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Chef uruguayo Diego Ruete utiliza la cocina para educar a los niños
Lunes, Agosto 4, 2014 - 16:19

El también educador enseña destrezas y valores a niños a través de la cocina, con su emprendimiento "Petit gourmet", el que -según sus palabras- “es mucho más que una receta”.

Hace ocho años, Diego Ruete (39) logró fusionar a través de su emprendimiento Petit Gourmet sus dos pasiones: educar niños y cocinar. En este espacio los chicos elaboran un alimento, pero sobre todo experimentan, adquieren conocimientos y valores. 

A Ruete la vocación por la enseñanza se le despertó a los 18 años cuando comenzó a colaborar en el St. Catherine’s School, en donde su madre era directora. Dando clases a preescolares comenzó a adquirir técnicas y conocimientos en esa área. Años después decidió ir por su otra pasión: la gastronomía. Se profesionalizó y trabajó en varios restaurantes uruguayos. Continuó especializándose con un viaje a Europa y América del Norte. 

A su regreso, volvió a dar clases en colegios y a recibir alumnos particulares que querían aprender de cocina. Fue ahí que decidió abocarse de pleno a las clases infantiles y crear Petit Gourmet. Asegura que surgió de forma natural: “no estoy forzando lo que hago, es algo que amo. Esto no es trabajar para mí”. 

Su taller funciona en su casa (Viejo Pancho 2552, Pocitos) en una cocina adornada con delantales, dibujos de alumnos colgados en la heladera y muchos ingredientes en los estantes. En el jardín hay una huerta de la que se abastecen de verduras y hierbas aromáticas. 

Niños desde 3 a 12 años comparten la tarea de elaborar una receta. Pero el resultado final no es lo que importa, sino el aprendizaje. Las clases ayudan a la socialización, a desarrollar la motricidad, conceptos matemáticos, químicos y biológicos, y aprenden valores, como la paciencia y el trabajo en equipo. “Petit Gourmet es mucho más que una receta”, dijo. 

Con la huerta, se estimula el conocer de dónde provienen los alimentos y ser conscientes de la importancia de ingerir verduras.

El término ‘educocinar’, acuñado por el propio Ruete, ha ido adquiriendo cada vez más presencia en los centros educativos uruguayos. Son 30 las instituciones de enseñanza estatales y privadas que han participado de esta experiencia.

Experiencia en los colegios

La educocina se imparte en talleres para alumnos particulares de distintas edades o a toda una clase. En estos casos, la frecuencia varía dependiendo el centro educativo, pero suelen consistir en elaborar tres recetas en dos horas de duración. Los niños también trabajan en la huerta de dónde recogen vegetales. 

Para los colegios bilingües, Petit Gourmet ofrece la posibilidad de impartir toda la clase en inglés. 

Hay instituciones que ya han adoptado esta actividad en su currícula. Tal es el caso del Ivy Thomas. Las clases de los niños de 4 y 5 años son en la tarde, así que los viernes van a la mañana a cocinar su almuerzo. Luego de comer, comienzan sus materias habituales. 

Por su lado, el colegio La Mennais ofrece una instancia similar. Convoca a los alumnos a quedarse luego de las asignaturas para participar en un taller de cocina. 

Otra de las acciones que realizan es “una guardería de cocina” en la tienda de venta de uniformes, Boomerang. “En temporada alta de venta de uniformes, mientras los padres eligen, prueban y pagan, sus hijos está con las manos en la masa y se van a casa con su receta. Preparan algo en los 30 minutos que dura la dinámica”, explicó el maestro.

Como contrapartida, Boomerang pone a disposición de Petit Gourmet su salón para que puedan dar clases todo el año ahí. Se utiliza para los grupos numerosos. 

Ruete disfruta de su emprendimiento. Ver a los niños felices es muy gratificante; pero lo que más lo motiva es cuando nota un cambio en sus hábitos alimenticios. “Siempre digo que acá plantamos semillas –literales y figuradas– en cada niño. A su vez, se les transmite un mensaje a las familias de cuidar el medio ambiente y de brindar una alimentación saludable”, dijo. 

