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Central nuclear más avanzada del mundo estará en Rusia
Martes, Mayo 30, 2017 - 15:52

El reactor funcionará a ciclo cerrado: podrá quemar todo lo que hasta ahora se consideraban 'deshechos inútiles'.

La central nuclear experimental que se está construyendo cerca de la ciudad rusa de Tomsk decidirá el futuro de este sector energético a nivel mundial. Su nuevo reactor, el BREST-300, está llamado a ser el 'santo grial' de la energía nuclear al funcionar en un ciclo de combustible cerrado.

El proyecto, realizado en el marco de la iniciativa Proriv (Avance, en español), busca consolidar la posición de Rusia como líder mundial en tecnologías nucleares y profundizar en los logros obtenidos mediante los reactores de neutrones rápidos BN-600 y BN-800, que se sitúan entre los más avanzados del mundo.

La ventaja principal del reactor experimental será su capacidad de "generar electricidad y autoabastecerse de combustible. Los restos del combustible [nuclear] serán tratados químicamente, y la mayor parte volverá al reactor para generar la reacción", explicó Andréi Nikoláev, encargado del innovador proyecto.

La pequeña cantidad restante será apta para ser almacenada y tras una etapa de tratamiento podría 'volver' al reactor hasta que se queme por completo.

La cuestión de los deshechos nucleares es de enorme importancia para este sector energético y un verdadero obstáculo para su desarrollo, ya que la cantidad de materiales nucleares para almacenar está constantemente en aumento. El problema se puso de relieve recientemente tras los incidentes en el almacén de desechos nucleares estadounidense de Hanford.

"El reactor BREST-300 podrá quemar todo lo que hasta ahora se consideraban 'deshechos inútiles'", afirma Nikoláev.

Precisamente por esta razón, la central estará integrada por una planta de producción de combustible nuclear y otra de tratamiento del combustible gastado.

Los reactores BREST están diseñados con un nivel de seguridad sin precedentes. Se estima que será posible construirlos incluso dentro de ciudades, ya que no requieren de una zona de seguridad y cualquier hipotético fallo comportaría inmediatamente la detención del reactor sin emisiones de radioactividad.

Uno de los métodos para hacer la central más segura es la separación de la zona del reactor y el intercambiador de calor primario. En el BREST-300, el plomo fundido servirá como 'intermediario' entre el reactor y el agua, así que la alta presión del vapor en ningún caso podrá dañar el sistema.

La primera planta de este tipo no tiene como objetivo ser rentable, opinan en el Combinado Químico de Siberia, que alberga la instalación. Con una modesta potencia de alrededor de 300 megavatios, será más bien una prueba tecnológica y una opción para procesar el combustible nuclear ya gastado de los rompehielos y submarinos nucleares rusos.

No obstante, la siguiente central sí que tendrá una misión comercial, con dos reactores de 1.200 megavatios de potencia cada uno. A modo de comparación, la mayor central solar que existe —ubicada en California— apenas alcanza los 400 megavatios de potencia.

"Aunque suene 'herético', a mi modo de ver, nuestro proyecto es el segundo más importante para toda Rusia tras el puente de Crimea. Cuando terminemos las obras, Rusia dispondrá de una tecnología con la que los demás países no pueden ni siquiera soñar", señala el diseñador del reactor.

El ciclo nuclear cerrado acabará con todos los problemas que impiden la adopción de la energía nuclear frente a las fuentes renovables, como la energía solar o eólica. 

Si Rusia logra finalmente crear una central nuclear económicamente viable que no produzca ningún tipo de deshecho y no tenga impacto sobre el medio ambiente, la industria energética mundial entrará en una nueva era.

Autores

Agencia de noticias Sputnik