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Brasil: nuestra pequeña China
Martes, Junio 3, 2014 - 16:05

Por Fernanda Vicente, presidenta de Mujeres del Pacífico.

Brasil está abierto a los negocios como nunca antes. Está preocupado de acercar el emprendedor al empresario. Y hoy tenemos la oportunidad de entrar a ese mundo como bloque y potenciar el crecimiento de nuestras empresas y el desarrollo integral de la región.

A principios de abril tuve la oportunidad de encabezar una misión de negocios de Mujeres del Pacífico, con empresarios y ejecutivos, hombres y mujeres, dispuestos a sumergirse en los ecosistemas de innovación y emprendimiento de Brasil.

Los números y atributos de este país son atractivos para cualquier empresario: un mercado de 200 millones de personas, sexta economía mundial, quinto país más grande del planeta, más de 7.000 kms de borde costero, y más de 3,5 millones de kms de selva amazónica que les asegura ser uno de los rincones con más especies animales y vegetales del mundo.

Durante cinco días respiramos en este ecosistema, gracias a que los brasileños nos abrieron las puertas de su casa en forma literal. Nos contaron qué están haciendo para promover los emprendimientos con impacto social y cómo ha funcionado la ley de innovación promulgada en 2004. Nos develaron sus sistemas de apoyo a las pymes, Endeavor Brasil nos mostró una radiografía del emprendimiento, y empresas con alto compromiso por la sustentabilidad nos explicaron cómo la innovación incorporada a los procesos de negocios juega un rol clave.

Si a esto le sumamos visitas a Google Brasil, la aceleradora Pipa, los inversionistas ángeles Anjos do Brasil y jornadas de trabajo con la Agencia de Promoción a las Exportaciones (APEX) y General Electric en el Parque Tecnológico de Río de Janeiro; podemos decir que hay un trabajo consiente de que la innovación no sólo es un valor agregado, sino que sustenta la economía local.

Brasil está abierto a los negocios como nunca antes. Está preocupado de acercar el emprendedor al empresario. Hoy tenemos la oportunidad de entrar al mundo brasilero como bloque y potenciar el crecimiento económico de nuestras empresas y el desarrollo integral de la región.

En el camino viven los mismos dilemas que nosotros: ordenamiento jurídico anquilosado, presión por la rentabilidad, larga tramitación de patentes y el desafío de las personas.

Detrás del carnaval, el Cristo Redentor, el fútbol y las famosas carnes a la espada, hay optimismo y ese optimismo es el mejor amigo de la innovación. Si entendemos esto, nos comportaremos más fácilmente como uno de los bloques más importantes del mundo y que unido es la octava economía mundial. Nuestra pequeña China nos está esperando para una integración más global.

Autores

Fernanda Vicente