En lo que refiere a lo administrativo, recibe ayuda de su esposa y de varios amigos que se solidarizaron con la causa que pregona. Se ve como un emprendedor pero basicamente se considera un “remador”, ya que todo el emprendimiento es fruto de su esfuerzo. Visita a jardines públicos para realizar actividades de educocina, pero lo hace gratis. “Soy un soldado de la educocina”, aseguró.

Para llevar adelante su negocio no ha contado hasta el momento con apoyo de ninguna empresa –más allá de que ha realizado ofrecimientos enmarcados como Responsabilidad Social Empresarial– ni institución del ecosistema emprendedor. 

Considera que es necesario obtener ese tipo de apoyo. 

El Jamie Oliver uruguayo 

Al escuchar hablar a Ruete, surge la tentación de denominar al fundador de Petit Gourmet como el Jamie Oliver uruguayo. Oliver es un prestigioso y mediático chef británico que se ha embarcado en una campaña para mejorar la alimentación de los niños. 

Ruete considera esa comparación como un honor, pero piensa que está “lejos de él”. “(A Oliver) los medios, y obviamente su talento, lo han puesto como a uno de los chefs más mediáticos del mundo. Yo, en cambio, me vengo desarrollando poco a poco, con una estructura sólida y una idea innovadora para Uruguay y para el mundo como la ‘educocina’”, sostuvo.

Cree que puede llegar a ser la herramienta que cambie la "obsoleta" forma de educar. “Quizá sea hora de salir a los medios y mostrar la ‘educocina’ al mundo. En eso estamos trabajando”, recalcó.

El movimiento mundial Food Revolution, que impulsa Oliver, arribó hace tres años a Uruguay y Ruete es uno de los chef que lo lidera. Se busca inducir buenos hábitos alimenticios en las escuelas, teniendo en cuenta la epidemia de obesidad que afecta a la población mundial. 

En la currícula 

Si bien ya hay muchos centros educativos que han participado de su propuesta, Ruete sueña con que forme parte de todos. 

“Queremos establecernos. Pretendo que cada institución tome como aula a la huerta y a la clase. No se usan a estas herramientas educativas cuando en realidad dejan mucho; una amplia variedad de potenciales herramientas que se desperdician”, afirmó.

Hoy la hora del almuerzo en los colegios no se aprovecha como parte del aprendizaje del niño y se convierte en una “anarquía”, según Ruete. “El mediodía es un tiempo muerto que hay que resolver; como un trámite que hay que sacar adelante”, continuó.

Para cambiar esto propone que una vez por semana cada grupo preparare su almuerzo o el de su generación. A su vez, que se genere un espacio para una huerta en algún predio de la institución. 

Ruete está muy satisfecho por la aceptación de Petit Gourmet. A futuro, evalúa renovar su taller y tener un espacio más amplio para satisfacer la demanda que se acrecienta sostenidamente.


Desmitificar los peligros de la cocina

Los vegetales muchas veces son rechazados por los más pequeños. Enseñarles a los niños a alimentarse de forma saludable no es una tarea sencilla. Para Ruete esto se debe a que los padres, por lo general, no saben cómo acercarles estos alimentos de manera a

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Chef uruguayo Diego Ruete utiliza la cocina para educar a los niños

tractiva. Petit Gourmet ayuda a hacerlo.

El hecho de que los padres cocinen cada vez menos y que al momento de hacerlo sea sin compañía de sus hijos por considerarlo un lugar peligroso para ellos, son otros de los factores que inciden para su poca adhesión. Se los aleja de la cocina, de la decisión de la comida y su preparación.

El educador fomenta todo lo contrario. En su opinión, los niños tienen que estar en la cocina, ensuciarse, y ser parte de esta actividad. P

ueden cocinar cualquier cosa, la cuestión es tenerlos en cuenta, por lo menos, en alguna parte del proceso. Para Ruete ser parte de este proceso los hará sentirse seguros y este balance emocional es fundamental para desarrollarse. Por lo tanto, hay que desmitificar esta zona peligrosa y hacerla un lugar de aprendizaje, de tiempo de calidad de la familia es un punto a considerar en esta era de inmediatez, sostuvo.

Autores

El Observador