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Brigadistas antincendios en Chile: Alto peligro y poca protección
Jueves, Enero 26, 2017 - 11:41

Cada uno de los trabajadores que actualmente enfrentan los incendios forestales en el país, cuenta con un seguro de vida que asciende a escasos US$ 31.969. En caso de amputación apenas reciben US$ 8.131.

Cristián Yáñez, Cluster Salud. Chile está afrontando actualmente, en palabras de su Presidenta Michelle Bachelet, el peor incendio forestal que se tenga registro. Una 240.000 a 250.000 hectáreas han sido afectadas por el fuego.

Luchando contra los siniestros ya han muerto nueve personas, entre ellas dos carabineros (policías), un bombero y tres brigadistas.

La magnitud de la catástrofe ha generado que las autoridades establezcan y mantengan en Estado de Catástrofe a las provincias de Colchagua y Cardenal Caro en la Región de O’Higgins, y a la Región del Maule.Todo ello en la zona central del país, sometida a altas temperaturas del verano austral.

En cuanto al despliegue técnico, se encuentran trabajando cerca de 37 aeronaves, empleadas por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) más otras extras de la Fuerza Aérea de Chile y privados, y unos 500 vehículos. En tanto, el personal que combate las llamas, corresponde a 4.000 efectivos:  ellos incluyen alrededor de 1.700 brigadistas de la Conaf (Corporación Nacional Forestal, especializados en combatir el fuego), miembros de las Fuerzas Armadas de Chile (FF.AA.), bomberos, brigadas de empresas forestales y personal municipal, entre otros.

A lo anterior se añade la ayuda internacional, que incluye: una patrulla francesa antiincendios, una colombiana de similares características y el empleo de un avión arredando por una chilena en Estados Unidos, el llamado “Supertanker”, capaz de descargar más de 72.000 litros de agua en zonas afectadas por incendios.

Prontamente se sumará otra nave de gran porte, Ilushyn, enviada por el gobierno ruso.

Contraste

En esta catástrofe destaca el contraste entre el trabajo del personal que combate directamente el fuego, como lo son los brigadistas de la Conaf, y los pagos monetarios y condiciones de seguridad como equipos e, incluso, seguros. Es así como, muchos de estos trabajadores carecen de condiciones necesarias para ejercer su labor, principalmente en el área relacionada a la salud.

Sorprende que, en casos de accidentes o muerte (ya se registran 3 brigadistas fallecidos), los seguros de vida de estos, ascienden a la suma de 800 unidades de fomento (UF, medida de valor utilizada en Chile), equivalentes a $21.061.368 pesos o US$ 32.526, en caso de muerte accidental, monto recibido por familiares o beneficiarios.

En caso de amputación de una extremidad, el seguro además contempla además un beneficio de 200 UF, equivalentes a 5,2 millones (US$ 8.131), mismo monto si se tratase de muerte natural. A esto se agrega un convenio con la Asociación Chilena de Seguridad, para prestaciones médicas y preventivas, con beneficios económicos, y otro para tripulantes y pasajeros de aeronaves que combaten el fuego.

Sin embargo, estas cantidades parecen bajas en comparación a otras instituciones que pueden cumplir funciones similares en estas catástrofes, incluso en el mismo Chile. Es el caso de Carabineros o las Fuerzas Armadas, ramas que tienen muchos beneficios y seguros complementarios, además de bonos por riesgo y sueldos mucho más altos.

Por si fuera poco, los brigadistas ganan en promedio US$ 586. Y su trabajo, exceptuando un grupo muy reducido, es sólo en la temporada de primavera-verano.

Como referencias, en 2016, la Corte Suprema de Justicia ratificó una sentencia que condenó al Estado de Chile a pagar $239 millones de pesos (US$ 369.108) como indemnización a la familia de un suboficial del Ejército, quien murió cumpliendo acto de servicio en la Base Antártica General Bernando O'Higgins Riquelme. Además, ese mismo año, la Corte de Apelaciones de Santiago condenó al Fisco a pagar una indemnización de $190 millones de pesos (US$ 293.433) a familiares de un carabinero muerto el 11 de septiembre de 2007 en unas protestas.

Servicios y cuidados médicos

Los servicios de salud chilenos deben estar atentos ante la posibilidad de recibir a brigadistas o bomberos heridos que se hayan desempeñado en labores relacionadas a incendios forestales. Este es un trabajo no menor y que implica tratar heridas, quemaduras o patologías de distinto tipo. La Dra. Nelly Baeza, médico salubrista y directora del Centro de Salud Pública de la Universidad Central, afirma que los centros sanitarios del país están preparados para trabajar con estas emergencias. Y agrega, en relación a la formación de médicos, enfermeras y otros trabajadores de la salud, que a éstos en la etapa de pregrado se les enseña a atender emergencias y tratamientos agudos y crónicos. “El equipo sanitario es parte de la primera respuesta frente a catástrofes en lo que significa atender víctimas”, declara.

En cuánto a la labor preventiva, la experta cree que es importante, que quien coordina la emergencia, que generalmente no es un sanitario, supervise la disponibilidad de agua, alimento y lugar de descanso.


Foto: Dra. Nelly Baeza, directora del Centro de Salud Pública de la Universidad Central.

“El equipo de atención médica, lo que hace es preparar lo necesario para atender a las personas rescatadas o al personal que labora en esta función si necesita alguna prestación de salud (herida, quemadura, contención emocional, suturar heridas, hidratar, etc.)”, comenta Baeza.

En relación a la labor que cumplen los rescatistas, existen diferencias con otros países, como indica la doctora. “Sólo sé que la labor de rescatistas suele ser remunerada, lo que acá está en manos de voluntarios que tienen una profesión diversa y reciben cursos de primeros auxilios junto con los de rescate. En otros países como ocurre en España, esto es una profesión y se cuenta como parte de los servicios sanitarios que realiza ese Estado. Sin embargo, acá no es así”.

De esta forma, una opción que podría ayudar a mejorar la calidad y el trabajo de los rescatistas en Chile, sería que se profecionalizara, ya que según la especialista “la actuación para coordinar y dirigir equipos de rescate o de emergencias es una carrera de posgrado, incipiente en nuestro país, ya que el liderazgo de este equipo suele ser más de un ingeniero”.