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Círculos de confianza: un apoyo para la alta gerencia
Jueves, Marzo 11, 2010 - 19:01

Para la plana mayor de una empresa contar con colaboradores confiables es clave para el desarrollo organizacional. Se trata de empleados comprometidos, que comparten los ideales y objetivos de la firma.

Crear un círculo de confianza en la alta gerencia de las empresas es fundamental para el buen manejo de los negocios y la toma de decisiones, por lo que saber escoger a las personas que formarán parte de ese grupo es una tarea altamente relevante para los altos ejecutivos.

Quienes conforman este equipo de elite, deben ser personas capacitadas, comprometidas y leales, que conozcan los intereses de la empresa y velen para que estos sean cumplidos. El punto es saber en quien confiar.

Perfil del elegido. Para conformar este círculo clave de colaboradores es necesario un análisis de las aptitudes y capacidades del postulante. Su participación dentro de la primera fila del equipo de trabajo, se definirá por su personalidad y el grado de compromiso que demuestre con la empresa. Se necesitan personas leales, con un perfil “hecho para el cargo”.

La idea es contar con personas que prioricen las necesidades de la empresa, sin preocuparse demasiado por los beneficios personales que obtendrán con su trabajo. Se trata de trabajadores entregados a su labor, que siempre están allí cuando se les necesita y que comparten los ideales del directorio y la alta gerencia.

El Master en Psicología Industrial y Organizacional y miembro de la American Psychological Association, Abel Gallardo, considera que los miembros del círculo de confianza serán considerados como un grupo de élite dentro de la organización y, como tal, serán provistos de beneficios especiales a cambio de su lealtad, disposición inmediata y dedicación al trabajo, en función del cumplimiento de objetivos claves en los procesos empresariales, establecidos por la alta gerencia.

Ignacio Reggiani, técnico Superior en Responsabilidad Social Corporativa del Instituto Europeo de Estudios Empresariales, dice que “la creación de vínculos de lealtad personales le ponen rostro a la empresa. La empresa deja de ser algo lejano o separado de cada empleado y se convierte en una cara y un nombre a quien no se puede fallar”.

¿Dónde buscar? La mayoría de las veces, para conformar los equipos de colaboradores directos los altos ejecutivos piensan en familiares o amigos cercanos, por tratarse de “personas de confianza”, pero no siempre es la mejor elección.

Es muy común que los círculos de confianza estén conformados por los amigos directos del gerente o los dueños de la empresa. También se escoge a quienes se han destacado por méritos especiales que han contribuido a la eficacia y la eficiencia de los procesos, subprocesos y subsistemas organizacionales, señala Gallardo.

Una decisión positiva es reclutar a personas con las que se haya trabajado antes, con quienes se han compartido experiencias al interior de la empresa, enfrentando situaciones tanto de estabilidad como de adversidad.

Reggiani reconoce a un buen candidato en alguien que tiene un grado inicial de compromiso con la empresa bastante alto, ha demostrado que merece ser depositario de la confianza que se le va a entregar; es un empleado capacitado para cumplir su tarea específica y tiene ganas de crecer, con una actitud positiva y deseos de mejorar.

Si bien los círculos de confianza contribuyen con ideas y alternativas a los proyectos de la alta gerencia, no influyen en las decisiones finales. La idea es hacer participar a los miembros, pero las resoluciones las toma la plana mayor de la empresa. Lo importante es que se maneja información de los trabajadores y de los procedimientos aplicados a todo nivel organizacional, lo que sin duda es beneficioso para las mismas decisiones, señala Gallardo.

El tema de la lealtad es fundamental, pues la exposición de documentos reservados e información privilegiada debe ser manejada por personal capacitado.

Un buen ejecutivo “maneja información confidencial con discreción, apoyando las decisiones, colaborando con éstas sin preguntar demasiado”, precisa Gallardo. Quien logra ser miembro de un círculo de confianza, jamás pensará en usar esos datos en beneficio propio.

La confianza no debe ser unilateral. Los altos ejecutivos de gerencia deben proyectar en los miembros del equipo un ambiente transparente y confiable.

El secreto de un buen trabajo, son las buenas relaciones personales que deben originarse dentro de las redes, para lo cual es necesario que, tanto la alta gerencia como los miembros del círculo, tengan la capacidad de escuchar y aceptar propuestas.

Gallardo indica que “en los círculos de confianza se generan situaciones de convivencia social más frecuentes y los miembros deben participar en dichas convivencias. Es muy importante para la gerencia que los miembros sean socialmente activos en todas las actividades que se realicen”.

Distintos tipos de confianza. Para tomar una decisión acertada a la hora de elegir a los miembros de la primera fila de colaboradores, es necesario tener en cuenta los tipos de confianza que se deben reforzar.

Existe la confianza estratégica que los empleados ponen en que la alta gerencia tomará las decisiones acertadas; la confianza personal en el ambiente laboral con los jefes directos; y la más importante en el caso de los círculos cercanos, es la institucional.

En la conformación del equipo, la alta gerencia debe tener en cuenta que fidelizar a sus empleados es el mejor camino para lograr el éxito, pues si los ejecutivos confían en las decisiones de la gerencia asumirán riesgos, se comprometerán cada vez más con la firma (al desarrollarse empatía) y aportarán ideas interesantes.

Finalmente, los ejecutivos que integren el círculo de confianza trabajarán más duro para cumplir las metas que, con la fidelización, se transformarán en objetivos personales.

Autores

Bárbara Guerrero