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Bris: "Las instituciones adecuadas generan competitividad"
Lunes, Marzo 3, 2014 - 09:38

Como nuevo director del World Competitiveness Center de IMD, Arturo Bris comenta sobre el foco inmediato de su trabajo, las metodologías para medir competitividad nacional y qué pueden aprender mutuamente el sector privado y las economías nacionales en cuanto a prácticas de management.

El académico e influyente economista Arturo Bris fue nombrado en enero de 2014 como nuevo director del Centro Mundial de Competitividad (WCC) de la escuela de negocios suiza IMD. Entre sus responsabilidades recién adquiridas, Bris guiará la realización de la nueva edición Anuario de Competitividad Mundial que conmemorará los 25 años del centro, a publicarse el siguiente mes de abril. 

AméricaEconomía conversó con el profesor Bris para conocer sobre los planes futuros del centro, y sus enfoques personales acerca de polémicas actuales de relevancia internacional.

-Como nuevo director del Centro Mundial de Competitividad (WCC), ¿cuáles son los desafíos inmediatos que van a definir su trabajo?

Actualmente, la competitividad entre las naciones encabeza las agendas de los políticos más influyentes. Pero también estamos observando cómo los ejecutivos del sector privado y los líderes de las industrias atienden a factores tan relevantes para los países, determinantes de los niveles de competitividad, como es en el caso de los políticos. 

Por tanto, la posibilidad de crear riqueza y bienestar, que es como definimos nosotros la “Competitividad” de las naciones, necesita contemplarse desde diferentes ópticas y metodologías. Lo que estamos haciendo en estos momentos es trabajar para extender nuestro enfoque de cómo medimos la competitividad.

-Usted ha investigado y comparado las economías nacionales para determinar qué las hace competitivas. ¿Cuál es su opinión acerca de este argumento?

Los conocimientos sobre management son ciertamente una fuerza motora en la competitividad de las naciones. En el reporte de IMD sobre Competitividad Mundial de 2013, o World Competitiveness Report por su nombre en inglés, se muestra cómo aquellos países mejor ubicados en cuanto a habilidades de management, como son Suiza, Dinamarca y Singapur en ese orden, también se hallan entre las economías más competitivas. 

En lo concerniente a las escuelas de negocio, su ubicación geográfica en el mundo es de alguna manera irrelevante. No parece ser el caso que el desarrollo de la educación de negocios en el país resulte en mayor desarrollo económico. Suiza es una de las economías más competitivas en nuestros rankings, y es también sede de varias escuelas de negocio de clase mundial, lideradas por IMD. Pero Suiza es la excepción en lugar de la regla: no hay escuelas de negocio bien ubicadas en los rankings internacionales en países como Suecia, Taiwán, Noruega, y Alemania. Sin embargo estos países históricamente han estado situados entre las diez primeras posiciones del ranking de competitividad. 

-Cuando se trata de determinar con precisión los factores que hacen a una compañía competitiva, varios expertos se refieren al control que estas ejercen sobre el flujo de efectivo, o la capacidad de mostrar excelencia en el servicio, o a estimular la innovación disruptiva. Cuando se trata de buscar estos elementos en el caso de los países, ¿cómo varían las categorías de investigación y análisis? ¿Qué pueden aprender las compañías acerca del management de una economía nacional, y viceversa?

Primero que todo, como mencioné anteriormente, variables tales como la fortaleza de las finanzas de un país y la calidad de su marca o brand, son elementos muy significativos al explicar también la competitividad de las compañías. 

En cualquier caso, a nivel de una firma la competitividad se entiende como la habilidad de esa compañía de destacarse entre sus pares. Una compañía se vuelve más competitiva a expensas de otro rival en la industria. La competencia a nivel de países requiere, en cambio, cooperación entre las naciones. Eso significa que los países pueden todos ganar a la par en competitividad. Sin embargo, nuestra experiencia demuestra que las economías que se mantienen competitivas son sólo aquellas economías que administran sus recursos intangibles, tales como la educación y los valores de management, tanto como su infraestructura, la regulación, la red de transporte, entre los demás recursos tangibles. 

La lección para las firmas es que ganar el mercado en el corto plazo puede no ser suficiente. Necesitan preservar y desarrollar talento, trabajar con la sociedad, y generar unidades de negocios futuras a expensas de las ganancias actuales. 

¿Qué pueden los países aprender de la competencia entre firmas? Para mí no hay dudas acerca de que la economía mundial estaría hoy en condiciones mucho mejores si los políticos se hubieran comportado como líderes de negocios. El talento es el factor que determina cuáles individuos terminan en las posiciones más elevadas de las compañías más grandes. La excelencia casi siempre es recompensada en el universo corporativo. 

Sin embargo, el camino al liderazgo en política es un proceso que en muchos países no ofrece garantías de que los más talentosos pasen a ser los líderes. ¿Por qué es que los CEO y los ejecutivos senior son los que asisten a los programas de negocio de IMD, pero no los presidentes o primeros ministros?

-Al comparar la competitividad entre las naciones, ¿cuáles son los elementos clave a tener en cuenta? Al observar sus limitaciones y las posibles soluciones, ¿qué factores son los que frecuentemente dificultan el progreso de los países?

Se mantiene un interesante debate académico acerca de qué factores son los determinantes en la competitividad de los países. Investigadores como Jarred Diamond estarían de acuerdo en que factores como el acceso a recursos naturales o su carencia han sido determinantes en el destino de las naciones. Más reciente en el tiempo ha surgido el argumento, por ejemplo en la obra “Why nations fail” de Acemoglou y Robinson, de que la historia demuestra que la competitividad requiere que los países desarrollen las instituciones adecuadas. Ellos las llaman instituciones inclusivas. 

Durante los últimos 25 años en IMD hemos visto que disponer de las instituciones adecuadas resulta ser más importante. Las naciones que son ricas en recursos naturales pero fallan en desarrollar un entorno institucional que facilite la prosperidad de los negocios y el crecimiento económico se posiciones en lugares bajos del ranking, como por ejemplo Venezuela. Sin embargo, el acceso a recursos naturales no parece indispensable para la competitividad en países como Qatar, los Emiratos Árabes Unidos y Hong Kong, que se encuentran entre los peores entre las sesenta economías que observamos, cuando si de acceso a reservas de agua se refiere, pero se colocan entre las diez economías más competitivas. 

-Usted ha definido la Economía como “la ciencia que estudia la asignación de recursos escasos”En
Ciencias Políticas, se define la Política como la respuesta a la
pregunta “quién tiene acceso a qué”.
 
Desde su perspectiva, ¿la creciente polarización política en las instituciones legislativas de las democracias modernas está afectando el desempeño económico de los países? 

Esas definiciones apuntan correctamente al aspecto normativo de ambos campos de estudio. Pero los economistas estudian primariamente el rol de los mercados en la distribución de los recursos. Los mercados necesitan ser regulados, y la regulación es tema de Ciencias Políticas. 

Mi opinión es que cada enfoque político a un problema, está usualmente alineado con una determinada forma económica de pensar. Y ambas opiniones, política y económica, se hallan actualmente polarizadas, como deben estarlo en tiempos de crisis. 

Quiero pensar que las discrepancias y el debate van a guiar a resultados eficientes, en tanto exista respeto mutuo.

Autores

Jennifer P.Roig