al caer la noche, con una recepción de gala ofrecida en la sede de la Cancillería por el nuevo presidente, cuyo mandato concluirá el 1 de enero de 2023. olsonaro asumió este martes como presidente de Brasil con un despliegue de seguridad sin precedentes para este tipo de eventos y con la promesa de un gobierno que rompa con los paradigmas imperantes, desde el modelo de negociación con el Congreso hasta la comunicación con la sociedad civil.

Promesas. Bolsonaro ha prometido acabar con la corrupción política y la violencia, junto con dar vida a la alicaída economía de la mano de medidas de desregulación y disciplina fiscal.

El excapitán de ejército y congresista por siete períodos triunfó en las elecciones presidenciales montado en una ola de descontento contra la política imperante, y se convertirá en el primer presidente de extrema derecha de Brasil desde que la dictadura militar abrió paso al gobierno civil tres décadas atrás.

Multitudes de partidarios, muchos de ellos con la bandera de Brasil amarradas en los hombros y los rostros pintados de amarillo y verde -los colores nacionales- se reunían ante el Palacio Planalto.

Bolsonaro planea realinear a Brasil en el plano internacional, alejándolo de naciones en desarrollo aliadas y acercándose a líderes occidentales, especialmente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien envió al secretario de Estado Mike Pompeo a su toma de mando.

Como claro signo de un cambio diplomático, Bolsonaro pretende mover la embajada de Brasil en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén, rompiendo con la tradición brasileña de apoyar una solución de dos estados para la disputa entre israelíes y palestinos.

Respaldado masivamente por sectores conservadores de Brasil, incluyendo a las iglesias evangélicas cristianas, Bolsonaro bloquearía iniciativas para legalizar el aborto más allá de las actuales excepciones limitadas y removería la educación sexual de las escuelas públicas, oponiéndose a lo que califica de "marxismo cultural" introducido por los gobiernos de izquierda.

Bolsonaro ha enfrentado acusaciones de incitar a la violación y crímenes de odio debido a sus comentarios sobre las mujeres, homosexuales y minorías raciales. Pese a ello, su retórica de imperio de la ley y sus planes para flexibilizar el control de armas han resonado en muchos votantes.

El presidente electo prometió seguir el ejemplo de Trump y retirar a Brasil del Acuerdo de París para contener el cambio climático, un hecho que ha encendido las alarmas de grupos ambientalistas.

También lo han hecho sus planes de construir diques hidroeléctricos en el Amazonas y abrir a la minería reservas de pueblos indígenas que son considerados los últimos custodios de las de los bosques más grandes del mundo.

En una entrevista con Record TV en la víspera del cambio de mando, Bolsonaro criticó la burocracia brasileña que dijo que hacía al país un lugar más difícil para los negocios.

"La máquina del gobierno es realmente pesada", dijo. "Hay cientos de organismos burocráticos de Gobierno en todo Brasil, también de reguladores. (...)Tenemos que ordenar el desorden".

Por su parte, los empresarios se muestran ansiosos por ver a Bolsonaro al mando del país junto a un equipo de economistas ortodoxos liderados por el banquero de inversión Paulo Guedes, quien ha prometido una acción rápida para poner bajo control el déficit presupuestario de Brasil.

Guedes planea vender tantas compañías estatales como sea posible en una privatización que proyecta podría recaudar eventualmente hasta 257.000 millones de dólares para ayudar a restaurar las finanzas del gobierno.

La medida clave, sin embargo, para reducir el déficit y detener un peligros aumento de la deuda pública de Brasil será la reforma al costoso sistema de pensiones del país, la que se anticipa como el mayor de sus desafíos en el Congreso.

La seguridad del cambio de mando del martes tiene en duda aún la realización de un tradicional desfile del presidente recién asumido en un carro abierto. Bolsonaro fue blanco de un apuñalamiento durante un evento de campaña en septiembre que lo mantuvo hospitalizado por varios días.

Se espera que entre 250.000 y 500.000 personas acompañen el paso de Bolsonaro en las calles.

* Con información de Reuters y DW. 

Autores

AméricaEconomía.com