“No hay edad para el amor” es uno de los dichos populares más conocidos. ¿Pero es cierto que, para ese arte de amar y ser amado, no hay fechas de vencimiento ni parámetros establecidos? La terapeuta Tatiana Jáuregui nos da cinco pautas.

 

 

Cuando la diferencia es mínima, prácticamente no se siente. Un par de años no causaran alboroto o problema alguno, pero “si la diferencia es muy amplia sí importa porque no hay intereses en común que compartir”, dice Jáuregui y complementa: “a más edad, mayor diferencia habrá, menos intereses, espacios y cosas en común” porque habrán vivido diferentes experiencias en diferentes épocas, además de educación e historia de diferentes generaciones.

 

 

Nada en las relaciones sentimentales es una regla, no hay verdades categóricas o absolutas, dice la consejera. Pueden existir parejas con diferentes edades que tengan una sana y positiva relación. Puede ser difícil, pero no imposible.

 

 

Lo que importa es que existan intereses  en común, cosas y espacios que compartir. La pareja debe buscar lugares de encuentro. Si bien responden a generaciones diferentes, existen cosas que los pueden unir, gustos en común, lugares en común, acciones en común para hacer llevadera una relación de este tipo.

 

 

“No se puede decir que sea algo bueno o algo malo, la realidad es que se da”. No se puede negar que es algo que sucede, que pasa más comúnmente de lo que uno se imagina. En un momento de la vida, todos y todas caemos en ilusionarnos, enamorarnos o iniciar una relación con una persona mayor o menor que nosotros. Lo importante será buscar cómo llevar adelante esa relación.

 

 

Lo dice el éxito de José José grabado en 1992: lo que menos importa es lo que piensen los demás. “Cuarenta y veinte, cuarenta y veinte, es el amor lo que importa y no lo que diga la gente”. Sin embargo, lo cierto es que la influencia del entorno puede ser una carga o un alivio en este tipo de relaciones.

 

“También depende de las sociedades, en la nuestra hay un perfil machista, razón por la que todavía está cerrada a estos temas. No hay un criterio amplio respecto a este tipo de relaciones. Lo convencional, por ejemplo, es esperar que el varón sea mayor que la mujer pero hoy en día se ha roto un poco ese paradigma. Se ve muchas veces casos al revés”, reflexiona Jáuregui.

Mujer.bo/ La Razón